capitulo 33

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El día había llegado y todo estaba en calma, con el sol apenas comenzando a aparecer en el horizonte.
Las parejas dormían en el antiguo cuarto de Jimin y Tae, disfrutando de la tranquilidad. Jimin, sin embargo, comenzó a despertar, sintiéndose incómodo. Los dolores empezaban a hacerse presentes, y se daba cuenta de que algo no estaba bien.
A su lado, Yoongui dormía profundamente, ajeno a la situación.

—Amor, amor, levántate —dijo Jimin, moviendo suavemente a su alfa, tratando de no entrar en pánico.

Yoongui apenas se movió, soltando un murmullo adormilado.

—Mmm... ¿Qué pasa? Es muy temprano —contestó, con los ojos aún cerrados.

Jimin respiró hondo, tratando de mantenerse calmado.

—Creo que el bebé nacerá ahora —dijo Jimin, con la voz temblorosa, apretando la mano de Yoongui.

Eso fue suficiente para que Yoongui se despertara por completo.

—¿A dónde? ¿A dónde? —dijo Yoongui, asustado y agitado, sin saber bien qué hacer.

—¿Aquí? —respondió Jimin, también confundido por la reacción de su alfa. El dolor lo interrumpía, pero trataba de mantener la calma.

—¿Qué... qué debo hacer? —dijo Yoongui, caminando de un lado a otro sin rumbo, completamente nervioso.

—Primero, calmarte. Segundo, ve a hablarle a mi hermano. Y tercero... ¡actuar ahora! —dijo Jimin, mientras un gran dolor lo hacía tensarse.

Yoongui, aún en pánico, se apresuró a levantarse y fue directo a despertar a Tae, quien dormía plácidamente junto a Jungkook.

—¡Tae, despierta! —dijo Yoongui, sacudiéndolo sin miramientos.

—¿Qué te pasa, Yoongui? —respondió Jungkook, molesto por la forma abrupta en que su hermano los había despertado—. Tae está durmiendo, lo vas a asustar.

Tae abrió los ojos, algo desorientado, y miró a Yoongui con confusión.

—¿Qué sucede? —preguntó Tae, mientras se incorporaba con esfuerzo.

—¡Es Jimin! Creo que el bebé viene ahora, necesito ayuda, no sé qué hacer —dijo Yoongui, completamente fuera de sí.

Tae, aunque aturdido, reaccionó rápido. Se levantó como pudoya que su vientre era basyante notorio, y mientras intentaba tranquilizar a Yoongui, le dijo a Jungkook:

—Jungkook, ve a buscar a Jin, él sabrá qué hacer.

Jungkook  se levanto rápido y se dirigió  a jin.

Jimin estaba sudando frío, las contracciones eran intensas y apenas podía soportarlas. Tae, que estaba revisándolo con cuidado, le habló con calma.

—Debes caminar un poco, Jimin. Aún no has dilatado lo suficiente —dijo Tae, tratando de mantener la situación bajo control mientras miraba preocupado a su hermano.

Yoongui observaba todo desde un rincón, con los ojos llenos de dolor al ver sufrir a su omega, queriendo hacer algo, pero sabiendo que era mejor no interferir.

En ese momento, Jin entró rápidamente en la habitación, su mirada concentrada.

—¿Cómo vas? —preguntó Jin, acercándose a Jimin, que caminaba de un lado a otro, luchando con el dolor.

—Duele demasiado, hyung... —dijo Jimin con la voz quebrada, las lágrimas empezando a correr por su rostro—. Tengo miedo... aún falta una luna más para que nazca... ¿y si algo sale mal?

Jin se acercó a él, poniendo una mano en su hombro y mirándolo con calma y serenidad.

—Escúchame, Jimin. Todo va a estar bien. Sabes cómo es este proceso. Tienes que mantener la calma, respira profundo, y confía en ti mismo. Tu bebé estará bien. Estamos aquí para ti —dijo Jin, intentando calmarlo con su voz suave, pero firme.

nuestro peligroso amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora