capítulo 24: Emily Rinaldi

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Edgar Guidacci

Estos días han sido una total mierda.

Decidí salir de la FCE por unos meses ya que ahora que mi objetivo no está ahí no tengo nada que hacer.

Regresé a Italia y me llevé la grandiosa sorpresa de que mi imbécil hermano se había ido a Rusia por puro gusto y dejó la mafia sin líder.

Tuve problemas con la organización y admito que no salió nada bien, unas cuantas cabezas rodaron por la mesa.

Mi imbécil hermano fue a una carrera de motos ilegales y me encontré a la dueña de mis tormentos.

Y para mí sorpresa la entrada a Rusia fue demasiado fácil eso solo quiere decir que hay un problema con los Petrov y muy grave.

Me importa una mierda.

Solo necesito muerta a la pelirroja.

Estoy esperando en la cafetería que la cite y ya lleva 5 minutos de retraso.

No temo por qué no venga, Algo que me atrajo de esa bruja fue los cojones que tiene.

Y muerta no está, por qué los hombres que mandé a matarla ya no viven.

Ella los mató a todos con una sola arma y combate cuerpo a cuerpo.

Se que no sirve de nada que mande a matarla ni con 200 hombres, Adara tiene una letalidad irreal.

Solo quiero joderle un rato la vida, antes de emplear mi siguiente jugada.

Y como sospeché: vino a mi encuentro.

Entra a la cafetería y no puedo evitar recorrerla con la mirada.

Trae puesto un Short jean blanco rasgado que se amolda a la perfección a sus caderas, trasero y cintura; en la parte de arriba lleva una top azul de tirantes con escote recto y lo combina con una chaqueta negra de cuero con sus típicos botines de tacón y cuero.

Y esta vez no se esconde tiene su cabello como el fuego suelto y le llega hasta la mitad de su trasero, su cabello es demasiado largo y ella es alta.

Sus ojos no tienen ningún filtro.

Se sienta sin saludar ni nada y acomoda una pequeña cartera de mano en su regazo.

Sin evitarlo estudio el color de sus ojos: El morado es intenso, pero tiene líneas como relámpagos de un morado más claro.

Sus ojos sin duda son su fuerte, te hipnotizan y son capaz de llevarte a otro mundo.

— ¿Terminaste o me acerco más para que me admires mejor? — preguntó con acidez.

— Ya veo de donde el caracter, Petrova — le digo tranquilo y la sorpresa de su rostro me hace gracia.

— Lo sabes..— murmura y me mira aun más sorprendida — Por eso me miraste con odio en la carrera — no fue una pregunta, fue una afirmación que acertó.

— Si, ¿O crees que soy idiota? — mi pregunta la hizo reaccionar de su trance y me miró con furia.

— Si, ¿Para eso querías verme?, ¿Para decirme que sabes quién soy? —su tono tajante me hizo sonreír.

— Puede, me intriga saber como una capitana de tú rango es la heredera a la mafia Rusa — expresé con tranquilidad.

Ella no dijo nada y eso me toma desprevenido.

— ¿Dirás lo que sabes? — pregunta preocupada y eso me toma más desprevenido.

¿Que te tramas, Lille?

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