Capitulo 17

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VICTORIA

Desperté sobresaltada viendo la habitación a oscuras con un rayo de luz entrando por un pequeño espacio donde la cortina no alcanzaba a cubrir.

Una cama tan cómoda y una situación que me hacía sentir tan mal.

Lagdon Lamorte enamorado de mi

—Yo lo amo —le dije

Aunque se que no era cierto creí torpemente que haci me dejaría ir de aquí, que me dejaría cumplir lo que había dicho que haría, casarme para aliviar un poco la culpa que siento por esas dos mujeres una dio su vida por mi y la otra dedicó el resto de sus días a mi.

Me abofeteo, me golpeó. Y después se atreve a decir que me ama, estoy segura que está loco.

No es Lagdon que conocí, sereno, arrogante. Su cabello blanco solo me hizo recordar lo bien que la pasábamos juntos, lo mucho que amaba estar con el. Ahora no estoy segura de nada, este Lagdon me asusta.

Mon amour me llamo. Por un momento olvide lo que me había echo y lo vi con los mismos ojos que siempre lo había visto.

Veo al rededor de la habitación y encuentro al mismo hombre de cabello blanco dormido a un lado de mi en un sofá. Su respiración profunda es lo único que se escucha. Se ve tan tranquilo y sereno. Y tan guapo.

Veo como se remueve.

—Mon amour —dice viéndome con una sonrisa —despertaste..

Yo solo lo veo, como arremanga su camisa manga larga hasta sus codos y deja al descubierto sus tatuajes.

Se acerca a mi y se sienta en la cama.

—¿Quieres desayunar? —no respondo y solo lo veo —muy bien te traeré a algo..

Sube sus manos a mi rostro una en cada mejilla. Mira el moretón que tengo a un lado cuando me quejo.

—Lo siento.. —me dice sobando mi mejilla con su dedo pulgar —no quise...yo no soy así...yo te..

—No lo digas —le digo agarrando sus brazos y quitándo sus manos de mi rostro.

Lo tomo de los brazos observando cada tatuaje que tiene en su piel, pero siento cicatrices.. cada cicatriz está tapada por un tatuaje observo las palmas de sus manos, también llenas de ellas. Lo veo a los ojos y el a mi, cuando parece darse cuenta de algo se aparta.

—Te traeré algo para que desayunes rojita.. —dice saliendo de la habitación rápido —¿Esta bien?

Yo me quedé en la cama viendo la puerta.

En realidad cuando pregunte por el, casi nadie sabía nada de él al menos no de antes de que matara a su padre.

¿Que le abra pasado?

—Lagdon.. —digo en un susurro para mí —que te paso..

Al poco tiempo regresa cambiado con su típico traje negro y una mesita para desayunar en cama.

—Espero que te guste y si no te gusta podrían prepararte cualquier otra cosa..

Observo el desayuno y después a el quien sigue viéndome.

A Tu MercedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora