Capitulo 22
Me subi al auto robado y fui al parque solo con cigarros y encendedor. No quería matar a nadie, solo pensar y escribir al aire libre.
Cuando llegue no había nadie, prendi un cigarro y me sente en el pasto al lado de una farola que me inspiro a escribir un poema de amor.
"te recuerdo como la luz blanca que cego mis ojos al despertar en ese frio hospital.
Fuiste la luz que necesitaba encontrar cuando estaba sumido en la mas profunda oscuridad.
Solo buscaba un coma etílico como mejora, invente caminos nuevos, pero no conducen a ningún lado si no estas a mi lado.
Quiero recordarte para siempre como la luz que me salvo y llevo al cielo, y aunque preferí quedarme en las llamas del infierno, aun conservo ese lugar en las nubes donde subo cuando estoy triste para ver tus ojos y simular el destello que causaba en mi tu mirada, en las dos estrellas mas brillantes del cielo habitan tus ojos."
Ahora soy una pieza distinta, desde arriba alguien nos controla, Dios y el Diablo, como si fuésemos piezas de ajedrez en un tablero. Es una guerra de polos, claro y oscuro. Va ganando el diablo, va ganando el lado oscuro.
Yo no quiero ser una pieza, quiero ser el que las mueve. Por eso digo que soy una pieza distinta, soy la única del tablero que quiere convertirse en jugador.
Me encuentro perdido, y ya no se por donde seguir. Si Denise estuviera, aun tendría la motivación de crear un mundo mejor para ella, pero ahora ¿Qué sentido tiene?
Rápidamente borre esa idea se esfumo de mi mente al ver pasar una mujer de baja estatura y cabello negro cerca del lago. Se sento a una orilla de este, yo no estaba tan lejos y sentí curiosidad, me di cuenta que era una persona muy curiosa, y que así había conocido a denise, bueno, mas o menos, ella me atrajo con su canto como si de una bella sirena encantando al marinero se tratase, y de esta mujer me cautivo su aire misterioso. Decidi acercarme. A todo esto, yo había perdido mis inseguridades y había aprendido a valorar cada una de mis virtudes, Denise me enseño a hacerlo.
Estando a unos pasos de ella, volteo a verme. Su rostro tenia facciones fuertes pero femeninas, ojos oscuros como la noche, emanaba seguridad y fortaleza. Era lo opuesto a Denise aunque ella también fuera fuerte, se veía delicada y frágil, porque también era eso. Pero esta mujer tenia un aire poderoso que realmente hizo que me interesara en ella, así que le invite un cigarro y entable conversación.
-¿Qué hace sola a estas horas de la noche bella dama?
-me gusta ver el cielo estrellado, contemplar la luna y pensar. Es el único lugar donde estoy tranquila, vengo cada madrugada cuando termino de trabajar.
Repare en lo tarde que era.
-¿Cuál es su trabajo? Si puedo peguntar.
-soy prostituta en el barrio rojo. Mi nombre es Teresa.
-Xavier, un placer Teresa. Así que, en el barrio rojo. ¿es tan malo como dicen?
-cuando eres la amante del proxeneta, no lo es tanto. Yo ni siquiera quería, el tipo es un asco.
-¿puedo preguntar entonces cuales fueron tus motivos?
Se quedo pensativa unos instantes.
-pregunta muy inadecuada, disculpe.
Negó.
-te voy a contar porque las almas que vagan por la noche son las mas honestas, también las mas oscuras, pero esa es la esencia de los humanos ¿no?
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Apocalipsis de las almas
Randomuna droga cambia la vida de un despreciable y poético hombre.