ENTRE SUEÑOS

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"Dormir es para descansar, pero los sonámbulos tienen otros planes." — Desconocido



Después de comer delicioso retomo mi camino. El chico de la sonrisa cuadrada se negó a cobrarme por los alimentos. Me dijo que lo tomara como un regalo de bienvenida a mi lugar de origen, aun tengo esa impresión incómoda con respecto a él. Es algo extraño.

Estaciono mi auto y veo con detenimiento la fachada de mi casa.

Tengo la sensación de que sólo me alejé unos cuantos días. El tiempo se detuvo frente a ella como en una fotografía. El color ocre oscuro de las tejas, contrastando con las paredes blancas y las hermosas rosas rojas de mi madre, sigue allí, intacto. Resistiendo al tiempo y ...a la muerte.

Ante mis ojos se despliegan imágenes y situaciones de mi niñez que ya no estoy seguro si fueron reales.

—Joven Jimin —escucho una voz alegre— .Bienvenido de vuelta.

Es mi jardinero, justo ahora me siento más agradecido con él por haber conservado este lugar vivo.

—SeokJin —lo saludo bajando del auto— .Has hecho el mejor de los trabajos —le agradezco profundamente.

—Es mi trabajo Joven Jimin, no debe agradecerme ¿Como fue su viaje? ¿Estuvo bien? ¿Necesita comer algo?

—Llámame Jimin por favor. Te lo agradezco, me detuve en la carretera muy cerca de acá, en el pequeño café de la familia Kim, comí delicioso.

Veo sorpresa en su rostro.

—¿Pudo ver el café sin pasar de largo?

—Está muy a la vista, me parece sorprendente que pase desapercibido.

—Cuenta la leyenda que quién se detiene a comer en el Café Jamais Vu, difícilmente logre dejar este territorio por su propia voluntad. Así que haciendo honor a las leyendas, bienvenido a su nueva vida —hace una reverencia.

—Eso da un poco de miedo —digo sonriendo.

—Su hogar está en dónde está su corazón Jimin, eso debería ahuyentar cualquier temor.

—Quizá primero deba conseguir un corazón para poder tener un verdadero hogar —disfrazo mi verdad con un chiste.

—Usted tiene uno. Solo es cuestión de que vuelva a funcionar —sonríe de vuelta.

—Guardo la esperanza, créeme.

Me acerco al baúl del auto para sacar mis maletas, SeokJin me ayuda.

Es un tipo alto y atractivo, no me explico por qué se dedicó a la jardinería cuando bien podría ser un clásico modelo de pasarela. Cuando muevo la maleta, la caja de mi medicamento para dormir cae de ella, jamás la llevé en el bolso de la camisa, es más, mi camisa no tiene bolsillos. Mi sentido arácnido me manda una señal de alerta.

Entro a la residencia un poco distraído por la extraña situación pero al ver el interior siento que me falta el aire.

Todo continúa como cuando mi madre estaba aquí, el piano en una esquina soleada, su guitarra y una hermosa viola color rojo cereza cuelgan de la pared. Un dolor agudo me golpea el pecho, tan fuerte que necesito sentarme en el piso.

Observo todo a mi alrededor, siento que duele y a la vez siento como si solo fuera un espectador que ve el sufrimiento de otra persona, es difícil explicarlo.

Mi jardinero me ve atento pero no se acerca dándome mi espacio. Contengo la respiración unos segundos y luego exhalo, repito la acción hasta que soy capaz de escuchar los latidos de mi corazón, este sonido me relaja y vuelvo a sentirme en control aunque no me levanto del suelo, desde esta perspectiva comienzo a recordar pequeños detalles de mi niñez, yo tirado en el piso coloreando figuras extrañas, mientras hablaba con mis amigos que no existen en el mundo real.

Memorias Perdidas (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora