Capítulo 8

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Bill's Pov

"Va a ser difícil, chico, pero si no eres firme con los límites, con las decisiones tomadas no habrá mejora. Recuerda lo que te he dicho de ver a Tom como un niño pequeño, si te toma la medida no podrás contener esos berrinches, ¿entiendes?".

¿Entendía?. ¿Acaso yo entendía algo de lo que estaba haciendo?. La práctica era, definitivamente, muy diferente a la teoría. Era aún peor. No pensé que de pronto, estaría viviendo nuevamente con Tom, ambos vigilados bajo el ojo estricto del Dr.

No tenía idea de si Tom ya se había percatado que estábamos vigilados todo el tiempo,  yo no lo creía necesario, pero Nicholas y el Dr. insistían que por mi seguridad estarían pegados a nosotros, en la pequeña casa de al lado, todo el tiempo. A veces podía ver al Dr. viendo directamente a la ventana de la habitación de Tom. Él no le podía ver, pero desde fuera sí que se veía todo. 

Ya había pasado poco menos de una semana desde que estoy, prácticamente encerrado, con Tom aquí y a decir verdad, no he visto mucha mejora. Si hay ciertos límites marcados, pero no veo que esto camine a ningún lado. La única vez que ha intentado hacerme daño todo salió al revés, el que terminó puteado fue él, no yo. Luego de eso no lo intentó más y ya han pasado 3 días de eso.

Tom parece alma que se la lleva la pena, no hace más que estar en su habitación todo el tiempo, camina de un extremo al otro, supongo que pensando en algo. Come poco, nunca se acaba lo que hay en el plato, pero nunca se ha quejado. No habla conmigo, para nada. Supongo que sigue confundido por lo ocurrido hace 3 días.

El Dr. cree que está tratando de entender todo para saber cómo reaccionar, que no debería darle más tiempo antes de que tenga otra crisis, cree que lo mejor es que...

- Acábate la puta comida, ahora el enfermo pareces tú, das asco, estás en los huesos - Dije cuando lo encontré de frente al plato de la cena mientras le dedicaba una mueca de asco y repudio.

Pasé a su lado y él no dijo nada. Me obligaba a ser más severo, cada vez que él no respondía yo tenía que ser más duro.

- ¿Eres estúpido?, ¿ya no hablas? - No me hacía la menor gracia decir todo esto, pero si eso ayudaba a que él reaccionara, lo haría.

Gruñó molesto y me vió con unos ojos inertes.

- Claro, eres tan parecido a tu padre, hasta en lo imbécil - Arrojé el plato que tenía enfrente fuera de la mesa, aún con bastante comida en el - Es mejor que coman las ratas a que comas tú.

Esa última frase la dije directamente pegado a su oreja, casi con todo el cuerpo echado sobre él, imponiendome a mi y a mi fuerza.

Otra de las "reglas" o especificaciones que tenía que tomar en cuenta era no respetar su espacio personal, debía sacarlo totalmente de su zona de confort, tenía que dejarlo vulnerable por completo.

- ¡Déjame en paz! - Bingo, al fin un par de palabras.

No había querido mencionar a su padre porque sabía que eso sería un golpe bajo, pero si Tom no quería colaborar tendría que tomar medidas más estrictas.

- Levanta eso, anda - Dije retador, señalando el plato con comida desperdigada en el suelo de la cocina.

Tom temblaba un poco, pero nada alarmante. Necesitaba empujarlo más al límite, necesitaba sacarlo de sus casillas para que explotara. No iba a negar que me daba un poco de miedo su reacción, pero si aceleraba más estos encuentros tal vez podría tener a mi Tom de siempre más rápidamente.

Perdóname, Tom. Perdóname por lo que estoy a punto de decir.

- Demuéstrame que eres tan buena chacha como la hija de puta de tu madre - Lo dije, maldita sea. Perdón, perdón, perdóname, mi amor.

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