Prueba de embarazo.

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Esa noche fue más especial que las anteriores, es algo que tanto Katsuki e Izuku admitieron por la manera en la que se entregaron por última vez:

«Hagámoslo una vez más, antes de terminar esta relación».

Fue lo que propuso Bakugo, y es algo a lo que Deku por supuesto no se negó, pues si iban a terminar su noviazgo, ¿por qué no recordarse de la mejor manera?

Por supuesto que ninguno de los dos esperó que las cosas terminarían, no lo esperaban, pero era lo mejor, después de todo sus tiempos se habían limitado y solía haber días en los que ninguno daba señales; ni mensajes, ni llamadas.

Era como si fueran completos desconocidos que solo se reunían por un par de horas y tenían sexo en sus escasos encuentros.

La vida adulta solía consumir, y eso lo comprendieron una vez entraron a la realidad de está. Katsuki debía dar todo de sí para algún día tomar el mando de la empresa que sus padres levantaron con muchos esfuerzos y sacrificios; Izuku, también debía dar su mayor esfuerzo si quería darle una buena vida a su madre que lo dio todo aun siendo madre soltera, y gracias a ella nunca nada le faltó, siendo ahora un hombre hecho y derecho como la sociedad solía llamar a una persona profesional. Siendo que también corrió con la suerte de encontrar un buen puesto en la empresa de uno de sus mejores amigos: Todoroki Shoto. Que por supuesto, no por ser cercanos, lo volvería un privilegiado por encima de la mayoría de empleados.

Ya no estaban en preparatoria o la universidad donde llevaban una vida mucho más placentera y podían salir todos los fines de semana o verse entre semana en el campus de la facultad.

Tomando esa decisión mutua, antes de caer en desesperación y que la paranoia se hiciera presente y fueran llevados a finalizar su relación en malos términos.

Por ende, ahí estaban ambos; bajo la penumbra y envueltos entre las sábanas blancas. Entre jadeos y besos húmedos dejados sobre su sudorosa piel, teniendo su llamada despedida.

En ese momento Izuku no pudo evitar enterrar sus uñas en la espalda de Katsuki, sintiendo espasmos por todo su cuerpo cada vez que el rubio cenizo mordía su cuello y lóbulo, dando una de sus tantas y profundas estocadas que daban justo en su punto dulce. Dándole todo el placer posible.

Katsuki, no dejaba de apretar y enterrar sus largos dedos en los muslos y glúteos del pecoso que yacía bajo su cuerpo; mismo que se derretía entre sus brazos, gimiendo su nombre entre jadeos.

Vaya manera de recordar al chico de grandes esmeraldas que lo enamoraron desde hace nueve largos años.

Sí, muchos dirían que estaban tirando gloriosos años a la basura, pero vamos, ¿qué más podía ofrecerle en ese momento?

No mucho si era sincero. Porque a pesar de los años compartidos, Katsuki no se sentía listo para dar el siguiente paso; porqué a pesar de que sus padres son la prueba de una relación duradera, a pesar de amarlo tanto, no se sentía seguro de vivir juntos o siquiera casarse.

Lo que menos quería era mantenerlo atado a algo con un futuro incierto, y por mucho que le doliera imaginarlo, Izuku merecía ser feliz con alguien que le ofreciera todo a lo que él huye.

«Miedo al compromiso». Así es como se le puede llamar.

Izuku sabía muy bien sobre eso, razón por la cual deseo darle todo el confort y seguridad durante esa noche. No quería que se sintiera culpable, no quería que se fuera de sus brazos con aquel sentimiento atormentándolo día y noche.

Enredando sus dedos en las hebras rubias y húmedas, Izuku se estremeció cuando su orgasmo llegó, y al mismo tiempo sentía un fluido cálido llenar todo su interior, sonriendo ante el gruñido que Katsuki liberó cerca de su oído.

Volver a empezar [BakuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora