Nattawin había sido su hombre, su doncel y estaba decidido a que volviera a serlo. Pero no iba a permitir
que jugaran emocionalmente con él.
Se dio la vuelta y la miró con expresión inescrutable.-Por supuesto que no. ¿Se supone que tienes que recoger algo para Melina?
Mile se agachó y el asintió, agradecido por el cambio de tema.
-Sí. Limones y tomillo.
Durante un instante pensó que se iba a ofrecer a ayudarlo, pero mile le tendió la cesta.
-Pues te dejo con ello.
Y antes de que Teddie tuviera oportunidad de responder, mile se dio la vuelta y se encaminó de regreso a la villa.
-Date prisa, mamá.
Por segunda vez en unos pocos minutos, Nattawin sintió la mano de George tirándole de los pantalones cortos.
-Lo intento, cariño. Déjame buscar en el último bolsillo.
Rebuscó en el lateral de la maleta y sonrió distraídamente a su hijo, que estaba sentado en el suelo del vestidor. Estaba buscando algo en la maleta.-¡Vamos, mamá!
-Cariño, la piscina no se va a mover de ahí -dijo con tono tranquilizador.
Pero George la interrumpió sacudiendo la cabeza.
-No quiero ir a la piscina, quiero ver el barco pirata.
¿Qué barco pirata? Nattawin renunció a la búsqueda, volvió a guardar la maleta en el vestidor y se giró hacia donde George estaba sentado en el suelo mirándola con ansiedad.-¿De qué estás hablando, cariño? -le preguntó apartándole un rizo de la frente.
-El barco pirata -insistió claramente molesto por la confusión de su madre-. Mile... o sea, papá...
Hizo una pausa y a ella le dio un vuelco el corazón cuando lo miró. La palabra no le salía sola todavía.
-Lo han dejado aquí y papá ha dicho que nos iba a llevar a verlo.
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Magia ,Deseo Y Mentiras
Romance¡Mile haría cualquier cosa con tal de estar con su hijo! Cuando Teddie se dio cuenta de que estaba embarazada, su turbulento matrimonio con el magnate hotelero Mile Leonidas ya había terminado. A partir de aquel momento guardó celosamente el secr...