LAGDON
Unos ojos azules me observan detrás de las rejas de una jaula de tamaño grande. Mi madre a venido a verme otra ves.
—Mi niño.. —susurra —tu padre no está aquí puedes hablarme.
—Ma...mama.. —digo sollozando -sacame de aquí
—Eso haré hijo el tardará dos días en venir de nuevo —dice abriendo la puerta de la jaula —Mon cœur (mi corazón).. —abre los brazos para que corra hacia ella.
Y haci lo hago o al menos lo intento, siento un dolor en los tobillos en la planta de los pies. Los grilletes que mi padre me había puesto antes de meterme a esta pequeña jaula, habían dejado ampollas y tras tratar de luchar para quitarmelas, me había lastimado los tobillos.
—No puedo.. —digo llorando —¿Te lastimó a ti también? —veo su labio partido.
Fabio jamás le dejaba marcas tan visibles a mi madre.
—Si lo hizo, pero no te preocupes por mi. —dice yendo hacia mi tocando me el rostro —ven mi amor.
Se hinca y me subo a su espalda ella me saca de ahí, me baña con agua caliente y me pone ropa limpia.
—¿A dónde iremos? —le pregunto —por fin nos iremos de aquí mamá..
Ella me ve llorando y suspira.
—Lo intentaremos mon amour —me da un beso en la frente —perdon por no poder protegerte mi niño
Asiento, me siento a salvo y en paz.
Salimos de la casa de Fabio teníamos dos días para poder escondernos. Mi madre conducia mientras el sueño me ganaba, Fabio me había mantenido tres días despierto, tirándole agua helada cada vez que me veía dormido.
—Mon cœur (mi corazón)—me despierta suavemente —ya llegamos mi niño.
—Donde es aquí.
—Un lugar que espero y tú padre no conozca.
Era una playa, escondida solo había una pequeña cabaña muy linda echa de madera a la orilla de la playa. Mamá me cargó hasta la cabaña y me dejo descansar hasta la tarde, para comer. Después me saco afuera y estuvimos viendo el atardecer, era una de las pocas veces que estaba feliz y en paz.
Mamá sentía la brisa salada del mar y cerraba los ojos, suspiraba y sonreía. Haci era cada vez que intentábamos escapar y estábamos lejos de Fabio. A la tarde siguiente ya podía caminar un poco, dormí de nuevo casi todo el día y en la tarde mire a mi madre correr en la playa riéndose, feliz apesar de los moretones que tenía en su cuerpo que seguramente le dolían.
Me quedé sentado viéndola caminar y reír al sentir la brisa del mar, el sol cayendo me vio y llegó corriendo a mi.
Ella se sentó, puso mi cabeza en sus piernas y acariciaba mi cabeza con sus manos, peinaba mi cabello hacia atrás.
—Mon cœur, si j'avais su quel genre de monstre était ton père... Je ne lui aurais jamais confirmé que tu étais son fils. (Mi corazón, si hubiera sabido qué tipo de monstruo era tu padre... Nunca le habría confirmado que eras su hijo.) —me dice con lágrimas saliendo de sus ojos —perdoname hijo.. te amo.
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A Tu Merced
RomanceEn las sombras de la Francia nocturna, Lagdon Lamorte, un enigmático y poderoso hombre con un pasado marcado por la sangre y el poder, gobierna con mano de hierro el mundo del crimen organizado. Dueño de todo y temido por todos, su vida es una const...