La mañana había comenzado tranquila en la pequeña sala de entrenamiento. Freen y Manaow, ambas vestidas con ropa deportiva, practicaban boxeo como parte de su rutina diaria. El aire olía a sudor y esfuerzo, y el sonido rítmico de los puños chocando contra las almohadillas llenaba la sala.
"¿Qué piensas hacer acerca de los alfas, Freenky?" preguntó Manaow mientras lanzaba golpes rápidos al saco, su rostro concentrado.
Freen, con una mirada pensativa, esquivó uno de los golpes de su amiga y suspiró. "No tengo idea. He estado tan distraída pensando en Namo y Becky que ni siquiera sé qué haré. Culebrita me dice que es el momento perfecto para atacar, pero no me gusta la idea de atacar a alguien cuando ya está caído. Y menos cuando Roberto me ha permitido ir a verlas."
Manaow, tras un intercambio ágil de golpes, se detuvo un segundo y lanzó una mirada preocupada a su amiga. "Sabes que si no hacemos algo, el clan va a empezar con sus tonterías de siempre y te van a llamar débil."
Frustrada, Manaow dejó los guantes en el suelo y agarró una cuerda de saltar, continuando su entrenamiento sin pausa. El ritmo constante de la cuerda golpeando el suelo parecía sincronizado con sus pensamientos. Freen se tiró al suelo para hacer abdominales mientras pensaba en la situación.
"Lo sé, Naow," dijo mientras hacía sus ejercicios, "pero ni modo. Mi cabeza está en otro lugar. Estoy pensando en mi novia y su hermana, no en Roberto. El clan aún no sabe lo que ha pasado, así que mejor. Necesito más tiempo para idear una estrategia."
Manaow estaba a punto de responder cuando las puertas del gimnasio se abrieron de golpe. Entró Charlotte, con su habitual aire de confianza, liberando feromonas al ambiente.
"Hola, linda. ¿Cómo estás? Mi hermano me dijo que estabas aquí," dijo Charlotte con una sonrisa, acercándose a Freen. Ignorando el sudor, le dio un beso en la mejilla.
Freen, aún en el suelo, la miró con una mezcla de sorpresa y resignación. "Hola, Charlotte. Estoy un poco ocupada, como puedes ver."
"Lo sé," dijo Charlotte con una sonrisa coqueta. "Siempre tienes algo que hacer o alguien a quien cuidar." Le entregó una botella de agua a Freen. "Hablando de eso, ¿cómo están las Armstrong? Hace días que no veo a ninguna de las dos."
Freen y Manaow intercambiaron miradas rápidas, sabiendo que Charlotte no podía saber la verdad. "Agarraron una gripe en la escuela y por eso no han venido," improvisó Manaow, sin pestañear.
Charlotte frunció el ceño levemente, pero antes de que pudiera hacer más preguntas, Freen intervino, cambiando el tema. "Charlotte... ¿qué necesitas?"
Charlotte levantó una ceja, pero sonrió, dejando pasar el comentario. "Solo quería invitarte a tomar una cerveza esta noche. Tú también puedes venir, Manaow. Mi hermano Jaojom ira conmigo."
"Ya te avisamos, intensa," dijo Manaow mientras empujaba suavemente a Charlotte hacia la puerta, cerrándola tras de sí con un suspiro de alivio. "Uf, no sé cómo Engfa la aguantaba. Yo no podría estar con alguien tan pegajoso todo el tiempo. No me sorprende que su relación siempre fuera de perros y gatos."
Freen se rió desde el suelo mientras seguía haciendo abdominales. "Es triste lo que le pasó a Charlotte, por eso trato de no ser grosera con ella, pero sí, definitivamente me gustaría que me diera un poco más de espacio."
"¡Mínimo un pueblo de distancia!" Ambas se rieron. "Oye, hemos ido tantas veces a la zona blanca, pero no hemos visto ni olido rastro de Engfa. ¿Qué crees que le habrá pasado?"
Freen se encogió de hombros, aún manteniendo el ritmo de sus ejercicios. "Ni idea, pero es horrible que haya abandonado a su omega por irse con los Armstrong, los 'ganadores' según ella. Espero que al menos esté contenta con su decisión."
Manaow asintió pensativa, mientras se limpiaba el sudor con una toalla. Terminaron su entrenamiento, fueron a la casa de ella, se bañaron rápidamente y se subieron a la moto de Freen, que como siempre tenía marcas de batallas pasadas.
"Ya es hora de pintar la moto, Freenky. Tiene tantos rasguños que parece parte del diseño," comentó Manaow mientras se acomodaba detrás de su amiga.
"Si quieres, me puedes regalar otra," bromeó Freen, arrancando la moto.
Manaow rió. "¡Qué atrevida! Esto fue tu regalo de graduación, nada más. ¿Te crees que estoy hecha de dinero?"
Se dirigieron a la frontera. Los policías las miraron con desconfianza, como siempre, pero las dejaron pasar. Jaojom las saludó mientras ellas seguían su camino.
"Nunca me dijiste por qué no te cae bien Jaojom," dijo Manaow curiosa. "Siempre lo miras con recelo."
Freen no respondió. Sus pensamientos volvieron a aquella tarde cuando descubrió que Jaojom había estado extorsionando a personas, plantando evidencia falsa y aprovechándose de su posición como policía. Lo había confrontado en privado, pero no había querido decirle nada a Manaow, para que no cambiara su opinión sobre él.
Finalmente, llegaron a la casa de los Armstrong. Manaow, emocionada, se bajó rápidamente y corrió hacia la casa de Gyo, dejando a Freen sola por un momento. Freen aprovechó para revisar su teléfono, respondiendo algunos mensajes y revisando las redes sociales.
Manaow tocó la puerta de la casa de Gyo, siendo recibida por la madre de su novia, la señora Witwakul. "Pero mira quién está aquí, la novia de mi hija. ¿Cómo estás, Manaow?"
Manaow sonrió nerviosa. "Todo bien, señora Witwakul. Vine a buscar a Gyo. Vamos a visitar a las Armstrong."
La señora Witwakul se inclinó un poco más cerca de lo necesario, rodeando el cuello de Manaow con sus brazos. "Eres tan dulce," dijo, haciendo que Manaow se sintiera incómoda.
"Mamá, ¡ya estoy lista!" gritó Gyo desde su habitación, lo que hizo que la señora Witwakul se separara al fin de Manaow.
Mientras Manaow esperaba, la madre de Gyo aprovechó para darle una nalgada, provocando que Manaow se sonrojara de inmediato. "Qué suerte tiene mi hija," dijo la señora con una sonrisa.
Finalmente, Gyo apareció, rescatando a Manaow de la situación incómoda. "¿Otra vez mi mamá estaba coqueteando contigo?"
Manaow asintió, sintiéndose un poco avergonzada. "Mejor vámonos," dijo rápidamente, y ambas se dirigieron a la casa de las Armstrong, donde Freen ya las esperaba.
Al llegar, se reunieron con los trillizos y entraron en la casa. Se sentaron alrededor de la cama, esperando pacientemente.
"¿Cuándo crees que se despertarán?" preguntó Gyo, sentándose al lado de Manaow. "Es raro ver a Namo tranquila. Becky, bueno, ya eso es normal."
"Espero que pronto, porque Freenky me tiene cansada con su carita de depresión todo el tiempo," bromeó Manaow.
"Oye, tú también estarías triste si Gyo no despertara," se defendió Freen.
"Por suerte, ya estoy despierta," dijo Namo, sorprendiendo a todas.
"Estamos, hermanita," añadió Becky, despertando también.
Los trillizos, que siempre estaban atentos, corrieron a buscar a Roberto y a Patricia, dejando a las chicas con un alivio palpable.

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Las Gemelas
FanfictionDos hermanas gemelas atraídas por la misma persona terminan metidas en medio de una rivalidad que las obligara a elegir entre familia y amor. Versión en inglés en el perfil aotg17 :)