"No hay nada tan desmoralizante como una mala interpretación acertada." Mark Twain
—¿Irás conmigo al aniversario no? —Min Ho se acerca a mi con cara de inocente mientras almuerzo en la cafetería del edificio.
—No.
—Al menos piénsalo ¿si?
Esto raya en lo desesperante.
—¿Dime con quien apostaste que me llevarías? Quizá quiera favorecer a alguien.
La cara asustada de él es un poema.
—Conmigo —escucho una voz detrás de mí.
—Hoseok.
—Park Jimin. Hola pequeño ¿Cómo estás?
Ver a mi antiguo terapeuta dos veces en tan poco tiempo se siente bien, rayos, jamás pensé que eso era siquiera posible.
—¿Qué haces acá?
—Trabajo aquí.
—No es verdad ¿desde cuando?
—Mmm tres meses quizá.
—No me estás siguiendo ¿verdad? —lo miro con sospecha.
—¿Por qué haría algo así?
—No lo sé, dímelo tú, te encuentro en los lugares menos esperados.
—Estoy dando asesoría a una compañía de este mismo edificio, quizá sólo sea casualidad.
—Me alegra saber de ti.
Pero espero no volver a verte jamas.
—A mi me alegra también. Espero que estés tan bien como te miras —Sonríe.
—¿Qué apostaste?
—Que irías conmigo —me mira interrogándome, como cuando me quería hacer reflexionar en una sesión.
—Ya veo. Pudranse todos —me levanto de mi lugar enseñándoles el dedo medio.
Hoseok me mira satisfecho.
Idiota. Odio que se meta en mi mente.
Odio que aun me agrade, Odio que no lo pueda odiar, aun sabiendo que tanto y que tan bien me conoce.
En unas semanas será la fiesta de aniversario de la compañía, cada año es un derroche, este tipo de festejos son épicos, sin embargo hace tiempo dejé de disfrutarlos, desde que entendí que yo era el premio más apostado de la noche.
Ese día me di cuenta de lo que yo significo para cualquiera que me rodea en este lugar, soy algo así como un reto solo para profesionales. Cuando tengo ganas de ser cruel me gusta hacerle creer al más irritante de todos que lo consiguió, luego, solo lo desecho, bloqueando sus intenciones hacia mí.
Decir que no lo disfruto, es mentir.
Pero este año no lo haré, no tengo ganas de entrar en ese juego, nunca mas volveré a prestarme a eso.
Ha sido un día fastidioso desde que inició y pareciera que ha tardado cuarenta y ocho horas en acabar. Primero Agust no yéndose nunca/para siempre y ahora estos idiotas, me alegra que falte poco para que sean las cinco de la tarde, ha sido agotador no dormir bien estos días, espero poder descansar.
Al llegar la hora me apresuro a salir por la puerta principal, debo subir a un taxi antes de que el tráfico me deje atascado en la hora pico.
—Jimin —una voz me llama— volteo a ver y es Agust.
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Memorias Perdidas (Yoonmin)
Novela JuvenilSer raro no fue un problema hasta que confirmé que, en realidad, sí soy raro. Cielo santo, no sé cómo decodificar toda esta información en mi cabeza. Cuando era niño, mis amigos imaginarios eran hadas del bosque. Decirlo en voz alta me llevó a varia...