Capitulo🎩 3

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Desde luego con sus padres no sirvió.
A veces era mejor enfrentarse a la verdad aunque fuera dolorosa, y la verdad era que su relación con Mile tenía unos cimientos muy poco sólidos. A juzgar por el desastre que había sido su matrimonio, quedaba claro que no tenía la fuerza suficiente para afrontar un embarazo no deseado. Pero fue duro. El rechazo de Mile le rompió el corazón y las repercusiones de su breve y condenado matrimonio habían durado más que sus lágrimas.
Incluso ahora seguía teniendo tanto recelo de los
hombres que apenas había salido con nadie desde que se separaron. Debido a la actitud despreocupada de su padre respecto a la paternidad, le costaba trabajo creer que pudiera ser alguna vez algo más que una aventura pasajera para ningún hombre.

El cruel rechazo de Mile había confirmado aquel miedo profundo. Sentía mucho cariño por Elliot, pero como un hermano. Mile era el único hombre al que había amado jamás. Fue su primer amante, y no solo eso, sino
que además le había enseñado todo sobre el placer.
Alzó los ojos miel hacia los suyos. No solo el placer. Debido a él se había convertido en una autoridad
en el sufrimiento y el dolor.
Entonces, ¿qué le daba exactamente el derecho a estar allí delante con aquel gesto despectivo en su rostro irritantemente bello? De pronto se alegró de no haberse marchado. Apretó los puños y le miró.

-Creo que tu memoria te está jugando una mala pasada, mile. El trabajo ha sido siempre lo tuyo, no lo mío. Y no es asunto tuyo, pero Edward Claiborne es un hombre muy generoso. Se mostró encantado de pagar la cuenta.

Sabía cómo sonaba, pero no era mentira del todo.
Edward se había ofrecido a pagar. Y, además, si con eso Aristo se sentía un poco mal, ¿por qué no hacerlo?
Tal vez no lo considerara digno de atención y compromiso, pero Edward se había mostrado encantado de regalarle su tiempo y su compañía.

-Y eso es lo que te importa a ti, ¿verdad, Nattawin ?
Que te paguen las facturas aunque eso signifique llevarte lo que no es tuyo.
A Mile no le importaba el dinero, lo que el se había llevado no fue demasiado para su multimillonario patrimonio. Pero en su momento le dolió,
sobre todo porque dejaba en evidencia lo estúpido que había sido. Por alguna razón desconocida no había cancelado sus cuentas comunes inmediatamente
después del divorcio, y Nattawin no tardó en aprovecharse. Pero no tendría que haberle sorprendido. Por muy mimadas que estuvieran,las mujeres y los donceles nunca tenían suficiente.

Lo aprendió a los seis años, cuando su madre encontró a un hombre más rico que su padre y con título nobiliario.
Pero saber que Nattawin había empleado su «magia» con Edward le dolió, y por muy infantil que fuera, quería hacerle daño.

Nattawin entornó la mirada.

-Era mío -afirmó con vehemencia-

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-Era mío -afirmó con vehemencia-. Era nuestro. En eso consiste el matrimonio, Mile. Se trata de compartir.

Él lo miró con desesperación. La brevedad de su matrimonio y la firme determinación de su equipo legal habían asegurado que la pensión de Nattawin
fuera mínima, pero ya era más de lo que se merecía.

Magia ,Deseo Y MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora