Volví al pequeño departamento que había podido alquilar con lo poco que ganaba y en el camino lloraba desconsolado. No sabia como redimir mi acción, pensé en el suicidio, pero rápidamente lo descarte porque no merecía morir, merecía sufrir como esa niña.
De repente, con el cuarto cigarrillo surgio una idea, debía hacer algo para que el mundo fuese mejor, donde no exista la maldad, donde no existan los robos, los abusos, delincuencia, nada de eso existía en el mundo que yo idealizaba.
Siempre había tenido esa idea del mundo cruel, yo siempre había sido una persona deprimida.
Aun recuerdo ese horrible dia en que, ebrio, después de que mi madre se suicidara debido a los abusos de mi padre hacia ella y mi hermano pequeño (razón por la que habia huido de casa a los 17 años y vivido en la calle hasta encontrar trabajo en una cafetería) Salí del bar completamente ido y enojado, y repetí la historia, abuse de una niña de aproximadamente ocho años, llevaba un vestido rosado y aun recuerdo cada detalle de su rostro, lleno de miedo mientras las lagrimas resbalaban por sus mejillas a medida que iba quitando su ropa mientras tocaba su delicado cuerpo, pero no llegue a mas, me odie tanto en ese momento, me había convertido en lo que jure jamás seria cuando era apenas un niño que se distraída con la televisión para no prestar atención a los golpes y gritos.
Camine fuera del callejón dejando a la niña tirada sola y desamparada.
Volví al pequeño departamento que había podido alquilar con lo poco que ganaba y en el camino lloraba desconsolado. No sabia como redimir mi acción, pensé en el suicidio, pero rápidamente lo descarte porque no merecía morir, merecía sufrir como esa niña.
De repente, con el cuarto cigarrillo surgió una idea, debía hacer algo para que el mundo fuese mejor, donde no exista la maldad, donde no existan los robos, los abusos, delincuencia, nada de eso existía en el mundo que yo idealizaba. E iba a cambiar todo eso, no sabia como pero lo haría.
A la mañana siguiente salí a la plaza donde Denise iba a cantar, con la esperanza de oírla y apaciguar un poco mi dolor, ella era mi salvación. No la encontré a ella, pero si a un grupo de hombres fumando, me anime y me acerque a fumar con ellos, me sentia solo.
Me saludaron con cortesía, como si ya me conocieran. Pero por el olor no era tabaco lo que estaban fumando.
_¿que están fumando? _pregunte sin querer invadir mucho su privacidad, vacilando un poco las palabras.
_si miedo compañero, es ayawasca.
_¿que es eso? _pregunte con un poco mas de confianza.
_Es una droga que te hace volar, metafóricamente claro, te hace ver el futuro y lo que tenes que hacer.
Lo pensé por un momento, ¿Qué podría salir mal? Me diría lo que tengo que hacer, y estoy tan perdido que una ayudita no me viene mal.
_¿puedo probarla? ¿Cuánto debo pagarte?
_no te cobrare, aunque no lo creas, conozco tu situación generalizada, así que se que no puedes pagarla. Ven todos los sábados a esta plaza, estaremos aquí fumando. Ten _extendió lo qué parecía ser un cigarro pero su contenido era otro.
La primera calada, el primer suspiro de un humo colándose en mis pulmones y de repente sentí que estaba en otra realidad, y vi algo maravilloso, era mi deber cumplir con eso.
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Apocalipsis de las almas
De Todouna droga cambia la vida de un despreciable y poético hombre.