Capitulo 3

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LAGDON

Nunca e sido un hombre fácil, ni siquiera en mi adolescencia el antiguo Boss mi padre Fabio Lamorte fue un hijo de puta en esa etapa, quince jodidos años y me metía en peleas clandestinas, tengo todo el cuerpo lleno de cicatrices unas cubiertas por tatuajes otras a la vista, pero la espalda era la parte de mi cuerpo que al le gustaba torturar, me azotaba.

Cuando cumplí los diecinueve mi padre me metió a Le gouffre des damnés (la fosa de los condenados)

Recuerdo el día que entré en La Fosa como si fuera ayer. Fabio me había enviado allí para que aprendiera a ser un hombre. Me dijeron que era un lugar de entrenamiento, que me enseñarían a ser fuerte y a sobrevivir en un mundo cruel.

Pero la verdad es que no fue tan diferente a lo que ya había experimentado en casa. Mi padre, Fabio, siempre había sido brutal conmigo. Me golpeaba, me humillaba y me hacía sentir como si no valiera nada.

La Fosa solo fue una continuación de eso. Los guardias eran brutales, los prisioneros eran animales y el régimen era de máximo seguridad.

Pero para mí, no fue nada nuevo.

Perdí la cuenta de a cuántos degoye, desolle, torture y mate. Solo para mantenerme con vida.

Pasé un año en La Fosa. Un año que me cambió la vida. Mi padre me había enseñado a ser un animal, y La Fosa solo me enseñó a ser un animal más eficiente.

Cuando salí de La Fosa, era un hombre. Un hombre sin alma, sin corazón y sin compasión.

La Fosa solo fue la confirmación de que ya había perdido todo lo que era humano en mí.

Y se confirmo aún más cuando mate a mi padre, el Boss de la Mafia Corsa asesinado por su único hijo, se lo merecía ese hijo de puta.

Hubo cuestionamientos por parte de miembros del clan pero esos mismos miembros ya no están y otros como Román y Carlos que no cuestionaron mis mandatos, además hice de la Mafia Corsa una organización poderosa y fuerte, nadie se mete con nosotros, tenemos tratos con Rusia, Italia, con La Camorra etc.

Ahora todos me respetan como lo que soy El Parán de La Mafia Corsa y dueño de todo Francia.

Y de lo que yo quiera.

Y ahora lo que quiero es, tener a esa mujer.

Desde que la vi entrar la admire la vi  inalando y exalando para relajarse, su escote dejaba ver cómo sus dos par de pechos se inflaban, mierda si que me excito, pelirroja de cabello largo, rizado, ojos azules, pequeñas pecas que se remarcan en su piel y un rostro perfecto.

Como un hijo de puta tan horrible como Román pudo tener a esa belleza, escondida de todo el mundo, como pudo siquiera consevir el echo de separarse de ella de no tenerla cerca.

Después de que me dijera su nombre por fin.

Victoria Rose

Saboree su nombre en mi boca, diciéndolo despacio. Nos estaríamos viendo eso era seguro.

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Un nuevo día empieza aquí en Francia me visto y me subo a mi Ferrari. Un auto me sigue detrás, mis hombres de confianza Bret y Paolo. Tenemos que asegurar la seguridad de toda Francia y por eso mismo tenemos que acabar con las ratas que hay escondidas por ahí violadores, ladrones y hijos de puta que tratan de joder mis negocios.

Llegamos a una pequeña casa en los suburbios de Francia. Gulia una señora grande de edad pero que dejo vivir aquí a cambio de su silencio y de algunos trabajos donde necesito bajo perfil lleva casi tres años trabajando para mí.

A Tu MercedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora