Capitulo 43

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En la oscuridad de la muerte, el amor brilla con una luz cegadora. Es el único refugio, el único consuelo, el único motivo para existir. Y cuando la persona que amas se va, la muerte se convierte en el único camino para reunirse con ella.

Sin ella, no soy nada. No soy nadie. No tengo razón de ser. Mi corazón late solo por ella, mi alma existe solo para ella. Y cuando ella se va, mi corazón se detiene, mi alma se desvanece.

Pero en la muerte, podemos estar juntos de nuevo. Puedo abrazarla, besarla, sentir su calor una vez más. Puedo unirme a ella en un abrazo eterno, en un beso que no tiene fin.

La muerte no es el fin, es solo un nuevo comienzo. Un comienzo en el que podemos estar juntos para siempre, sin dolor, sin sufrimiento, sin separación.

Mi amor por ella es tan fuerte que trasciende la vida y la muerte. Es un amor que no conoce fronteras, que no tiene límites. Es un amor que me hace sentir vivo, que me hace sentir completo.

Y en la muerte, puedo unirme a ella en un amor que no tiene fin. Puedo ser suyo para siempre, puedo ser su refugio, su consuelo, su motivo para existir.

No hay nada más que el amor. No hay nada más que ella. Y en la muerte, podemos estar juntos para siempre, en un abrazo eterno, en un beso que no tiene fin.

 Y en la muerte, podemos estar juntos para siempre, en un abrazo eterno, en un beso que no tiene fin

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