Capitulo 37

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LAGDON

En la oscuridad de mi mente. Siento la debilidad de mi cuerpo. Estoy horriblemente jodido. Me azotó hasta cansarse y lo peor para el es que no consiguió absolutamente nada.

Me desmaye, estaba demasiado debil. La hipotermia y la perdida de sangre me estaban matando. Me siento tan débil, tan vulnerable y lo odio. Jamás había sentido algo igual después de Fabio y no es por Lance no quiero darle tanto crédito. El hijo de puta ni siquiera es original en sus torturas, solo es un idiota que cree que es mejor que yo. Pero no lo es.

Lo que me hace vulnerable es mi alma rota. Mi forma de amarla no es sana, podría decir que dependo de ella hasta para respirar. Y esa debilidad me ahoga, me sofoca, me hace sentir vulnerable. Odio esta sensación y odio no poder controlar mi propio cuerpo.

Mi mente está nublada, confundida, pero el dolor es claro, es real. Siento cada golpe, cada latigazo, cada herida abierta. La sangre se escurre de mi cuerpo, caliente y viscosa, y yo puedo sentir su sabor amargo en mi boca.

Solo tengo dolor y debilidad. Me siento roto, fragmentado, como si mi alma estuviera desgarrada. Todo por una mujer.

Y entonces, escucho una voz. Una voz suave, dulce, que me habla con cariño.

Corazón... Estoy aquí. Estoy contigo.

Me río interiormente, amargamente. Otra alucinación. Otra mentira que mi cerebro me cuenta para mantenerme con vida.

¿Y si no fuera una alucinación?

¿Y si fuera real?

Sería imposible, ella me odia.

Aunque no importa. En este momento, no me importa. Solo quiero creer que no estoy solo, que alguien me ama, que alguien me cuida.

La voz sigue hablando, suave y constante. Me habla de amor, de protección, de cuidado. Y yo quiero creer. Quiero creer que no estoy solo en esta oscuridad.

Pero la realidad es cruel. Estoy solo. Estoy en esta habitación helada, sangrando, esperando a que Lance vuelva a torturarme. Y yo no puedo hacer nada. No puedo moverme. Ni siquiera tengo fuerzas para seguir viviendo, morir sería lo mejor.

La voz sigue hablando, pero yo sé que es solo una ilusión. Una ilusión que me mantiene con vida.

******************

La conciencia regresa a mi. Siento algo más que el frío del piso, de echo es algo suave, está tibio, comodidad.

Perfecto ya me mori.

Toco lo que parece ser tela, una cama. Estoy arropado, el dolor sigue pero ya no lo siento tanto. Definitivamente ya me morí.

—Despierta —esa voz —por favor mi amor, despierta.

Abro los ojos despacio, la habitación tiene una luz tenue. Mi visión es borrosa al principio veo una silueta frente a mi, con mi mano entre las suyas. La sensación es familiar.

—Vuelve a mi.. —esta llorando —todavia tienes que hacerme tu esposa.

Victoria.

Mis ojos se aclaran. Y la veo, con la mirada preocupada y llorosa. Esta aquí. No estoy alucinando.

—Hola.. —me sonríe llorando —dormiste mucho mi corazón.

La voz le tiembla. Y yo solo la observo, mi corazón late con fuerza en mi pecho. De verdad está aquí, ella hizo lo que le pedí, ella me ama.

—Dime algo.. —dice sollozando.

—Estas.. hermosa.. —digo apenas pues tengo la garganta seca, ella se rie —¿Cómo..?

A Tu MercedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora