capítulo 27: regreso

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Adara

Suspiro de una manera brusca al salir del taxi.

— Mhm, agradable — escucho el murmuro de Thiago, pero no digo nada.

A la final mis primos si vinieron conmigo a Washington con la diferencia de que usamos un avión normal, público para ellos.

— ¿A quien quieres engañar, Thiago? Es obvio que no te gusta el lugar — replicó Luka a mis espaldas.

Thiago soltó un bufido en respuesta.

— Vamos — ordené y me encaminé directo al hotel donde está mi departamento.

Ulises, el portero, me saluda y queda viendo a mis acompañantes de manera inquietante, pero no me molesto en responder ni el saludo ni su curiosidad.

Los 4 me siguen hasta el elevador y el silencio incómodo consume el reducido espacio.

El elevador se abre en el 5 piso y salgo de primera, voy hasta el final del pasillo y abro la puerta de mi apartamento con mi tarjeta de acceso.

Dejo la puerta abierta para los chicos y me recuesto en el mueble de la sala, sacó mi celular y marco el número de Aurelio.

Contesta de inmediato.

— Señorita Agatha..

— Aurelio — los chicos inspeccionan el lugar y me miran inquietantes al pronunciar el nombre de mi chofer — gracias por cuidar de Blacky y Laika mientras no estaba, ¿Me los podrías traer?

— en 15 minutos estoy ahí y señorita...no es nada, los volvería a cuidar — una sonrisa genuina se dibujó en mi rostro por primera vez en 5 días que han pasado desde la perdida de mis hijos.

— Gracias — vuelvo a decir y cuelgo.

Respiro pausadamente y veo a mis primos y hermano.

— ¿Enserio tienes a una pantera y a un leopardo? — Luka es quien pregunta y mis primos me miran boquiabiertos.

— Si — respondo con simpleza y cambio de tema — este pasillo está desocupado completamente, alquilen sus habitaciones.

Ellos asienten y salen, menos Luka y nos quedamos solos.

Se sienta a mi lado mientras lo observo y espero que me empieze a decir que todo pasará o algo así, pero no dice nada y me agarra desprevenida cuando me abraza con fuerza.

Y le agradezco en silencio devolviéndole el abrazo. Aveces no necesitamos un "lo siento por lo que pasó", las acciones dicen más que mil palabras.

Me abraza con fuerza y yo se lo devuelvo con la misma intesidad hasta que todo mi cuerpo se debilita y rompo en llanto sin poder evitarlo.

— No te voy a decir que todo estará bien, por qué no es así, en este mundo de mierda nada está bien y todos somos simples sobrevivientes, tampoco te voy a decir que seas fuerte, haz sido fuerte toda tu vida y no pienses que llorar o el dolor te hacen débil, las debilidades son fortalezas. No te quieras engañar haciéndote la fuerte, el que finge fortaleza no es más fuerte que nadie y tú eres la persona más dura que yo he conocido.

Y le hago caso, lloro y lloro en su hombro hasta que siento que ya no me quedan más lágrimas que derramar.

[...]

La noche acecha Washington y veo los edificios desde mi cama por el ventanal de mi cuarto.

Laika y Blacky, bueno ellos....ellos están gigantes.

Cuando los volví a ver Laika se me lanzó encima y me lamía desesperadamente.

Blacky por el otro lado no se me acercó y apuesto lo que sea que estaba resentido, pero ahora está acostada junto a mi mientras lo rodeo con mis brazos.

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