Ser raro no fue un problema hasta que confirmé que, en realidad, sí soy raro. Cielo santo, no sé cómo decodificar toda esta información en mi cabeza. Cuando era niño, mis amigos imaginarios eran hadas del bosque. Decirlo en voz alta me llevó a varias consultas con psiquiatras... Ahora resulta que de verdad existen y que solo los raros como yo pueden verlas. Es absolutamente demencial, pero sería la respuesta a todas mis inseguridades y a las partes de mi personalidad que me hicieron dudar de mi lucidez mental durante toda mi vida. Es un desastre. De la misma forma es un desastre que me guste tanto un Elfo... HISTORIA YOONMIN
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