VICTORIA
La otra mitad de semana paso rápido para mí desgracia. Y solo quedaban estos cinco días para que la boda se llevará acabo el sábado en la mañana. Todo estaba preparando, todo estaba listo menos yo.
Fui a comprar las últimas cosas que necesitaba mi velo y algunas joyas que Patrick insistió en que comprará. Trato de llevar las cosas bien con el, apesar de que no es del todo mi tipo hace lo que puede para hacerme feliz y eso se lo reconozco.
Lunes en la mañana estoy comiendo con mi prometido como ya es costumbre desde que mi padre me obligó a salir del encierro en el que estaba.
—Ya faltan solo estos días —me dice riéndose —estoy feliz de que casi nos casamos.
—Si, bueno yo también —le digo tratando de sonar lo más conveniente posible
—¿A dónde te gustaría ir de luna de miel?
Italia
—A Italia —digo con ilusión
—Italia está demasiado cerca, digo que si vamos a tener un viaje podríamos ir a otro lado donde tu no conozcas
—¿Cómo a dónde?
—A algún lugar exótico ¿Qué tal Bora Bora o las Maldivas?
Quería volver a visitar Italia desde que mi padre me trajo aquí. Toda mi vida se quedó allá pero Román Rose mi padre me dijo que tenía que ser complaciente y linda.
—Seguro...está bien
—Perfecto me encargare de todo -me toma la mano seductoramente -ancio estar casado contigo..
Nunca se me pasó por la mente que tendría que tener sexo con el. Era algo demasiado obvio, pero nunca lo tuve en mente.
—Si.. —digo decir incomoda, viendo como acaricia mi mano. —en fin ¿Cuántos invitados hay?
Le pregunto por qué no se, no tengo la menor idea de quienes vendrán. Además de que me urgía cambiar de tema.
—Pues dado a qué mi padre y tú padre son los más cercanos al Parán y tienen muchos contactos, insistieron en invitar a algunos miembros de los Italianos, Rusos, Camorra etc..
—Ya veo..
-Si, será una boda nada sencilla —me ve con una sonrisa de orgullo —todo lo que tú te mereces nada menos Victoria.
—Si..
***************************
La semana pasó volando, como si los días se hubieran evaporado en el aire. Ahora, aquí estoy, de pie en mi habitación, mirando mi reflejo en el espejo. Es sábado en la mañana y dentro de unas horas, me iré a la iglesia para casarme con Patrick.
Me siento nerviosa, ansiosa, y un poco perdida. Mi corazón late con una mezcla de emociones encontradas. No sé si estoy tomando la decisión correcta, pero sé que no puedo echarme atrás ahora.
Mi vestido de novia está colgado en la percha, esperando a que me lo ponga. Es hermoso, de encaje y seda, con un velo que me cubre el rostro.
ESTÁS LEYENDO
A Tu Merced
RomanceEn las sombras de la Francia nocturna, Lagdon Lamorte, un enigmático y poderoso hombre con un pasado marcado por la sangre y el poder, gobierna con mano de hierro el mundo del crimen organizado. Dueño de todo y temido por todos, su vida es una const...