MALOS ENTENDIDOS

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"Es mejor mantener la boca cerrada y parecer tonto que abrirla y despejar todas las dudas."  Mark Twain


Entro a mi habitación un poco intimidado pero veo que Jimin está profundamente dormido, lleva toda su ropa puesta, seguro amanecerá arrugado, le quitó los zapatos y lo termino de arropar, su rostro es hermoso, tiene diminutas pecas que lo hacen ver como un hada de fuego, en realidad es una ventaja que no sea un hada, mi naturaleza y la de ellas es poco compatible y de serlo hay demasiadas condiciones para mantenerse juntos. No puedo volver a pasar por una situación tan compleja nunca más.

Intento dormir pero es imposible tomando en cuenta su cercanía, su cuerpo tiene ese sutil aroma a bosque y pinos, me recuerda a mi hogar, creo que me estoy dejando llevar por la fantasía debido a la ansiedad que él me produce.

Su presencia es increíblemente poderosa, aun dormido siento la fuerza de su energía, a pesar de que la tiene asegurada en una bóveda inviolable. Le doy la espalda para intentar que el sueño venga a mi, está roncando con suavidad, no es un sonido molesto, al contrario podría acostumbrarme a él, suena divertido hasta que siento como se mueve y se acerca a mi espalda. Me abraza como si fuera su almohada, en este momento estoy seguro que merezco la medalla de honor al mérito por ser casi un santo.

Transcurren los minutos y me dejo llevar por la curiosidad de ver su rostro, me volteo, su semblante está tranquilo, siento como todos los bloqueos han caido, quiza sea debido a que duerme en completa paz, la luz que emana es calida, esta rodeado del color amarillo en todas sus tonalidades, es increible.

—Eres hermoso pequeño —susurro sin querer.

Sin darme cuenta casi llega el amanecer y sigo extasiado contemplando su belleza terrenal. En este punto entiendo y acepto que algún tipo de sentimiento está creciendo dentro de mí sin posibilidad de escape, sin embargo es un lujo que no puedo darme, está enamorado de alguien que no soy yo, pequeño detalle.

Cualquier teoría de Namjoon cae por los suelos con esta premisa. Debo ser consciente de transitar únicamente entre los límites de la amistad y así evitarme ser el tercero en discordia. Resuena en mi mente la frase de Nam: Si la respuesta es no, es mejor que detengas esto de inmediato. La respuesta es sí, pero debo renunciar a ello por mi bien.

La alarma de su móvil suena y él se sienta en automático, está desubicado y despeinado y se ve genial.

—Buenos días —digo suavemente— él abre los ojos y se asusta.

—¿Estoy soñando? —se toca todo el cuerpo y luego ve hacia el techo.

No puedo evitar reírme.

—Estás despierto, pasaste la noche en mi casa, el tiempo se fue volando y era tarde para regresar.

Me ve fijo y parpadea, al recordar sonríe aliviado.

—Mi mayor pesadilla es amanecer donde no debo. Tengo que irme.

—Te dije que te llevaría.

—Acepto.

Vamos en el coche en silencio, sin embargo él no ha dejado de sonreír desde que despertó y eso para mi es como recibir el sol de la mañana después de una noche fría.

—Tenía demasiado tiempo sin dormir bien, gracias por tu hospitalidad —me dice amable.

—A ti por visitar mi humilde casa.

—Me alegra de que no te hayas marchado sin despedirte, se que a veces soy un poco extremista, odie sentir que estoy siendo abandonado de nuevo, esto es ajeno a ti, es algo que debo aprender a manejar por mi cuenta y estoy trabajando en ello.

—Yo no quise hacerte sentir así —me doy cuenta de lo que hice.

—No tienes porque disculparte, no es tu culpa, solo quería que supieras lo que pasa en mi cabeza.

—La soledad no siempre es mala —trato de decir palabras de consuelo.

—Lo sé y en realidad la disfruto, solo que a veces es inevitable sentirte conectado con otras personas, no es algo que se pueda controlar, tampoco es algo que debería causar miedo. Por cierto Namjoon es increíble, me parece alguien encantador.

—No te enamores de él —casi le ruego.

—¿Hay alguna restricción con respecto a él? —pregunta asustado.

—Quizá solo que no me gustaría que escaparamos de él en la puerta de tu edificio.

—¿Siempre tienes que decir este tipo de cosas? —se ofende— Ese es un estúpido prejuicio tuyo, no de él —dice a la defensiva— para tu información, Namjoon me gustó tanto, tanto que está en el número uno de la lista llamada Personas con las que amaría pasar el tiempo sin acostarme con ellas.

Odio su respuesta, la odio con toda el alma.

—¿Y yo en que lista me encuentro?

—Personas con las que intento llevarme bien pero es imposible, eres el número uno y el dos.

—¿Intentas? no te veo esforzandote ni un poco —reprocho.

—Quizá por que siempre tienes el peor comentario saliendo de tu boca.

—Oh está bien, para la próxima maquillaré cada respuesta para que no te ofendas dulce abejita que le encanta picar a las flores y luego tirarlas a la basura.

Mierda.

—¿Tienes miedo de perder clientela? Yo lo hago gratis, no soy competencia —me dice sin tratar de disimular el orgullo en sus palabras.

—Al menos mi motivo es más concreto, el tuyo es solo aprovecharse de la mente de los incautos.

¿Qué pasa conmigo? ¿por qué no me puedo quedar callado?

—Claro, tienes razón, por eso me ves todo el tiempo tratando de seducir a pobres inocentes para aprovecharme de sus virtudes, tu mas que nadie eres testigo de la forma profesional que tengo de acosar a las personas.

Acepto que jamás he visto que busque a alguien, al contrario, siempre está diciendo que no.

Me arrepiento de lo que dije pero no sale ninguna palabra de mi boca.

—Dejemos esto en claro Min Agust —dice molesto— No eres mi padre, no eres mi hermano —cada palabra la dice lentamente para taladrar mi cerebro— No eres mi novio, no eres mi pareja, ni siquiera eres mi pretendiente, eres alguien que llegó de la nada solo a juzgar con cuantas personas me acuesto y me desacuesto y quien jura que será mi amigo a distancia ¿Sabes que? tu amigo es encantador, es inteligente, un gran conversador y ni mencionar que es alto e increíblemente guapo pero no necesito más drama en mi vida y tampoco lo quiero, así que gracias, pero no gracias. Hazme el favor de perderte de una buena vez para siempre.

Su energía me dice que ninguna palabra que sale de su boca es falsa y eso duele.

—¿Te bajaras en la siguiente esquina?

—Por favor.

Detengo el coche y él sale golpeando la puerta con todas sus fuerzas.

De nuevo no entiendo que acaba de pasar.


Memorias Perdidas (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora