Capitulo 35
Xavier:
-¿Cómo es posible? No pasaron ni tres meses...
Entonces pensé en Denise y sentí miedo, si le llegaba a pasar algo a Teresa y a mi hijo, jure por ellos que iria directo al infierno a buscarla para hacerla sufrir. Me lo había prometido... o el viento y mis alusinaciones me jugaron una mala pasada, y nunca hable con ella. Elegi confiar.
Teresa lloraba de dolor y vomitaba sangre, la confianza se fue.
Me acerque a ella y tome su mano con fuerza.
-no sere yo quien le haga daño al niño –no agregue nada mas porque no sabia como explicar la situación.
Ella, desde las llamas lee mis pensamientos, sabe lo que siento. Sabe que esta matándome, y la esta matando. No quiero que muera. Me dijo las mentiras que quería escuchar. Se volvió completa oscuridad bailando y tentando a la muerte, sexo desenfrenado con el diablo, eso esta haciendo, y me da bronca porque ya no es nada de lo que conoci.
Denise:
Estoy bailando con la muerte muy lento, me desangro no se nota en el cuerpo, las llamas consumieron mis nervios y no siento dolor, solo odio. Esa puta va a morir por robarme a mi hombre.
"no me busques, no te busco, pero si me seduces me voy con vos"
Me converti en un demonio y no me importa, demasiado buena fui en vida, demaciadas veces me fallaron, demasiado, todo fue demasiado, quizás no debi haber nacido y lo único que agradezco es estar muerta, se siente bien consumirse en la maldad mientras el se consume en alcohol, tratando de ahogar sus penas en una botella, patético. Lo veo desde aquí y me da asco, ¿Cómo pudo arruinarse tanto? Ese no era su objetivo, el iba a salvar el mundo y no lo esta haciendo, dejo todo por amor. ¿Por qué a mi no me amo de esa manera?
Conmigo sufrió el calor, el frio, las llamas, el dolor de perder a quien supuestamente amaba. Pero no le importo, jure vengarme de la forma mas cruel, le quitare todo lo que ama. Pero, al fin y al cabo aquí venimos de pasada.
Xavier:
Llame a Amanda para que asistiera el parto, y sonara cobarde, pero sabia lo que iba a pasar y no podía verla morir.
Volvi al patio, la sangre aun estaba fresca, habían pasado solo minutos. Me sente de nuevo y quise hablar con ella, quise rogarle.
El humo del porro en el viento formaba la cara de Denise, pero había algo distinto en ella, quizás su mirada o su sonrisa, estaba distorcionada y emanaba malicia.
-¿estas ahí? –pregunte al humo
-solo estas hablando con un fragmento roto del infierno, una pieza de fuego tratando de volver a la tierra como si de un meteorito que va a la velocidad de la luz se tratase.
Era ella. Era su lirica, su poesía, su pensar. ¿habia vuelto? ¿o me estaba engañando?
-¿Qué vienes a hacer en la tierra esta vez? Solo me gustaría escucharte cantar otra vez con esa voz tan deliciosa que tienes.
-solo escucharas gritos de agonia...
El humo se esfumo y dicho y echo, Teresa comenzó a gritar desesperada por el dolor, tire el cigarro y fui corriendo con ella. Y me encontré con una escena horrible.
Teresa llorando, Amanda cubierta de sangre completamente y un bebe en sus brazos, pero el bebe no tenia brazos ni piernas, era solo una cabeza con ojos muy grandes y negros, una boca sin dientes y una pequeña nariz, un torzo casi esquelético, sus costillas sobresalían a tal punto que parecían punzantes, a Teresa debió dolerle horrores que esa cosa saliera de su cuerpo. Pero esa no fue la peor parte, lo peor fue cuando vi el abdomen de Teresa desgarrarse a la mitad para ver brotar brazos y piernas con movimiento propio, una de las manos recorrió el cuerpo de Teresa hasta llegar a su cuello, la otra hizo lo mismo con Amanda, y yo, completamente drogado deseaba que solo fueran los efectos alucinógenos de la ayahuasca, pero todo se sentía mas real que nunca, como si por primera vez estuviera vivo. Estaba viendo como la mujer que crei el amor de mi vida se volvió un completo monstruo. Esas manos tenían mucha fuerza, mucha maldad. Estaba viendo la escencia humana en su mas puro estado, esto era la vida, maldad, crueldad, muerte.
No pude hacer nada, y menos cuando oí a la policía pateando la puerta. De inmediato las manos se unieron al cuerpo del bebe demonio. A simple vista, parecía que yo había cometido el crimen mas atroz del mundo. Tome un cuchillo y me lo clave en el estomago, rezando no darle a ningún órgano vital, no quería morir, solo quería aparentar ser una victima mas.
De repente no veía nada y cai al suelo de lleno, después de eso no se que paso. Hasta que deperte en un hospital, estaba solo, con cuidado me levante y me asome por la ventana, estaban llevando dos cuerpos muertos.
Decir que llore se queda corto, no podía respirar y temblaba, sabia que eran ellas dos, mi madre y mi amada, pero, a quien engañar si era evidente que iban a morir, pero la culpa me superaba por no haber podido detener esas manos llenas de odio.
"entre llanto y llanto me espanto, entre lagrima y lagrima el sol no arrima, y esto ya no rima, pero aun así te dedico mi poesía de odio y rencor.
Como cuesta despedirse cuando los cuerpos pegados están rogando no separarse, eso pensé la vez que partiste, pero ahora me heriste.
No hay soga que apriete mas el cuello que un beso de amor sincero a la hora de despedirse, ojala la hubiese besado antes de que se largara, antes de que tus manos la mataran. Antes de que tu alma reencarnara en ese demonio..."
Empece a caminar sin rumbo por el hospital y vi a una enfermera cargando un niño, a ese niño. Mi cuerpo se lleno de ira, la violencia recorría mi torrente sanguíneo como si de alcohol se tratase
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Apocalipsis de las almas
De Todouna droga cambia la vida de un despreciable y poético hombre.