La nieve empezaba a caer con fuerza, cubriendo el terreno mientras Jin y Namjoon continuaban la búsqueda. Cada paso se volvía más difícil con la helada mordiendo sus pieles.
Jin, exhausto pero decidido, avanzaba con la mirada fija hacia la manada del sur. Su corazón latía con desesperación, pero sabía que no podía detenerse.
Namjoon, preocupado por el peligro que se avecinaba, intentaba mantener la calma.
Namjoon: —Jin, espera... No podemos ir para allá.
Jin: —¡No voy a detenerme! Mis hermanos están allá afuera, Namjoon. Debo encontrarlos.
Namjoon: —Es lo que J-Hope quiere. Si sales de aquí, atacará a nuestra manada mientras no estás. No podemos caer en su trampa.
Jin se detiene, sabiendo que Namjoon tiene razón.
Jin: —Maldita sea... J-Hope es más astuto de lo que pensaba. Pero no puedo abandonar a Tae y Jimin.
Namjoon: —Nosotros los buscaremos Pero si te vas, todo estará perdido. Confía en los demás, Jin. Por ahora, debes quedarte aquí.
Jin: manda a unos de nuestros lobos río abajo cerca de la gran cascada, algo me dicen que ellos podrían ir para ahí. Ya que es una zona peligrosa y muchos lobos no se animan a ir ahí.
Nam asintió marchandose.
Mientras tanto, en la cueva, Soobin ayudaba a Tae y Jimin a escapar. Su arrepentimiento lo había llevado a traicionar a J-Hope, pero sabían que no sería fácil. Cuando llegaron a la entrada, se toparon con cinco alfas del sur, bloqueándoles el paso.
Alfa 1: —¿A dónde creen que van? —gruñó el más grande, sus ojos brillaban con ferocidad— Nadie escapa de la manada del sur.
Jimin: —No vamos a quedarnos aquí. No volveremos a ser sus prisioneros.
Tae: saldremos de aquí y volveremos a nuestra manada,MALDITOS PERROS SARNOSOS- GRITO tae con furia.
Los alfas del sur se preparaban para atacar, pero en ese momento, Jungkook y Yoongi aparecieron, transformándose en lobos de inmediato, lanzándose contra los alfas del sur. La pelea fue intensa, los rugidos y golpes resonaban en el aire mientras los omegas observaban, llenos de temor.
Jungkook: —¡Corran! ¡Nosotros nos encargaremos!
Yoongi: —No miren atrás, solo váyanse!
Tae y Jimin corrieron tan rápido como pudieron, con Soobin intentando seguirles el paso, pero su respiración comenzaba a fallar. Estaba en medio de un parto, y cada paso le costaba más.
Soobin: —No... puedo... seguir... —jadeó mientras se detenía, apoyándose en un árbol. Jimin y Tae corrieron hacia él.
Tae: —¡Soobin! Estás en trabajo de parto... ¡No puedes seguir corriendo así!
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nuestro peligroso amor
Romanceen un mundo donde dos poderosas manadas han mantenido la paz gracias a un frágil tratado, el rio que los separa es la única barrera entre la armonía y el caos. ¿pero que pasara cuando dos omegas valientes y rebeldes desafían las reglas por amor y...