Ante la emoción de sus planes para ese día, Izuku fue el primero en levantarse, incluso se dio a la tarea de preparar un desayuno rápido, sencillo, pero delicioso.
Colocando ambos platos y vasos con jugo además de una taza de café para Katsuki, sobre una bandeja de bambú.
Caminando de vuelta a la habitación mientras tarareaba una melodía.Al momento de abrir la puerta, no tardó en escuchar a un apresurado rubio colocarse de pie, lo que sucedió fue tan rápido, que antes de estar completamente adentro de la habitación, la bandeja de madera se le fue arrebatada.
—¿Tiene mucho que despertaste? — pregunto el peliverde al ver la espalda descubierta de Katsuki.
El rubio cenizo, suspiro al tiempo que colocaba la bandeja en una de las esquinas de la cama, acomodando la colcha e invitando a Izuku a recostarse una vez más en la cama.
Al acomodar la sábana sobre su regazo, extendió las patas de la bandeja, volviéndola mesa y colocándola sobre su regazo, tomando asiento a un costado.—Debiste llamarme— comentó aún en bostezos, tomando el cuchillo y tenedor para cortar los hotcakes con miel.
—Estabas profundamente dormido— abrió la boca para recibir el bocado que Katsuki le ofrecía—, ¿sigues con los síntomas?
El rubio asintió: — Son menores, pero sí—, tomando su taza de café y dando un gran sorbo.
—Entonces no fue mala idea— respondió, tomando un poco de fruta del otro plato y haciendo el mismo acto que Katsuki había hecho.
—Ok, pero no vuelvas a recargar está cosa sobre nuestro hijo.
—No la recargue sobre él, además debe ayudar a papi.
—Eso es cierto, pero no de esa manera— rio, tomando un bocado más y dándoselo a Izuku—. Terminemos esto y alistémonos, tenemos mucho que caminar hoy.
.
.
.—¿Enserio debo llevar tu abrigo? — preguntó un pecoso, mismo que se miraba en el espejo y abría y cerraba el abrigo de Katsuki que era más gran por dos tallas.
Realmente no le parecía mala idea, todos sus abrigos exponían demasiado su barriga pues ninguno le cerraba. No era pena porque la gente lo viera, si no por el hecho de que seguía siendo invierno, y era probable que nevara durante la tarde y lo que menos quería es que su pequeño se enfriará.
Katsuki rebuscó entre las cosas del peliverde, encontrando lo que buscaba, acercándose al menor para colocar ese gorro de crochet y bufanda colorida -mercancía de la serie favorita de Izuku: All Might-.—Debes cubrirte bien, no quiero que pesques un resfriado. Buscaremos algo más adecuado en el centro comercial ¿de acuerdo? — tiro suavemente del gorro, besando la punta de su nariz.
Con un leve asentimiento, ambos salieron de su departamento para hacer las últimas compras.
Tienda tras tienda y las bolsas de compras iban en aumento, incluso Katsuki ya había regresado dos veces al estacionamiento para dejar las bolsas en el auto y no cargar con todo lo comprado, después de todo a palabras de Izuku, debían seguir viendo para evitar que olvidarán comprar algo esencial para el bebé.
Suspiro al ver las cajas de la carriola, la silla mecedora, una bañera y la silla para el auto ocupar todo el espacio trasero, viendo también cómo la cajuela comenzaba a tener menos espacio.
Cuestionándose a sí mismo si realmente el bebé necesita todo eso o simplemente se estaban dejando llevar por la emoción, o el hecho de no saber que tanto se necesita.Al regresar al interior de la plaza, se apresuró a llegar al lugar donde Izuku lo esperaba, sonriendo al ver cómo terminaba de degustar sus papas fritas y helado.
—¿Comiste bien? — le preguntó, tomando asiento frente a él.
Izuku asintió, tomando una de sus papas, untando un poco de salsa de tomate para después dársela al rubio.
—¿Quieres algo más?
—¿Pizza y hamburguesas?
—¿No es mucho? —Izuku negó a la pregunta— bien, eso será.
Si bien, aunque su madre le dijo que su apetito iría en aumento, le resultaba increíble el hecho de que incluso él podía comer las mismas porciones de Izuku y querer más.
Pero no importaba, mientras el peliverde y su bebé se sintieran satisfechos, seguiría llenando la mesa de comida.—¿Qué más deberíamos comprar? — preguntó Izuku, sumergiendo su aro de cebolla en el aderezo para así comerlo.
—¿No crees que ya compramos mucho? Incluso llevamos bastante ropa, peluches, mantas y juguetes con temática de All Might. Sin mencionar las otras cosas que ya llenaron la cajuela— Izuku solo asintió.
—No sabía que había mercancía de All Might para bebés, me deje llevar por la emoción— dijo, tomando su bebita y sorbiendo un par de tragos— ¿Qué tal un corral? Va a necesitar uno.
—Tal vez, pero será un recién nacido, no lo necesita ahora.
—¿Qué tal un gimnasio para bebé?
—Puede ser, ¿algo más?
—Tal vez debamos seguir viendo. Así descartamos la idea de que algo nos falta.
—Bien, terminamos de comer y nos vamos. El frío ya va en aumento así que no podemos estar mucho tiempo afuera. Recuerda que no puedes resfriarte.
Apretando sus mejillas, Izuku se quejó por el toque del rubio, introduciendo otro aro de cebolla cuando fue soltado.
El resto de la tarde fue lo mismo, mirar y comprar, llenando una vez más sus manos con aquellas bolsas: ropa, pañales de tela -muy populares en la actualidad-, más biberones, juguetes, almohadas para el cuello y sostener su cabecita, más mantas e incluso un cojín tipo mochila que tenía un protector acolchado que iría en la cabecita; según la señorita era para cuando el bebé comenzará a sentarse y en ocasiones su mismo peso los llevaba hacia atrás. Al final Katsuki tuvo que sacar a Izuku de ahí antes de que sobre girará la tarjeta de crédito intentando llevarse toda la tienda a casa.
Pero ver su carita de felicidad, le hizo olvidar la gran cantidad de dinero gastado en ese día. Después de todo, era para cubrir todas las necesidades de su primer hijo sin que nada falte.
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Volver a empezar [BakuDeku]
RomanceFalta de tiempo, falta de atención, llevándolos a tomar una madura decisión. Pero ninguno de los dos imagino que su tan peculiar e inolvidable despedida, traería cierta consecuencia. Un pequeño ser que venía en camino los llevaría a recuperar lo que...