-𝑻𝒉𝒆𝒓𝒆 𝑰𝒔 𝑨 𝑩𝒐𝒚-

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Una rubia esperaba con impaciencia que dieran los 15 minutos que Lana le había dicho que tenía que esperar para recoger a Louis. No paraba de mover su pié.

Cuando pensó en volver a hablar con Lana, jamás penso en ahora tener que cuidar al que biológicamente era su hijo. Era tan extrañó luego de tanto tiempo.

Luego de que pasarán los minutos, Taylor se acercó a buscar a Louis. No tardó mucho para que el niño saliera acompañado de varios niños. Esto desconcerto  a la rubia, pero no del todo, puesto que Lana le había mencionado que el pequeño tenía varios amigos en la escuela, pero no pensó que tantos.

Louis paso al lado de Taylor, dejándola de lado. Su mirada era baja. Taylor decidió no entrometerse en lo que le pasaba al niño, seguramente era un mal día. O eso creía ella.

...

Llegaron las dos de la tarde, Taylor había preparado unas milanesas para Louis. No sabía si le gustaban, pero Lana le dijo que no podía darle cosas tan pesadas, como pastas o así.

No me caes bien, pero al menos me hiciste mi comida favorita. – El niño se quejo en una manera de agradecerle.

— A mi tampoco me caes muy bien que digamos.. – Taylor le sirvió la comida. — Y no te hice eso porque te gustará, ni siquiera lo sabía. Solo lo hice.

— ¿Te gustan las milanesas? – Louis jugueteo un poco con su comida antes de tan siquiera probarla. — De seguro te salió bien fea, así como tú.

— Si, me gustan, pero ese no es el punto. Primero pruebala, ¿quieres?
– Taylor se sentó junto a el, recargando su rostro en su mano.
— No porque lo haya preparado alguien que te caiga mal significa que sepa mal.

— ¿Tu te comerías una milanesa que yo hice? – Louis pregunto con curiosidad.

— No, te va a salir muy mal. – Taylor dijo en una manera sarcástica.

— Yo cocinó mejor que tú. – Louis le saco la lengua.

— Umm.. Claro.. – Taylor rodó los ojos. — A ti te gusta sacar mucho la lengua, ¿no? ¿Sabes que les pasa a los niños que sacan mucho la lengua a su mayores..?

— No ¿Que les pasa? – La curiosidad de Louis aumento.

— Santa no les trae regalos, y luego poco a poco se les va secando la lengua hasta que se les cae. – Una cara de pena salió a la luz.

— Eres mala... – Luis entrecerró los ojos.

— No, no siempre. – Se recargo sobre sus propios hombros.

— Eres soportable, supongo.. – Louis comenzó a degustar de la comida que la rubia le había servido. — Y tampoco cocinas tan mal, pero a mí mami le salen mas ricas.

— Ni me lo digas. – La rubia recostó su cabeza sobre la mesa. — Tu mamá hace las mejores milanesas que jamás haya probado..

— Oye.. – Bajo la voz. — ¿Te puedo preguntar algo?

— Claro, dime. – Volvió a dirigir su mirada a él.

𝑶𝒃𝒋𝒆𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝑫𝒊𝒗𝒆𝒓𝒔𝒊𝒐𝒏 +18 (ᴛᴀʏʟᴏʀ x ʟᴀɴᴀ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora