La Luna se asomaba tras las copas de los árboles en el Bosque Encantado, tiñendo el cielo de tonos azules y blancos. La atmósfera estaba cargada de magia, y un ligero viento susurraba entre las hojas, como si la naturaleza misma presenciara el inminente enfrentamiento. Estábamos en el corazón del bosque, y Anagan, el temido mago del Círculo Negro, se preparaba para su próximo movimiento. Su rostro, marcado por la ambición y la oscuridad, reflejaba la determinación de acabar conmigo de una vez por todas.
Yo por mi parte me movía con agilidad entre los árboles. Sabía que Anagan no estaba lejos, y mi instinto me decía que debía estar alerta. La magia del viento fluía a mi alrededor, dándome fuerza y confianza. Sin embargo, la sombra del mago se cernía sobre todos lados y ninguno en concreto, y la tensión en el aire era palpable.
Ogron estaba inconsciente, apoyado en un árbol más lejano, pero tenía que protegerlo.
- ¡Maira! -gritó Anagan, su voz resonando como un trueno en el silencio del bosque—. ¡Ya me tienes harto, deja de huir como una cobarde!
Harta me tiene él a mí, pero en algo le haré caso... Me detengo en seco en seco, girando sobre mis talones para enfrentarlo.
-No me das miedo, además te recuerdo que estás en mi territorio —respondo con rabia, levantando mis manos con firmeza, y a la mínima que me ataque le responderé con uno.
Creo que en el bosque tengo una posición ventajosa, el viento está a mi favor.Anagan sonríe, una sonrisa que no prometía nada bueno. Con un movimiento de su mano, conjuró una esfera de energía oscura que flotó en el aire, pero no hacia mí, sino alrededor de él bajo su control. En cualquier momento me la lanzará.
-Yo no soy Ogron, no tengo por qué tener piedad contigo —dijo, lanzando la esfera en mi dirección.
Me lancé hacia mi derecha y rodé para esquivar su ataque con éxito. Con un gesto, invoco una barrera de aire que espero que pueda bloquear un próximo ataque que no tarda en aproximarse. El impacto resonó en el bosque, haciendo temblar las hojas.
Ha hecho añicos mi barrera, pero al menos ha parado su ataque. El mago utiliza su super velocidad y se aproxima a mí en segundos.
-Ahora me toca a mí -susurro para mí misma, para darme confianza en mis habilidades.
No puedo volar todavía, pero eso no me puede frenar. Salto y lanzo una bomba de aire a mis pies, lo cual me impulsa varios metros hacia arriba hasta aterrizar sobre la rama de un árbol.
Anagan se frena al llegar a este y me mira con el ceño fruncido.
- ¡Viento encapsulado! -le lanzo un ataque sin pensar y lo esquiva sin ninguna dificultad.
-Es solo cuestión de tiempo que te atrape -me asegura con una expresión desafiante.
No quiero picar, pero es que de verdad que me está haciendo rabiar, quiero demostrarle que soy más fuerte de lo que cree...
¿Cómo he llegado a esta situación? Seis horas antes...
Realmente podría decirse que es la primera vez que me voy a dormir tranquila... Con Ogron a mi lado, pero todo mucho más... ¿Normal?...
-Hasta mañana, Ogron -le susurro antes de darme la vuelta para darle la espalda.
Noto como todo su cuerpo se tensa un momento, como si no se lo esperara.
-Buenas noches -responde como si tuviera dudas- Esto... Descansa.
Es todo lo que dice antes de darse la vuelta el también y apagar la luz. Reconozco que también estoy sorprendida, él ha sido... Agradable.
Trato de no darle más vueltas y no tardo en dejar que el cansancio se apodere de mí.
Me despierto por el ruido de un vendaval, y al mirar por la ventana me fijo en que sigue siendo de noche, pero parece que Ogron no tiene ningún reloj a la vista... ¿Ogron, dónde está?
- ¿Ogron? -lo llamo por si se ha levantado y sigue por aquí, pero no obtengo respuesta.
La curiosidad me puede, por lo que decido tratar de averiguar dónde está. Abro todos los cajones de la mesilla y encuentro una pequeña linterna. Me pongo lo primero que veo y salgo sigilosamente en su busca.
Ilumino toda la estancia a mi paso, pero parece que la linterna está en las últimas. Recorro cada pasillo, rellano y demás que puedo, pero no encuentro nada, por lo que trato de llegar a la escalera de caracol que baja un piso, y eso sería suficiente para saltar desde una ventana hacia fuera y no matarme.
Unos quince minutos después he bajado la escalera y encontrado un baño con ventana, por lo que hago lo de la última vez. Al estar un piso más abajo, simplemente rasgo las cortinas y las ato a los hierros de la mampara. Llego al suelo cayendo de lado, pero tengo suerte de que el césped amortiguó un poco la caída.
- ¡Ya basta! -alguien grita a lo lejos, pero reconozco esa voz inmediatamente.
Dudo un momento, pero termino por adentrarme en el bosque Encantado intentando no hacer ruido. Apago la linterna ya que la luz de la Luna ilumina bien y camino mirando frenéticamente a todos lados en busca de Ogron.
Sé que me voy acercando porque escucho a dos o más personas peleando, así que antes de llegar me alejo un momento.
-Enchantix -me transformo y eso me da algo de confianza para continuar.
- ¡Es culpa tuya! -grita otra voz masculina que no es Ogron.
- ¡¿Quién te crees que eres para hablarme así?! -el tono de Ogron es grave e iracundo, nunca lo había escuchado tan enfadado.
Llego hasta donde está, pero me mantengo oculta tras la maleza y observo en silencio a los dos magos, y también me fijo en el desastre que han causado, por lo que deben de llevar un rato peleando, pero de qué.
- ¡Desde que la hadita está con nosotros te has vuelto menos ambicioso! -le recrimina Anagan.
Me quedo helada en el sitio.
A pesar de que está de espaldas a mí, noto como la ira de Ogron crece, es como si se formara un aura oscura a su alrededor.
- ¡Es más poderosa de lo que crees, la necesitamos de nuestro lado! -responde.
¿Será esa la única razón por la que sigo viva?
-Si no te conociera diría que te preocupas por ella -contraataca Anagan con aparente rabia- ¿No crees, Maira? -dice mirando exactamente en mi dirección.
Ahogo un grito. Ogron se da la vuelta de inmediato y nuestros ojos se encuentran, ambos abiertos como platos y con expresiones de horror.
-Mai... -el hechizo de Anagan impacta a Ogron desde atrás, haciéndole salir despedido y chocar contra un árbol.
- ¡No! -suelto observándolo.
Salgo de mi escondite y corro hacia él, pero Anagan se interpone entre los dos con una sonrisa malvada.
-Ahora estás sola, nadie te va a venir a salvar -suelta con recochineo.
-Te vas a arrepentir de subestimarme -le amenazo en voz grave y cargada de ira.
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El Círculo de lo Inexplorado (Ogron y tú- winx)
FanfictionHace un mes que el curso en Alfea ha empezado, y Maira se ha hecho amiga de las Winx, y es considerada como una más de ellas. Poco sabían que los magos del Círculo Negro atacarían la escuela justo cuando la directora Faragonda se ausenta, dejando a...