Dating My Father [JonaDio] Yaoi

❀ Capítulo 30 ❀

Se paciente conmigo

—¡Dio! —llamó su nombre. A pesar de que estaba a tan solo unos metros, el hombre de ahí ya le esperaba con una expresión de aburrimiento. —Dio, creí que no querías venir. ¿Por qué estás aquí? —preguntó, con la respiración agitada por haber corrido. El rubio chistó, caminando hacia el Joestar con seguridad.

—Vine a decirte algo a ti maldito idiota —y Jonathan parpadeó desconcertado.

—Pudiste solo haber enviado un mensaje. No tenías que conducir hasta acá —el rubio solo pudo suspirar en frustración mientras tiraba de sus cabellos hacia atrás. De verdad es un fastidio tener que explicar esto.

—Ya estoy aquí así que déjame hablar —soltó tras un suspiro y con esto, Jonathan se quedó callado.

Dio solo se pasaba las manos por el cabello, parecía frustrado, abría los labios, pero solo salían más suspiros. Jonathan no dijo nada, solo se acercó y le miró directo con una ceja arqueada. Al final Dio no pudo hacer nada más que soltar una blasfemia y luego escupir las palabras de su boca.

—¡Soy un tonto! ¿Bien? ¡Siempre fui un imbécil! —y el Joestar no entendió el repentino insulto que soltó el rubio hacia sí mismo. —Fui un idiota contigo, te traté de la peor manera, te utilicé ¿Sí? Lo admito.

—¡E-espera un momento, Dio! —Jonathan interrumpió —¿Por qué estás diciendo esto? —¿Por qué tan de repente y justo en este momento? El rubio volvió a soltar otro gruñido.

—¡Me estoy disculpando maldito imbécil!

Y si Dio ya se estaba poniendo rojo por la frustración, el Joestar solo parecía abrir la boca sin saber cómo responder a esto.

—Todo lo que escuchaste sobre mí era verdad. Solo quería andar contigo por tu maldito dinero de mierda —continuó —Fue una tonta sugerencia de Diego y como un tonto decidí seguirla. Los chicos sabían que nuestra relación era una farsa, y los primeros meses en que salimos solté tantas palabras sobre ti como groserías he dicho. Eras tan ingenuo que era fácil hacerte caer con tan solo un beso y palabras cursis.

Dio se tomó una pausa para inhalar y exhalar el aire con fuerza, parecía querer calmarse a sí mismo de lo rápido que estaba hablando. Jonathan estaba atónito. Esto era tan inesperado, igual que la última vez.

—Nunca esperé que esa relación durara tanto tiempo. Era tan divertido fingir mientras tú seguías derrochando tu dinero en mí —recordando cómo en el pasado nunca faltaban las citas a restaurantes caros, las joyas y regalos especiales. Incluso estrenando ropa nueva cada semana. Consiguió todo lo que había deseado y lo único que tuvo que hacer fue enamorar a un chico rico de corazón sincero. —Es verdad, te usé.

Era tan difícil soltar todo esto. Liberarse por fin de aquella culpa con la que había estado cargando durante tantos años. Siempre recordando esa horrible marca de su pasado que nunca pudo borrar.

—Y fui un tonto por todo lo que hice —agregó. —Llegó un momento en que las palabras e insultos dejaron de tener el mismo peso. De repente te convertiste en alguien en mi vida. Pasé tanto tiempo contigo que yo... —solo unas palabras más, eran solo unas palabras más las que tenía que decir. ¿Por qué era tan difícil decirlo? —¡Jojo yo...!

Pero no hizo falta. Sintió de nuevo una presión en sus labios, y todas las palabras atascadas en su garganta murieron en un sollozo que quedó ahogado entre los labios que se habían conectado con los suyos.

Tantas emociones que guardó durante años. Tantas palabras que nunca pudo decir. Todo se acabó en el momento en que los labios de Jonathan volvieron a besarle.