"Lo siento" parece ser tan difícil
Brando miraba toda la escena empalagosa frente a él. Hizo bien en hacerse a un lado porque de verdad no quería involucrarse con todas estas personas, ni mucho menos salir en otra de esas fotografías públicas. En su lugar, suspiró en cansancio mientras miraba a su reloj esperando que esto terminara pronto.
—De todas las cosas que me esperé de ti, nunca pasó por mi mente que tendrías un hijo —Dio miró a su lado a la persona que se le acercó de repente. Este tipo...
—Veo que tú tampoco perdiste el tiempo, Kakyoin —dijo en respuesta al ver al mocoso de unos dos años en los brazos del pelirrojo. Se parecía demasiado a Jotaro, incluso tenía la misma horrible gorra en la cabeza. —¿Enserio tuviste que elegir a Jotaro de entre toda esta bola de Joestar?
—¿Eh? ¿No estarás celoso de que al menos yo sí conseguí casarme con el hombre que amo? —dijo en un tono de burla. El anillo de oro y plata brilló en la mano del pelirrojo y el Brando no pudo evitar chistar. —Jotaro me contó todo. Luego de que desapareciste no esperaba que aparecieras aquí, y mucho menos con un hijo de Jonathan.
—Al menos yo pude cuidar a mi hijo sin necesitar del dinero de un hombre rico —ambos se miraron con cierto desagrado, pero luego de un tiempo desviaron miradas.
Había que mencionar que Kakyoin y Dio se conocieron hace tiempo, se encontraron una que otra vez en las fiestas que siempre se solían hacer en la finca Joestar. Casi no conversaban, pero sí tenían cierta ligereza de hablar al ser viejos conocidos.
—Dio, sé que no querrías escuchar esto viniendo de mí, pero —hizo una pausa momentánea, mirando hacia la dirección en la que el chico rubio era recibido por la familia. —Ningún hombre que comete errores merece ser privado de amar, ¿sabes? —fue lo que dijo. El Brando intentó responder dando un comentario sarcástico, pero las siguientes palabras lo hicieron callar. —Y si estás aquí es porque realmente has dado todo por tu hijo. Eso también es un acto de amor.
Se quedó en silencio. No sabía exactamente cómo responder a eso. Las palabras quedaban atrapadas en su garganta. Nadie merece ser privado de amar, ¿huh?
—Un padre tiene que recoger los cristales rotos para que su hijo no se corte con ellos, ¿no es así? —respondió esta vez. Esa fue una frase que se dijo así mismo una vez en el pasado. No sabe por qué fue que la recordó en este momento.
Kakyoin le miró con cierta sorpresa, definitivamente este no era el mismo Dio que había conocido hace tiempo, y sonrió ante la idea de que, tal vez, ser un padre le había hecho mejorar como persona. Quizá algunos villanos también merecen encontrar un final feliz.
—Dio, ya tengo el auto para que podamos- —sus palabras se detuvieron cuando vio al pelirrojo y a Dio. —Oh, lo siento. ¿Estaban teniendo una conversación? Perdón por interrumpirlos —se disculpó nervioso el Joestar. Dio solo rodó los ojos y bufó.
—Ya me quería ir de este lugar de todas formas. Supongo que no te molesta —el pelirrojo negó.
—Claro que no, ve con tu amado, Dio —Kakyoin se burló en una última venganza y el rubio no hizo nada más que gruñir con fastidio.
Luego llegó a donde Jonathan y tampoco le dijo una palabra, solo le miró con aquel rostro de enfado que siempre traía cuando estaba frustrado.
¿Amor? ¡Que tontería!
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—¿Estás seguro de que no quieres venir? —le preguntó el Joestar desde su auto, a lo que el rubio negó.
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Dating My Father [JonaDio] Yaoi
FanfictionA Giorno siempre le han dado la historia de que su papá había muerto hace tiempo. Sin embargo, un día encontrará a un hombre que le hará buscar las respuestas del pasado. Giorno quiere saber la verdad, y hará todo lo posible por descubrir qué es lo...