capitulo 31: Rewrite the stars

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Artemisa

Ander regresó unos minutos después a la habitación con las palomitas, el helado y todo lo que compré.

Dejó todas las cosas en el centro de la cama y se dirigió a la sala de baño.

— ¿Que vas a hacer? — le pregunto desde la cama donde estoy sentada.

El sin darse la vuelta me responde:

— Asuntos míos — espetó seco.

Oh.

— Ok.

Se encerró en el cuarto de baño y yo empezé a escoger la película.

Tardé unos minutos hasta que al fin me decidí por Rapunzel.

Es mi única película favorita de Disney y todo ese melodrama, pero supongo que es mi favorita por qué es la única que he visto y en cierta perspectiva me identifico con ella.

Y la puse para joderle un rato la vida a Ander.

La reproduzco y pongo en pausa la película hasta que el viejo de Ander se digne a salir de "sus asuntos".

Doy un respingo cuando grita desde el baño.

— ¡Artie! ¡¿Puedes venir?! — enarco una ceja y me levanto de la cama para ir hasta el baño.

Abro la puerta y me quedo totalmente quieta y con la boca abierta.

— ¿Que coño es...? — mi pregunta queda a medias cuando me saca el dedo del corazón.

— me estoy poniendo tu jodida mascarilla, no soy tonto igual me ibas a obligar, quise adelantar el proceso — tiene la jodida mascarilla de color negro en el rostro y aún así se ve como un pecado andante.

— Te ves...adorable — musito entre risitas.

— Callate y ponte tú la otra antes de que me arrepienta.

— ok.

Me entrega la otra mascarilla y la dejo a un lado mientras recojo todo mi cabello.

Mis manos se quedan quietas cuando las de Ander apartan las mías y empieza a recoger mi cabello en una trenza.

Lo miro a través del espejo del lavabo y el enserio debe medir 2 metros por qué yo le llego al pecho y eso que mido más de 1.70.

No despega de los ojos de mi cabello y lo trenza con suavidad y totalmente concentrado.

— Tienes un cabello jodidamente hermoso — dice en voz baja de repente y me sobresalto.

— Gracias y tú supongo tienes un don de estilista — el ríe y niega con la cabeza.

Joder, lo amo.

«¡Adara, concéntrate!»

— en realidad solo se hacer trenzas, tengo hermanas y cuando era más pequeño me gustaba peinar su cabello, así que aprendí hacer trenzas — sigue trenzando mi cabello sin apartar la mirada de lo que hace — aparte de mis hermanas nunca había peinado a otra persona.

Lo miro desde el espejo y sonrío asintiendo sin saber exactamente que decir.

— No te cortes el cabello jamás — vuelve a hablar — nunca vi un rojo tan oscuro y brillante a la vez — comenta.

— Supongo que son los genes Rinaldi — está vez sí me mira a través del espejo y se tensa, luego se aleja — ¿Que pasa?

— Nada, ya acabé. Vamos a ver la película — sin más sale del cuarto de baño dejándome sola.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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