Volver a empezar [BakuDeku]

Extractor de leche.

Uno de los mayores problemas a los que Katsuki se estaba enfrentando en ese momento, era la falta de atención por parte de Izuku.

Quería atención, quería cariño y se sentí tonto al tenerle celos a un bebé de tres meses por acaparar todo de lo que él gozaba.

Pero lo que más era un completo fastidio, era despertarse solo en las mañanas y no tener con quien desahogar su enorme problema alojado entre sus pantalones.
Teniendo que ir al baño para desahogar al pobre amiguito que muy pocas veces era consentido.

Pues sí, aunque Katsuki se había dispuesto no darle tregua a Izuku por los meses de abstinencia, este parecía huir. ¿Por qué no quería estar con él?

Pasaban muchas cosas por su cabeza, y entre todas era su inseguridad.
Sí, su cuerpo había cambiado y había marcas distintas sobre este, pero eso no le importaba en lo absoluto y mucho menos cuando conseguía estar dentro de aquel culo que para su gran suerte se volvió un poco más grande y esponjoso. Y qué decir de lo cálido y suave que se sentía su interior.

Era un ahogo para él tenerlo cabalgando sobre su regazo, siendo succionado sin piedad hasta correrse.

Era increíble.

Al igual que era increíble el cómo su sola imaginación lo ayudaban a terminar más rápido cuando se masturba en el interior frío del baño.
Soltando un cansino suspiro mientras sentir el espesor de su blanquecina semilla en su mano.

Cuando terminó de limpiarse y acomodar su ropa, salió del baño para dirigirse al lugar donde seguramente Izuku se encontraría.
Y cuando dio con su figura, quedó hipnotizado por la imagen que se le presentaba.

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Izuku, había tomado ese hábito de succionar sus pezones con un extractor de leche para extraer aquella que se acumulaban cuando alimentaba a Kiyoshi.
Lo sentía como algo tan íntimo: —¿Qué haces? — escuchó desde la puerta, al mirar de soslayo, miro a Katsuki parado junto al quicio de la misma.

Sus mejillas no tardaron en teñirse de un día de carmín, deteniendo su acción; retirando el extractor y separándolo del vaso de la mamila para poder poner el chupón.
Carraspeando un poco su garganta, llevó el biberón a la cuna para colocarlo entre unos cojines junto a Kiyoshi.

—Solo estaba llenando el biberón.

—¿Desde cuándo llenas un biberón de 5 onzas?

Izuku lo miró confundido, la verdad es que ni él sabe desde cuándo comenzó a producir más leche.

—No lo sé— murmuró.

—También es la primera vez que te veo hacerlo.

Ese tono seductor lo hizo respingar; mirando cualquier punto de la habitación, evitando toparse con esos ojos carmín que lo miraban hambrientos. Trago grueso y camino hacia la puerta con intenciones de salir.

—Vamos a desayunar— dijo, pero su intento por escapar fracasó cuando Katsuki lo tomó del brazo.

El rubio, se posó detrás del peliverde, apoyando su mentón sobre su hombro, llevando sus manos que sujetaban su cintura en el interior de su camisa, acariciando su piel hasta encontrarse con esos botones rosados que no tardó en apretar con la yema de sus dedos.

—¿Te gusta seducirme y después huir? — pregunto.

Izuku, solo negó con la cabeza al mismo tiempo que se encogía de hombros.

—Vayamos a desayunar, no quiero que Kiyoshi despierte buscándome.

—Dejaste su biberón a un lado de él, ya sabe tomar por su cuenta.