Capítulo 19

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Bill's Pov

- Estoy seguro que no piensa eso - ¿Tom?.

Rápidamente levanté mi cabeza al escuchar esa voz masculina, pero como una mala broma de mis sentidos, quise creer que era Tom, hablándome, cuando no era así. Él seguía durmiendo tan plácido como estos últimos días.

Esa voz que me había devuelto a la vida por unos segundos era del jodido Doctor, que además de ser tan confianzudo como era, ahora resultaba ser mal educado, espiando las conversaciones que tenía en intimidad con mi novio.

- Ah, es usted - Dije. Lo observé un momento, de pies a cabeza, para luego regresar a la posición en la que estaba. Tenía mis brazos cruzados sobre la camilla, con mi rostro observando el de Tom.

Él se encontraba conectado a una infinidad de mierdas, esa cosa que te monitorea los latidos del corazón y hace piiip, piiip, piiip. Un par de mangueras delgaditas y transparentes que viajaban de su naricita perfecta hasta lo que parecía un tanque de oxígeno. Lo demás que tenía conectado al cuerpo prefería no verlo. Me daba repelús ver por dónde era que meaba.  En fin...

- Perdón por interrumpirte así, pero debemos hablar, Bill.

¿Ahora este que quería?.

- ¿Qué pasa? - Dije mientras cerraba la puerta de la habitación a mis espaldas. El último rayo de luz que iluminaba el rostro serio de mi novio, el mismo que deseaba que me dedicara una sonrisa otra vez, desapareció en la oscuridad de la habitación. Así como mis esperanzas de verle despertar hoy.

- Esto no es fácil, pero debo de ingresar a la base de datos tú respuesta hoy mismo.

- ¿Mi respuesta a qué? - Pregunté. No tenía ni idea de lo que hablaba.

- Sobre lo que quieres hacer con Tom, en caso de que él no despierte.

- ¡ÉL VA A DESPERTAR! - Yo enfurecí al instante. Me puse de pie de la pequeña mesa en la que estábamos sentados conversando y con mi puño golpeé la misma.

- Oye, oye, tranquilo. No quería tener que preguntarlo, porque yo también creo que Tom despertará, pero son requisitos del hospital y como yo soy su médico, pues debo saberlo.

No tenía sentido que yo me enfureciera con El Doctor Don Perfecto. ¿Por qué le llamaba así?, pues porque al parecer todas las mujeres, trabajadoras, pacientes y visitas de este hospital, se morían por él. Era un chico jóven, bien parecido, de unos 31 años, tal vez. Se me hacía muy conocido, pero no podía recordar de dónde. Era rubio, de rizos definidos y una piel blanca, bastante alto, pero no tanto como yo, aún le sacaba una cabeza de altura. Se llamaba Aaron o algo así. De igual forma, eso no era importante. Él era médico de Tom y no podía ser grosero con él, no sabía si era capaz de meterle una aguja por el brazo con alguna sustancia letal para matarlo, así que prefería mantenerlo contento conmigo. Podía sonar exagerado, pero después de todo lo que nos ha ocurrido en tan solo un par de meses y a nuestros escasos 19 años, todo podía ser posible en esta vida que parecía una mala película independiente.

- Vale, perdone. ¿Cuáles se supone que son mis opciones? - Pregunté. Nunca había estado en una situación así, mucho menos tener que decidir sobre la vida de alguien y menos de la persona que más amo en este jodido mundo.

- Normalmente, si la persona tiene la pasta suficiente para pagar el tratamiento y la estadía se puede quedar, sino deben llevarlo a casa y esperar, esa sería tu opción número uno.

- Entiendo, por el pago no se preocupe. No creo que tarde en despertar y la pasta no es un problema para nosotros.

- Muy bien - Tachó algo en su lista - la siguiente opción sería, en caso de que él no muestre mejora de aquí a 6 meses y empiece a empeorar...

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