capitulo 34

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El ambiente en la aldea estaba cargado de tensión, las decisiones debían tomarse rápido. El día había pasado como una tormenta, y las nuevas órdenes de Kang habían cerrado cualquier posibilidad de escape o tregua. El puente roto simbolizaba mucho más que una simple barrera física; era el corte definitivo entre las manadas del norte y del sur, un presagio de la guerra que se avecinaba.

MANADA DEL NORTE

Los alfas y omegas estaban reunidos, buscando desesperadamente una solución, una manera de recuperar a sus alfas y evitar un derramamiento de sangre innecesario.

—Ese maldito buscará la forma de empezar una guerra —gruñó seon-joon desde el fondo, su frustración palpable.

—Estamos a tiempo de huir, no tenemos por qué quedarnos —propuso otro, su voz teñida de temor. Los murmullos de duda comenzaron a extenderse por el grupo.

De repente, Tae se puso de pie, su mirada encendida de furia y decisión. Su postura fuerte e imponente llamó la atención de todos los presentes.

—¡Nos quedaremos a defender nuestras tierras! —dijo en voz alta, haciendo que el silencio cayera sobre la multitud—. Si Kang quiere guerra, la tendrá —añadió con firmeza, sus palabras cargadas de determinación.

Jin y Jimin lo miraban con admiración. Sabían que las palabras de Tae no eran solo impulsadas por el odio, sino por la convicción de proteger lo que amaban: sus familias, su manada, su hogar.

—No dejaremos que nos arrebaten lo que es nuestro —continuó Tae, su voz resonando con la misma fuerza que su corazón—. Pelearemos juntos, y recuperaremos a nuestros alfas. No les dejaremos la victoria tan fácilmente.

Las palabras de Tae parecían prender fuego a la esperanza en los corazones de los demás. El miedo comenzó a disolverse, reemplazado por la decisión de luchar.

—Para empezar, debemos llevar a nuestros cachorros y ancianos al refugio. Algo me dice que Kang está planeando algo contra nosotros—dijo Jimin con firmeza, mirando a los presentes en la reunión.

Jin estaba sentado cerca, con su hijo en brazos. Al estar marcado por Namjoon, podía sentir las emociones conflictivas de su alfa, fluctuando entre el odio y el dolor. Esa conexión lo debilitaba, causando que el peso emocional lo afectara más de lo que quería mostrar.

Jackson, por otro lado, se mantenía algo alejado del grupo, pero seguía escuchando atentamente. Sus pensamientos estaban con su esposo, Jhope. La conexión entre ellos le permitía sentir el miedo profundo que invadía a su compañero, y eso lo inquietaba aún más. Sabía que la situación era grave, y que no podrían bajar la guardia ni un momento.

Todos hablaban sin cesar, hasta que Jin se puso de pie con su hijo en brazos, sus ojos reflejando determinación.

—¡Mi gente! —exclamó, haciendo que todos guardaran silencio—. Les pediré que luchen a mi lado, que seamos fuertes. Alfas y omegas, aquellos dispuestos a pelear por sus tierras, por el lugar donde nacieron, donde cazaron desde pequeños y donde crecerán nuestras futuras generaciones. ¡Debemos defender nuestros bosques!

Su voz resonó con fuerza, llenando el espacio de coraje y esperanza. Los aullidos y gritos de aprobación se alzaron entre la manada, reverberando en el bosque. Era un llamado a la unión, a la resistencia, y todos respondieron con energía, listos para luchar por lo que era suyo.

—A partir de ahora nos mantendremos alerta. Debemos turnarnos para vigilar el bosque, y lo primero es acondicionar el refugio para los cachorros, ancianos y omegas en cinta. No sabemos cuánto durará esta batalla —dijo Tae, poniéndose firme al lado de Jin.

nuestro peligroso amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora