For your hate

Capítulo 25

Tom's Pov

1 mes después.

- ¿Cómo se declara, señor Kaulitz?.

El juez con toga negra me miraba por sobre sus anteojos, escrutándome con sus párpados caídos y ojos café oscuro. Con la mirada tan intensa con la que me veía podía jurar que miraba dentro de mi alma y hasta sentía que estaba a punto de conocer todos y cada uno de mis más oscuros y jodidos secretos.

- Me declaro inocente, señor juez.

- ¿Bajo qué argumentos?.

- Sufro de una enfermedad psicológica llamada Trastorno de personalidad límite agravada y a veces pierdo la conciencia, señor juez. Yo nunca sería capaz de hacer lo que hago cuando estoy en una crisis.

- ¿Puede probarlo?, ¿tiene testigos?.

- Sí, señor juez.

- Diga sus nombres y cómo están relacionados con usted.

- Gustav Schafer, amigo. Georg Listing, amigo. Catherin Kaulitz, abuela. Joseph Black, amigo. Natalie Becker, amiga. Bill Kaulitz, esposo.

1 mes antes.

Habían pasado solo unos días desde que le hice la pregunta a Bill y no habíamos dejado pasar mucho tiempo para planear la boda. Quiero casarme con él, quiero que sea mi esposo lo antes posible, no sabía si yo me volvería Tom Trumper o él Bill Kaulitz, pero quería que nuestra unión fuera un hecho legal ya.

En Alemania no existía algo como el matrimonio gay, solo una especie de "Unión registrada", con la cuál podíamos tomar el apellido del otro y ser vistos como esposos, sin embargo, de forma religiosa no existía nada. Es por eso que quería planear una ceremonia privada, solo Bill, nuestros amigos y yo. Me dolía pensar que Capper no estaba más con nosotros, me hubiera gustado que estuviera presente en la ceremonia.

El día que supe que había fallecido, específicamente hace dos días, había llorado como bebé toda la noche. Bill no durmió un carajo por estar a mi lado, consolándome, pero es que me podía el sentimiento y la nostalgia por no haberme despedido de él. Solo ahora entendía por qué le había encontrado en aquel lejano y tranquilo lugar. Las cosas que había visto en ese tiempo empezaban a cobrar un poco más de sentido para mi.

Gracias a estar en ese lugar no tuve más dudas, sabía que quería desposar a Bill. Aún sin la confirmación de Sarah en esa especie de sueño, lo hubiera hecho, pero lo que ella me dijo solo me hizo acelerar aún más el proceso para pedírselo.

- ¿Bill? - Susurré en su oído.

- ¿mmm? - Le había despertado.

- ¿Vas a ser mi esposo? - Pregunté insistente. Bill solo sonrió, más no dijo nada.

Pasados unos cinco minutos, reanudé la conversación, despertándolo de nuevo dejando besos por sus mejillas y en las comisuras de sus labios.

- Entonces... ¿cuándo nos casamos? - Le besé un poco más profundo en la boca.

- Duérmete, Tom - Respondió aún pegado a mis labios.

- ¿Por qué?, no tengo sueño, quiero hablar de la boda.

- Vale - Abrió sus ojos y me miró.

- ¿Qué te parece la próxima semana? - Me acomodé a su lado y ambos nos giramos el uno hacia el otro, iluminados solo por la poca luz que entraba por nuestra ventana. Puse uno de mis brazos en su costado y acaricié su cintura con mis dedos.