La energía en la casa Armstrong era densa, con un ambiente cargado por los días de preocupación y tensión acumulada. Namo, recién despertada después de días de reposo, apenas había tenido tiempo de asimilar todo lo que había ocurrido. En cuanto abrió los ojos, se encontró con su madre, Patricia, sobre ella, llenándola de besos con un entusiasmo desbordante.
"Sargento, basta," exclamó Namo, riendo a pesar de la incomodidad mientras intentaba cubrirse la cara. Patricia la miraba con ojos brillantes de alivio, agradecida por tener a sus hijas de vuelta y a salvo.
"¡Ay, cómo extrañé que me llamaras así!" exclamó Patricia, sin detener su ataque de besos. "¿Están bien? ¿Les duele algo?" Su voz estaba cargada de preocupación maternal, sus ojos moviéndose entre Namo y Becky, buscando cualquier señal de malestar.
Becky, quien estaba envuelta en los brazos protectores de su padre Roberto, negó con la cabeza. Su sonrisa ligera era suficiente para calmar parte de la preocupación de sus padres.
"Estamos bien, mamá. Fue solo un susto," dijo Becky.
Roberto, serio como siempre, intercambió hijas con Patricia, ahora abrazando a Namo. El hombre, normalmente inquebrantable, la miraba con una mezcla de culpa y alivio que rara vez mostraba.
"Perdóname, hija," dijo Roberto, bajando la cabeza.
Namo lo miró confundida. "¿P-por qué?" preguntó.
"No he sido un buen padre," admitió él. "Les puse demasiada presión a las dos, y las alejé. Les pido perdón. No estoy de acuerdo con que se asocien con los Chankimha, pero no voy a prohibírselo. Solo quiero que estemos bien."
Becky le dio un pequeño empujoncito a su hermana, animándola. Namo dudó por un segundo, pero luego abrazó a su padre, envolviéndolo en sus brazos con fuerza. Después de todo, Roberto era un hombre duro, pero ese momento le hizo ver el lado más humano y vulnerable de su padre.
Tras unos minutos de afecto, Roberto y Patricia salieron del cuarto para preparar algo de comida para las chicas. Mientras tanto, Manaow y Gyo ayudaron a Becky a llegar al baño, ya que aún tenía las piernas débiles tras tantos días en reposo. Esto dejó a Namo y Freen a solas.
Freen, con un toque suave en la mejilla de Namo, rompió el silencio. "Me asustaste, baby. ¿Estás segura de que estás bien? Te llevo al médico ahora mismo si te duele aunque sea una uña."
Namo rió ante la preocupación exagerada de su novia. "Estoy bien, Freen. No te preocupes tanto," dijo antes de darle un leve beso. Luego, mirando a su alrededor, comentó, "Veo que mi padre y tú se llevan mejor."
Freen resopló, divertida. "Bueno, tampoco tanto. Me toleró porque sabía que no iba a dejar de venir a verlas. Ya mañana volvemos a pelearnos."
Poco después, Manaow y Gyo volvieron al cuarto. "¿Y la adoptada?" preguntó Namo.
"Quiso irse a su cuarto. Creo que dijo algo de meterse a bañar," respondió Manaow. Namo, con la ayuda de Freen, se levantó rápidamente, tomó una muda de ropa y entró en el baño antes de que Becky pudiera reaccionar.
"¡Namo, yo me iba a bañar!" gritó Becky desde el otro lado de la puerta, pero Namo se rió.
"Te tardaste mucho, hermanita," respondió Namo entre risas mientras el agua de la ducha comenzaba a correr.
"Nosotras vamos a esperar afuera. Vienes Freenky?" preguntó Manaow. Freen miró el cuarto de Becky.
"Voy en un momento." Gyo entrecerró los ojos. Manaow y ella salieron del cuarto, dejando a Freen sola. Freen, mirando en dirección al cuarto de Becky, decidió seguir sus impulsos. Caminó hasta la puerta y la tocó suavemente.
"¿Necesitas algo, Freen?" preguntó Becky desde adentro, su voz sonando algo distante. Freen entró sin esperar una respuesta y, sin poder controlarse, la abrazó con fuerza.
"Este es el tercer susto que me haces pasar, bonita," susurró Freen, usando el apodo cariñoso que solía utilizar con Becky. Becky sonrió débilmente, pero no correspondió al abrazo.
"El tercero?" preguntó Becky, confundida.
"El primero fue en aquel callejón con Ronnie. ¿Lo recuerdas?" Becky asintió. Freen la soltó un poco, aunque aún la miraba con intensidad. "Esa vez estaba casi llegando a mi casa, y algo me decía que volviera. Deambulé por las calles hasta que te escuché. Tenía tanto miedo de no llegar a tiempo."
Becky evitó la mirada de Freen, incómoda con la intensidad de la conversación. "Intentaré no ponerme en más situaciones peligrosas," respondió con una pequeña sonrisa.
Freen se rió. "Eso suena imposible contigo." Luego, con un tono más serio, preguntó: "¿Recuerdas algo de lo que pasó?"
Becky negó con la cabeza. "Lo último que recuerdo es a papá y a ti enfrentándose después de que Namo le hablara de su relación contigo. Debes significar mucho para ella para que hiciera algo así."
Freen, intentando aligerar el ambiente, bromeó. "¿No me vas a dar el discurso de hermana mayor sobre no lastimar a tu hermana?" A través de la ventana el cielo parecía nublarse un poco.
Becky la miró, pensativa. "Creo que no lo necesitas. Ya mi padre te odia lo suficiente."
Freen dio un paso hacia adelante, acortando la distancia entre ellas. "¿Y tú? ¿Tú también me odias?"
Hubo un trueno y luego comenzó a llover. Becky la miró, desconcertada. "No me has dado razones para odiarte."
"Entonces, ¿no me odias?" preguntó Freen, acercándose aún más, casi desafiando el espacio entre ambas.
Antes de que Becky pudiera responder, la puerta se abrió de golpe. "¡Freenky!" gritó Manaow desde el pasillo. "La señora Patricia nos invitó a quedarnos a cenar."
Freen se alejó rápidamente de Becky. "¿No aprovecharán la oportunidad para envenenarnos?" bromeó antes de salir del cuarto, intentando disimular la intensidad del momento. Gyo miró a Becky, sospechosa, y luego fue trás Freen y Manaow. Becky permaneció quieta, procesando lo que acababa de ocurrir.
La cena familiar comenzó con un silencio incómodo, roto solo por las preguntas amables de Patricia. Los Armstrong, Freen, Manaow, Gyo y los trillizos estaban reunidos alrededor de la mesa, cada uno ocupado en sus pensamientos.
"¿Se conocen todos en la zona roja?" preguntó Patricia, intentando romper el hielo.
"No necesariamente de nombre, pero sí de vista," respondió Manaow. "Es un lugar pequeño, así que la mayoría nos hemos visto al menos una vez."
"Algunos estudiaron en mi escuela, ¿no? Se que Freen estudio acá y otra chica también. Creo que se llama Lada." La cara de Manaow que se puso pálida. Lada siempre decia que era heterosexual, pero termino saliendo del closet luego de una aventura con Manaow.
"¿Y ustedes, chicos? ¿Cómo eran en la escuela?" preguntó Patricia, dirigiéndose a los trillizos.
Gap fue el primero en responder. "Yo, Manaow y Jaojom siempre estábamos haciendo bromas a los maestros. Heng y Freen se la pasaban entrenando en el gimnasio luego de la escuela ya que Freen asistiá a la escuela por acá, y Billy... bueno, Billy estaba detrás de las porristas."
"Corrección, hermanito: ellas estaban detrás de mí," dijo Billy con una sonrisa confiada. "Mi única competencia era Freen con las demás chicas."
"No estarás pensando en jugar con mi hija, verdad Chankimha?" Roberto habló por primera vez desde que se sentó a cenar.
Freen le contestó mirándolo desafiante. "Claro que no, Armstrong. A Namo yo la quiero de verdad y jamás la lastimaría."
La cena continuó con pequeñas conversaciones aquí y allá, pero el aire seguía tenso. Freen intercambiaba miradas con Roberto de vez en cuando, cada una cargada de significado. Aunque la tormenta afuera comenzaba a escampar, la tensión entre ellos aún estaba lejos de desaparecer.

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Las Gemelas
FanficDos hermanas gemelas atraídas por la misma persona terminan metidas en medio de una rivalidad que las obligara a elegir entre familia y amor. Versión en inglés en el perfil aotg17 :)