L'HÉRITAGE DU LAMORTE

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EL LEGADO DE LOS LAMORTE

Dos hermanos gemelos, Fabio y Fabián Lamorte eran los únicos que podrían seguir el legado de los Lamorte.

Mi padre me tuvo a mi primero y de la noche a la mañana apareció Lagdon.

Éramos casi idénticos, como nuestros padres. Pero a diferencia de mi padre Fabián, Fabio tenía una manera retorcida de educar a Lagdon.

Cada uno educó a su hijo a su manera. Mi padre no tenía una mente tan retorcida pero tenía lo suyo.

No nos odiamos al menos no en ese momento. Pero después de que paso el entrenamiento y teníamos que pelear por saber quién sería el Parán todo cambio.

Pelamos frente a el consejo, frente a esos viejos.

Lagdon había salido apenas de la fosa de los condenados, hacia misiones para Fabio y yo que era más grande que el ya había pasado por eso.

Creí que tenía la pelea ganada. Pues Lagdon no se miraba tan bien. Su mirada estaba perdida y no expresaba absolutamente nada, estaba en forma pero no era tan fornido como yo.

—El ganador marcará al otro donde el decida —dice Fabio —tal y como yo lo hice con Fabián

Mi padre se levantó la camisa y me mostró su pecho. Una gran cicatriz.

—¿Entendido?

Solo asentimos.

La pelea empezó y tal vez fue por confiarme demasiado no lo se. Pero Lagdon era hábil, era rápido y me asestaba pocos golpes pero los que me daba eran certeros me hacían realmente daño. Yo también lo golpeaba y ni siquiera sabía si le dolía, pues no expresaba nada, no se que tipo de entrenamiento llevo.

Pero a juzgar por sus cicatrices fue más extremo que el mío.

Al final el ganó. Mi padre estaba furioso, realmente furioso. Fabio le había ganado a el antes y ahora Lagdon me había ganado a mi.

Fabio se acercó a él y le susurro al oído. Seguido de esto, le entrego una navaja. Se puso sobre mi cuerpo adolorido y empezó a cortarme el rostro.

—¡Detenganlo! —escuche gritar a mi padre —¡Eso no! ¡Fabio!

—Son las reglas hermano, tal y como tú tiene que ser marcado, en donde mi hijo quiera.

Después de humillarme. Todos estuvieron de acuerdo en que Lagdon sería el próximo Parán si lograba pasar otras pruebas. Aún había esperanza.

Pero solo tres años después sucedió algo que cambio todo. Lagdon asesinó a mi tío Fabio y con el a mi padre. Justo ese día mi padre había ido a hablar con él y pues acabo muerto. Al menos de un disparo fue menos sádico que como murió Fabio.

Tuve que ver el cuerpo de mi padre, tenía un disparo entre las cejas. Pero Fabio Lamorte era una muestra de lo podrida que estaba la mente de mi primo, estaba colgado como si fuera un animal en una carnicería, le arranco la piel tira por tira, aún vivo.

El también había matado a sangre fria a su madre, su mismo padre llego a regocijarse de eso cuando paso. Había creado la perfecta máquina de matar, dijo a mi padre. Según el Lagdon se había ido a una misión después de eso, por eso no lo acompañaba.

Tan podrido tenía el corazón que incluso no mostró arrepentimiento por a ver matado a su madre. Cuando volví a verlo tenía la mirada vacía, siempre divagando, tenía ojeras profundas parecía no a ver dormido días.

Después de la muerte de mi padre y de mi tío. Lagdon se volvió Parán ya había sido elegido, trate de disuadir la decisión del consejo pero ellos dijeron que el era perfecto. Quién diría que después el lo mataría a todos, viejos idiotas.

Trate de matar muchas veces a Lagdon, nos enfrentamos y este hasta parecía disfrutarlo pues jamás se negaba a una pelea. Nunca le pude ganar. Ni siquiera para derrocarlo el era poderoso. Por mucho tiempo me enfoque en hacer fortuna y tener poder para al fin matarlo, eso quería matarlo. Quitarle todo.

Hasta hace poco, Roman Rose Renault vino a mi en buscá de ayuda ofreciéndo sus hombres, su fortuna y su poder. Quería recuperar a su hija Victoria.

Carlos Laurent y cuando se iba a atacar se nos unió Lorat el líder de la Camorra, Lagdon había humillado a su hija y Víctoria la había agredido.

Victoria Rose Renault todo estaba alrededor de ella. La conocí siguiendola, vigilando la. Era muy hermosa, cabello rojo, ojos azules, un cuerpo perfecto.

Ella es la clave, la pieza que me faltaba la que siempre me faltó.

La muerte no es un castigo para el. Se que siquiera le teme, tortura tampoco Fabio lo entreno bastante bien para soportarla. Lo mataría antes de que siquiera me muestre una mueca de dolor.

Por qué una joven tan hermosa e inteligente se habia enamorado de él. No entiendo, no alcanzo a comprender por qué.

La respuesta vino a mi recordando su forma de ser. Lagdon era un experto manipulando, tejía miles de redes de mentiras y engaños solo para entrar en tu mente. Por más que me cueste admitirlo el hijo de puta era inteligente demasiado inteligente.

No dudo que engañara a esa joven, demasiado ingenua, demasiado inocente.

Ella era la clave, su amor era la clave. Ella tenía que descubrir la verdad detrás de la fachada de humano que tenía.

La que a echo revivir ese corazón muerto es la clave. Ella es la debilidad de Lagdon, su punto vulnerable. Con ella a su lado, se siente débil, expuesto. Y eso es exactamente lo que necesito.

Me fascina cómo Lagdon arriesgo todo por ella, cómo se expuso sin importarle las consecuencias. Es como si hubiera encontrado una nueva razón para vivir, una razón que lo hace sentir vivo después de tanto tiempo.

Lagdon no ha arriesgado nada por nadie antes. Nunca se ha expuesto de esta manera. Pero por Victoria, está dispuesto a arriesgarlo todo.

Es irónico, ¿no? El hombre que nunca se le había visto sentir nada ahora está dispuesto a morir por ella. Y eso es exactamente lo que lo hará perder.

Porque cuando una persona se siente débil, cuando se siente vulnerable, es cuando se cometen errores.

El plan está en marcha.

A Tu MercedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora