Memorias Perdidas (Yoonmin)

SI A TODO

"La vida es una aventura atrevida o no es nada." Helen Keller

Ser raro no fue un problema hasta que confirme que realmente si soy raro...cielo santo, no sé cómo decodificar toda esta información en mi cabeza.

Cuando era niño mis amigos imaginarios eran hadas del bosque, decirlo en voz alta me patrocinó varias consultas con psiquiatras...ahora resulta que de verdad existen y que solo los raros como yo pueden verlas. Es absolutamente demencial, sin embargo sería la respuesta a todas mis inseguridades y partes de mi personalidad que me hicieron dudar de mi lucidez mental toda la vida.

Es un desastre.

De la misma forma es un desastre que me guste tanto un Elfo...cielos. Cuando pienso en Elfos solo puedo asociarlos a la imagen de un ser con orejas largas y ropas viejas que desea su libertad. Muy lejos del ser de piel de porcelana, cabello de color de la noche y ojos felinos...¿felinos? ¿orejas de gato? mierda, no estaba alucinando. Estoy tan molesto...esto suena increíble, pero dentro de mí también se que es verdad. Y hace que el nombre de Hoseok golpee mi mente como cuando un vecino molesto martilla la pared a media noche.

En mi cabeza solo hay desorden con esta situación.

Decidí dar marcha atrás, no necesito agregar más problemas a mi vida, estaba dispuesto a arriesgarme con él aun creyendo que su profesión era...aish ¡soy un tonto!...

Entiendo que es una guerra perdida, los humanos y los Elfos por naturaleza no deben estar juntos y no volveré a pelear contra la naturaleza nunca más. Pretenderé que nada de esto pasó en la realidad, solo en mi imaginación como cuando ...aish, malditos seres mágicos robarecuerdos.

Estoy cansado de vivir entre la fantasía y la realidad porque es difícil diferenciar a una de la otra. Y las pruebas de mi realidad corren peligro cerca de un ser de estos.

Involucrarme en esta situación hará más complejos estos molestos sentimientos, creo que al final lo más sano es aceptar que es mejor estar solo.

He pasado el resto del día viendo hacia el techo de mi habitación, cada segundo, las cosas van perdiendo sentido para mi, sin que pueda evitarlo.

Mi móvil suena, no quiero hablar con nadie, pero es alguien insistente.

—Diga.

—Ven conmigo el viernes —la voz de Jackson es amigable.

—No tengo ánimos —contesto brusco.

—Te lo ruego, eres un punto de apoyo para mi.

No soy apoyo ni para mí mismo.

—Eres suficiente capaz, tu padre te enseñó bien a ser como él, no deberías estar nervioso.

—No lo sé.

—Si lo sabes.

—¿Irás con alguien más?

—No me acostaré con nadie de la oficina este fin de semana ¿quieres que lo coloque en los anuncios de la cartelera?

—Deja de hablarme de esa forma, es molesto.

—Deja de hablarme fuera del horario de oficina, es un fastidio.

—A veces... desearía poder odiarte —suspira.

—Eres bienvenido a hacerlo, ciao.

Cuelgo groseramente esa llamada innecesaria, mi humor va en picada con cada segundo que pasa. Esta vez inhalar y exhalar no me sirve de una mierda, mi autocontrol está por los suelos. El móvil vuelve a sonar una y otra vez.