Capítulo 28: No te puedes enamorar.

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Notita💗: Quería darles las gracias por qué ya llegamos a 50k de lecturas y como les prometí vamos a tener maratón.

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Edgar Guidacci

Saber que Adara sobrevivió en vez de joderme me alegró de una manera que no pienso indagar.

Nadie sobreviviría a esa explosión, pero a juzgar por las 4 personas que entraron con ella en la sala de juntas me juego mi imperio que son sus primos y hermano.

Admito que su llegada me dejó como idiota, pero algo dentro de mi se alegró de que esté bien y no quiero saber por qué mierda me alegro de tal cosa.

Al paso que voy tengo que empezar a poner límites, no la amo, solo es atracción, pero no soy idiota, si sigo compartiendo momentos con ella o me la sigo follando me voy a condenar.

Artemisa es como una puta droga de la cuál me estoy volviendo adicto.

Ayer en la tarde cuando la cogí en su oficina, en realidad iba a matarla y aunque la maté a punta orgasmos ese no era el plan.

Estoy irritado, debo poner límites.

Lo que más me jode es que seguramente yo soy el único imbécil que se está jodiendo.

No me estoy enamorando de echo esa palabra no existe para mí, pero me estoy obsesionando con ella y eso es peor.

La cabeza me da vueltas de una manera insoportable, ayer salí a tomar unos tragos con un viejo amigo y aunque el alcohól no me suele dejar secuelas al otro día, hoy estoy que reviento.

Camino hasta la sala de juntas ya que se necesitan mis indicaciones para una próxima misión en Colombia.

Aún no he indagado demasiado quién es el nuevo objetivo de la Élite, solo espero que no sea un socio mío o tendré que intervenir en la misión.

Llego hasta la puerta de la sala de juntas y veo de reojo a los nuevos guardias por que por culpa de ciertas pelirroja los otros casi queden lisiados.

Tiene una jodida obsesión con hacer entradas así.

La primera vez que la vi me estaba apuntando y mató a 10 de mis mejores hombres en 2 minutos, jodida mierda.

Los guardias abren la puerta para mí y voy directamente a la silla que encabeza la mesa.

No miro a nadie en especial y me siento ojeando el documento.

Alguien se aclara la garganta y reconozco inmediatamente quién es.

— Empezemos, en las carpetas que tienen cada uno está toda la información que necesitan sobre nuestro nuevo objetivo. Como pueden leer es un narcotraficante colombiano, su nombre es: Franco Méndez, tiene 3 hijos, 1 hombre y 2 mujeres, tiene 67 años de edad y lleva metido en el narcotráfico desde los 20 años. Hace años la antigua Élite lo fichó, pero por sucesos que no están claros nunca se ejecutó su encarcelamiento, actualmente es uno de los mayores narcos en Colombia y es una de las mayores fuentes de cocaína para los Estados Unidos y países extranjeros.
Su caso se lo volvió a fichar por qué según nuestros hombres infiltrados ha estado involucrado en trata de mujeres — la pelirroja se detiene un momento y yo sigo todos sus movimientos — El caso de Francos Méndez lo reclamó el FBI cuando la Élite anterior lo dejó sin ejecutar, ahora negociaron con nosotros y haremos el trabajo de atrapar a Franco junto a otros agentes del FBI. Vendrán 5 agentes del FBI y estaremos compartiendo con ellos 1 semana entera antes de la misión, conocerán nuestras identidades aunque no deberían, pero es la única forma de conocernos y que la misión salga a la perfección. Estaremos posiblemente 1 mes en Colombia ya que nos debemos infiltrar en la finca de Méndez, claro que no nos vamos a infiltrar todos, pero ese tema se lo tocará cuando los agentes de el FBI estén aquí.

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