Cap 4 Una nueva amenaza

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Ahora parece que lo estoy cansando de verdad. Volvemos a pararnos por el camino y me estampa la espalda contra la estantería de nuevo.

-Que dejes de resistirte, lo estás haciendo peor para ti -me amenaza con un tono muy pasivo pero agresivo.

- ¡Que no! -ya me está hartando, y soy consciente de que puede que lo esté empeorando, pero no pienso darle el gusto de ponérselo fácil.

Me agarra el cuello con fuerza y me acerca a él. Noto su respiración cargada de rabia contra mi nariz.

-Maldita mocosa que se empeña en ponérmelo difícil -lo suelta casi como un gruñido.

Siento que me hago pequeñita. No he debido haber hecho esto, pero tampoco me ha dejado otra opción. Me limito a responderle con una expresión de asco. Esto le arranca una sonrisa de medio lado.

-Pero te gusta jugar... Como una pequeña y traviesa mocosa que necesita ser disciplinada... -si no estaba asustada antes, ahora sí que lo estoy.

Me ha dejado de piedra, no me esperaba esto, pero no puede ver que me está afectando o será peor.

- ¡Pues...! -me aclaro un poco la garganta-, si resistirme me hace ser una mocosa, pues lo soy, pero tú eres un imbécil de manual -le suelto con rabia y resentimiento.

Se ríe con más fuerza.

-Sí, definitivamente necesitas ser disciplinada -vuelve a susurrar con una expresión de picardía total-, pero no te preocupes, yo sé cómo educar bien a las haditas traviesas como tú.

Sus susurros me llegan templados a la piel, y noto como forman escalofríos que viajan por todo mi cuerpo

- He dicho que no -trato de gritar, pero apenas me salen susurros cargados de temor.

Suelta una pequeña risa, y baja su mano hasta mi cuello y lo agarra cada vez más fuerte.

-Qué hadita tan desafiante... Tienes que aprender cuál es tu lugar -se burla mientras me sigue quitando el aire.

-No... No puedo... Respirar -trato de decirle como puedo.

Ni con ambas manos consigo aflojar la suya, y noto demasiada presión que hace que se me doblen un poco las piernas. Acerca aún más su cara a la mía, hasta que nuestras narices se llegan a rozar.

- ¿Lo sientes...? ¿Sientes cómo me siento, Maira? -susurra mi nombre de nuevo, y otro escalofrío me vuelve a inundar.

Afloja su mano lo justo para no desmayarme.

-Tienes una actitud tan desafiante... Tan traviesa y pequeñita que eres... Estás tan determinada a resistirte... -su voz se llena de intensidad-, ¿no sabes que tal desafío solo me hace querer más?

- ¿Y qué es lo que tengo que hacer para que te largues de aquí? -le suelto en un tono seco.

Ogron levanta una ceja, sorprendido, pero no ofendido.

-No te preocupes por eso hadita, mis camaradas me avisarán cuando acaben lo que están haciendo, yo solo estoy asegurándome que ninguna mocosa nos interrumpa -dice con una mirada de superioridad-, y respecto a tu pregunta... Solo necesito que aprendas cuál es tu lugar y dejarme hacer mi trabajo.

No respondo, aparto la mirada preocupada por lo que hayan venido a hacer aquí. Me preocupa pensar en si han atrapado a Stella también. Ogron sigue observándome con una mirada que denota que se cree mejor que yo. Sin pensármelo dos veces levanto mi mano y se la estampo en su mejilla con fuerza.

Le he pillado con la guardia baja, y por un momento parece que iba a poder volver a huir, pero no me ha aflojado la mano ni un poco. Suelta un quejido, sacude un poco su cabeza y comienza a reírse suavemente.

-Oh... Ese ha sido un buen golpe, - admite con un tono jovial-, eso te lo reconozco.

Su tono de disfrute no me gusta, literalmente he utilizado mucha fuerza para tratar de hacerle daño...

-Trata de hacerme algo y te ganas otro -trato de volver a la carga con un poco de ferocidad.

Vuelve a reír, pero al menos su mano está masajeando su cara golpeada.

-Oh, ¿así que me amenazas como si pudieras dar guerra otra vez? -se burla con un tono más hiriente-, ¿No te acuerdas cómo huiste como una cobarde cuando te atrapé antes? -me recuerda con gusto-, ¿De verdad crees que puedes hacer algo contra mí, en tu posición actual?

Sonríe con malicia y vuelve a tratar de cortarme el aire.

Siento tanta presión que mis lágrimas comienzan a aparecer y deslizarse por mis mofletes, pero no son de tristeza, son de ira.

-No te saldrás con la tuya -le susurro con mucha rabia y sin dejar de romper el contacto visual.

Su sonrisa burlona, estoy cansada de verla.

-Esto solo te hace aún más encantadora -expresa con tono engreído-, es un placer provocarte y ver tu reacción... -me asegura con arrogancia.

Acerca su boca a mi oreja.

-Pero... Deberías ser precavida, no sabes lo que podría llegar a hacer contigo... -susurra descaradamente.

Se separa para clavar su mirada en la mía, que sigue lagrimosa.

-No quiero saberlo -me apresuro de hacérselo saber.

Se ríe entre dientes cuando se lo digo, y vuelve a la carga con su estúpido tono burlón.

-Excepto que sí quieres, tus reacciones te delatan... Imagínate todo el dolor y sufrimiento que podría darte... -me provoca con un tono seductor que hace que me sonroje de vergüenza.

Él... Realmente es... Esto es indignante.

Me da un tirón en el cuello para provocar una reacción en mí, una que no le voy a dar.

Trato de asestarle otro puñetazo, pero esta vez lo esquiva sin esfuerzo y me agarra la muñeca al vuelo.

-Ahí está ese lado salvaje otra vez... -Se deleita con verme más inferior a él-, tratando de rebelarse y luchar conmigo -no consigo que me tome enserio.

Aprovecho para tratar de golpearlo con la otra mano, pero rápidamente me suelta el cuello y la agarra, inmovilizándome las dos muñecas contra la estantería.

He cometido un mal movimiento...

-Tratas de resistirte a pensar de no tener posibilidades... Y te encanta, te encanta ser dominada así -me susurra mirándome desde su altura con los ojos entrecerrados.

- ¡Te odio! -le contesto sin pensar.

Él sonríe. Veo como pasa su mirada de mis muñecas a mi cara, y eso me llena de rabia, sabe perfectamente lo que está haciendo.

-No me importa cuánto me odies -declara con una voz cargada de intensidad.

Entonces agacha su cabeza para susurrarme, pero baja hasta el cuello, lo cual me provoca un gran escalofrío que me hace retorcerme en el sitio y doy un pequeño grito de susto.

-Qué piel tan sensible tienes -recalca con tono arrogante.

Cuando le iba a volver a insultar empiezo a oír más pasos hacia nosotros. Ambos giramos la cabeza al mismo tiempo. Pasan unos instantes y aparecen los otros tres magos. Noto como Ogron relaja un poco el cuerpo.

-Gantlos, habla -ordena Ogron con tono serio.

El mago de pelo largo rubio y sombrero da un paso adelante. Antes de abrir la boca me mira de arriba a abajo.

-Ya hemos terminado -su voz es rasgada y agresiva, al contrario que la voz de Ogron cargada de labia y sarcasmo.

Entonces me vuelve a mirar con la expresión de antes.

-Tenemos una nueva invitada -anuncia a sus compañeros sin romper nuestro contacto visual.

No soy capaz de responder, solo consigo abrir mucho los ojos, antes de que aparezca un sonriente Gantlos a su lado y me golpee secamente la cabeza. Todo se vuelve completamente negro...

El Círculo de lo Inexplorado (Ogron y tú- winx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora