"No me pidas nunca que te quiera otra vez. No podría, aunque lo intentara." — Lo que el viento se llevó, Margaret Mitchell
Maldición, idiota, aish ¡estoy molesto!
¿Por que me ofende que este tan pendiente de recordarme que fui un idiota que intentó desenamorarse de otro idiota saliendo con muchos idiotas?
¿Por qué me ofende que él se ofenda de eso, cuando él es quien vende su cuerpo por dinero?
Ahora resulta que tiene la solvencia moral de juzgarme...idiota. Cretino, tengo ganas de pulverizarlo con mi pensamiento. Aish.
Voy por la acera de alguna calle, de algún lugar que desconozco...otra vez. Visto el mismo traje de ayer completamente arrugado, no he tomado un baño, mi cabello es un desastre y tengo hambre. Lo único que salva mi dignidad mental son estas gafas oscuras que ocultan mi verdadera identidad tan mal como las de Clark Kent. Veo como se acerca un auto desconocido, solo eso me falta, ser víctima de un asalto.
—¿Jimin? ¿Eres tú?
Me equivoqué, solo me faltaba ser interceptado por mi antiguo terapeuta al que también le encanta juzgarme.
—Me parezco un poco pero no lo soy —contesto odioso.
—Rayos, eres idéntico.
—Gracias por participar , por favor señor desconocido no bloquee el tráfico, siga con su camino —le doy instrucciones mientras camino fingiendo que soy un transeúnte.
—Este es un lugar peligroso, prometo no decir una sola palabra, solo sube por favor —como siempre su poder de persuasión es peligrosamente efectivo en mi.
—Al infinito y más allá —digo en voz baja.
—¿Perdón?
—Hola Hoseok déjame en la parada del bus, gracias.
—¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda? noto que estás un poco desubicado, ¿ingeriste alguna sustancia ilegal?
Rayos, esto se pone peor.
—¿Tienes algo que ofrecerme? sería tentador ir por algo más fuerte.
—Tu sarcasmo no es efectivo en mí, lo sabes.
—Yo me volví inmune ante esa mirada inquisidora, lo deberías saber también.
—A la perfección.
—Excelente. Ahora que estamos claros, puedo ser honesto. Es bochornoso que me veas justo en este momento. Estoy bien, solo un poco molesto, no, me retracto, estoy terriblemente molesto por perder el control de mis emociones, si, lo sé, debo respirar profundo, eso debería ser suficiente. No quiero contarte que lo causa, no eres mi doctor y tu título de amigo con derechos venció hace, déjame ver, cuatro años o quizá un poco menos, así que no tengo razones para contarte nada, solo te agradezco me dejes en un lugar en donde mi vida no corra peligro.
—Te has vuelto un profesional en decir las cosas claramente —dice con un tono extraño.
—Me enseñaste bien.
—Eso me temo.
—Deberías estar orgulloso, tú me curaste —el sarcasmo no deja de fluir por todos mis poros esta mañana.
—La cura es peor que la enfermedad ¿Donde está la hermosa sonrisa que siempre alumbraba tu rostro?
—Estaba reservada solo para los elegidos, que por cierto, ambos me rechazaron —esta vez el reproche lo hago frontal.
—No tienes idea de cuanto me he arrepentido.
—Lastima que ya no me importa.
—¿Si no te importa por que lo traes a flote?
Tiene razón ¿Que estoy haciendo?
—Estoy canalizando mi enojo hacia ti, hacerte sentir mal me da una sensación de placer y de justicia, perdóname, lo siento.
Me disculpo.
—Deja de hacer eso.
—¿Disculparme?
—Traducir tus emociones en palabras tan fríamente.
Me quedo bloqueado, recibí demasiados años de terapia escuchando que dejarme dominar por lo que siento sin racionalizarlo me haría seguir viviendo de una forma miserable y ahora escucho todo lo contrario de boca de la persona que me enseñó a lograrlo.
Vaya, la versión cambia dependiendo de la conveniencia ¿He sido un experimento?
—No eres un juego, nunca lo fuiste, es por eso que no pude seguir. Jiminie perdóname, se que tu eres diferente a cualquier ser en el universo, lo entendí demasiado tarde.
Cielos, no tengo nada positivo que decir.
—Si alguna vez sentí algo por ti eso quedó en el pasado, ya no importa. Si alguna vez tuviste acceso a ...olvídalo. Agradezco tu amabilidad el día de hoy.
Respiro profundo como él me enseñó, es la técnica perfecta para dejar de ser un niño llorón, guardo silencio para no hacer de esto algo más desagradable.
La tensión entre ambos es increíblemente incómoda, veo por la ventana del auto que me lleva hacia mi edificio, me preparo para bajar.
—¿Puedes estacionarte en la próxima esquina por favor? —solicito en un tono neutro.
Me bajo del auto después de darle las gracias, comienzo a caminar pero siento como el se acerca hacia mi y me toma de la mano.
—Jiminie yo, yo no te he olvidado —dice con ojos sinceros mientras retira un poco de cabello que cubre mis ojos.
Su roce me causa dolor.
—Yo si ¿y sabes que es lo más lamentable? que tu me obligaste a hacerlo —también digo la verdad.
Decirlo en voz alta hace que me duela el corazón.
Me retiro y entro directo a mi casa, este día ya no puede ser peor, no quiero ver a nadie más, no puedo, no tengo fuerzas. Me dirijo hacia mi habitación, me hago bolita en mi cama, busco en mi móvil esa carpeta oculta, en la que guardo las únicas pruebas de esa noche que él y yo pasamos juntos, cuando creí que me había enamorado de verdad, ese día que estaba tan feliz que tome cientos de fotos de él a mi lado mientras aún dormía, ese día que él borró de mi memoria por arte de magia...sin mi consentimiento.
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Memorias Perdidas (Yoonmin)
Teen FictionSer raro no fue un problema hasta que confirmé que, en realidad, sí soy raro. Cielo santo, no sé cómo decodificar toda esta información en mi cabeza. Cuando era niño, mis amigos imaginarios eran hadas del bosque. Decirlo en voz alta me llevó a varia...