LAGDON
Dos semanas sin verla. Dos semanas sin escuchar su voz, sin sentir su presencia, sin ver su sonrisa.
Me siento como si estuviera muriendo lentamente. La ausencia de Victoria me está consumiendo, devorando mi alma. No puedo dormir, no puedo comer, no puedo pensar en nada más que en ella.
Mi mente está llena de imágenes de ella, de recuerdos de nuestros momentos juntos. Me acuerdo de la forma en que se reía, de la forma en que me miraba, de la forma en que se sentía entre mis brazos.
Pero ahora, todo se ha complicado. Las cámaras fueron descubiertas y no puedo vigilarla desde aquí. No deje a nadie a su cuidado, contaba con la malditas cámaras para verla y vigilarla. No sé qué está pasando en su vida, no sé si está bien, no sé si piensa en mí.
No me contesto el mensaje, no me llama. Es como si hubiera desaparecido de mi vida. Y por desgracia para mí, mi orgullo no me permite insistirle se supone que ella debería de estar haci yo no.
Mi ansiedad aumenta con cada minuto que pasa sin saber de ella. Mi corazón late con una sola palabra: "Victoria".
—Parán, ya están aqui —dice Paolo, interrumpiendo mis pensamientos.
—En un momento —respondo, sin levantar la vista de la pantalla que sostenía en mis manos.
Me siento como un adicto sin su dosis. Necesito verla, necesito escucharla, necesito sentir su presencia.
De mala gana me levanto de mi silla y me dirijo a la sala donde me espera Lorat con sus demás miembros.
—Lorat —digo ansioso aún —¿Que querías hablar? Sabes que tengo que atender a los demás clanes también.
Lorat es un anciano de casi sesenta años aunque aún se ve fuerte.
—Este es el asunto Lamorte. —dice poniendo sus brazos en la mesa —mi hija Lara es muy hermosa ¿No?
—Tiene lo suyo.. —le digo encogiendome de hombros —ve al grano..
—Como sabes.. —dice Lorat —en nuestro mundo, los lazos familiares y los negocios van de la mano. Unirse a nuestra familia mediante el matrimonio con mi hija Lara sería beneficioso para ambos clanes.
—Entiendo tu punto, Lorat —digo —Pero no estoy echo para un matrimonio.
Lorat se inclina hacia adelante, su voz tomando un tono serio.
—Lamorte, eres un hombre poderoso, pero no puedes mantener tu estatus solo. Necesitas alianzas, lazos fuertes con otras familias. Mi hija Lara es una excelente opción para ti. Es hermosa, inteligente y proviene de una familia poderosa.
Es guapa y claro que me la cogería pero casarme nunca.
—Lorat —digo—no necesito consejos de ningun viejo Boss
Lorat frunce el ceño, su expresión seria.
—Un matrimonio con mi hija te daría la estabilidad y el poder que necesitas para mantener tu posición.
—Mi posición nadie se atrevería a amenazarla, saben de que soy capaz el que se atreva a amenazarme acabará muerto.
—Eres un joven insolente —dice, su voz alta y autoritaria —Deberías respetar a tus mayores y escuchar sus consejos.
Me cruzó de brazos, sonriendo ligeramente.
—Lorat, no necesito consejos de nadie —digo, mi voz firme y calmada —Soy el jefe del la Mafia Corsa, y no necesito que me digan qué hacer.
—Eres un arrogante —dice, y una sonrisa se dibuja en mi rostro, todo me recuerda a ella —Tu falta de respeto es inaceptable. Deberías recordar que tengo más experiencia y edad que tú.
Me encogí de hombros.
—La edad no es sinónimo de sabiduría, Lorat —digo sonriendo —Y en cuanto a la experiencia, he demostrado ser capaz de liderar mi organización con éxito.
—Eres un insolente —grita —No sabes con quién estás hablando.
Sonrio, mi voz baja y peligrosa.
—Sé exactamente con quién estoy hablando, Lorat —digo —Un hombre que quiere imponer su voluntad sobre mí, pero olvida que soy su igual. Apesar de que a mí todavía se me pare sin necesidad de tomar una pastilla. No necesito tu aprobación ni tu respeto.
Lorat se levanta, con la respiración agitada. Por un momento, pienso que va a atacarme, pero se contiene.
—Recuerda, Lamorte —dice, su voz baja y amenazante —no subestimes a tus enemigos. Pronto te darás cuenta de que necesitas aliados como yo.
—Insinuas que si no acepto a ti hija ¿vas a romper nuestra alianza? Que patético
—Es una oportunidad..
Me rio, mi sonrisa amplia.
—No necesito aliados que me digan qué hacer, Lorat —digo parandome de la silla—Soy el Parán de Mafia Corsa, tengo el poder suficiente para acabar con todo lo que se me atraviese. Incluso tu.
—Te arrepentirás, eso te lo aseguro.
Lorat se levantó y se fue. La noche continuo con muchos de mis socios dándome informes sobre las ganancias de todos los negocios en los que yo estoy involucrado.
Todo va bien, a excepción de la visita de Lorat. Se atreve a ofrecerme a su hija, se que a Lara le gustó, eso lo dejo claro cuando quiso que se la metiera yendo a mi habitación con lencería pero me contuve estaba demasiado extasiado con el resultado de mis planes.
Para tener a Victoria comiendo de mi mano, pero resulta, que yo soy el que está comiendo de su mano y hasta besando el piso por dónde ella camina.
Solo faltan dos semanas para regresar a Francia pero no puedo seguir así.
Tengo que regresar a Francia lo más pronto posible, máximo una semana más.
Tengo que concentrarme en acabar los malditos pendientes y regresar. Necesito verla.
—Brett agenda mi regreso en una semana..
—¿Tan pronto? —dice Brett —todavia no a terminado de atender a todos sus socios.
—Tengo una semana —Le digo enojando me —¡Haz lo que te digo! Que tengan el Jet listo para dentro de una semana
—¡Si Parán! -se fue.
Dentro de una semana. Solo una semana más.
—¡Y tu Paolo! ¡Revisa cada pendiente! Quiero que todo quede arreglado para mí regreso.
—¡Cómo usted diga!
—Solo una semana, una más —digo para mí mismo mientras me sirvo un vaso de Whisky —tendre que drogarme como hasta ahora para no caer en la locura.
Pronto, pronto la vería de nuevo.
Notita de autora:
No pues si mi Lagdon el menos dramático, el menos obsesionado. Yo creo que ya cayó hace mucho jajaj
Si Victoria se la está pasando muy bien jajaaja
En fin voten y comenten ❤️ 🫂
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A Tu Merced
RomansaEn las sombras de la Francia nocturna, Lagdon Lamorte, un enigmático y poderoso hombre con un pasado marcado por la sangre y el poder, gobierna con mano de hierro el mundo del crimen organizado. Dueño de todo y temido por todos, su vida es una const...