Con el entrecejo único y de brazos cruzados, Katsuki no dejaba de mirar al sujeto bicolor que se encontraba adentro del corral de Kiyoshi tratando de seguir y entender los juegos que el pequeño le explicaba a balbuceos y suaves cabeceos.
Eran pocas las veces en las que Shoto iba a su departamento a pasar el rato con ellos. Haciéndole compañía a Izuku -lo cual por otra parte agradeció-; aunque todas esas veces era porque su padre, Enji Todoroki, lo sacaba de quicio y se terminaba yendo de la empresa sin dar aviso.
Aunque la última vez que fue no espero verlo dormido en su cama junto a su bebé mientras Izuku preparaba la cena. Cómo era de esperarse su reacción, sacó al intruso a patadas, pero una vez Shoto estuvo afuera, fue directo a sentarse en el comedor para esperar ser alimentado.
Y ahora, estaba en el interior de un corral para bebés de dos por dos metros. Cruzado de piernas y asintiendo con la cabeza como si realmente entendiera al infante que le entregaba sus peluches de felpa.
—Oye bastardo— lo llamó con su usual altanería— ¿Qué haces adentro del corral de mi hijo?
Shoto, viró un poco su cabeza para ver al rubio cenizo que se encontraba parado a un metro de distancia de él; vistiendo su traje completo de oficina todavía.
—Oh, Kiyoshi me pidió que entrará— dijo, con toda la inocencia del mundo plasmada en su rostro.
—¿Cómo va a pedirte eso un bebé?
—Solo me pare afuera del corral y cuando tome su mano él tiró de la mía— siguió explicando, prestando toda su atención al pequeño que se acercó gateando para dar palmaditas sobre su pierna.
Al ver la acción de su hijo, Katsuki dio un suspiro resignado. Aunque le incomodara la presencia del heterocromático en su casa, si su hijo aclamaba su atención no podía negarle eso.
—¿Dónde está Deku?
—Terminando de darse un baño, tal parece hubo una guerra de comida. Cuando llegué, Izuku estaba terminando de limpiar— volvió a explicar, indicando a Kiyoshi cómo funcionaba su pelota musical.
El rubio, rio bajo al ver cómo su pequeño estaba de rodillas, comenzando a mover su cuerpo con movimientos torpes al son de la música, al mismo tiempo que sus balbuceos resonaban por toda la casa.
—Kacchan— lo nombró Izuku, al dar un par de pasos, se quedó mirando a Shoto con algo de confusión.
—Tal parece tenemos dos niños— dijo Katsuki, acercándose a Izuku; acunando su rostro con ambas manos y besando sus labios para pasar a su lado e ir a su habitación a cambiarse.
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.En el momento en que regresó, vio como Izuku terminaba de poner la mesa, miro de soslayo a Shoto quien ahora era golpeado por una pelota que Kiyoshi le arrojó. Burlándose cómo era debido.
Al terminar de ayudar a Izuku con la mesa, fue hasta el corral.
—Kiyoshi, ven aquí pequeño— lo llamo, extendiendo sus manos y sonriendo al igual que su pequeño cuando lo miro; el menor soltó un grito de emoción y gateó lo más rápido que sus piernas y brazos se lo permitían para ser cargado por su padre, quien en el momento en que lo tuvo entre sus brazos besó su mejilla— Tú, sal de ahí y ven a cenar con nosotros— señaló y ordenó a Shoto.
Quien se quejó de dolor cuando consiguió ponerse de pie; al salir del corral con sus piernas temblando y hormigueando, miro a Katsuki: — ¿No me darás un beso a mí también? — bromeó, riendo en compañía de Izuku cuando escucho su tan peculiar gruñido.
Una vez todos sentados alrededor de la mesa y Kiyoshi en su silla periquera, comenzaron a comer sus alimentos, iniciando con una conversación de cualquier tema trivial.
—¿Cuándo comenzarás a tomarte en serio tu puesto en la empresa de tu padre? — preguntó Katsuki.
—Me lo tomo enserio, pero me molesta que mi padre se ponga cada vez más exigente. Realmente extraño a Izuku en la empresa.
—Solo tienes que esperar dos meses más— tomó la palabra Izuku—. Pasando el cumpleaños de Kiyoshi volveré.
—Por favor. Con el simple hecho de que me ayudes a deshacerme de mi padre te daré un aumento.
—Vaya, qué gran oferta— comenzaron a reír los tres por igual, siendo acompañados por aplausos por parte del infante.
—¿También te gustó la propuesta? — le preguntó Shoto a Kiyoshi—, aunque claro, cuando tu padre regrese ya no podré venir a verte tan seguido. Te voy a extrañar— susurró aquello último, apretando la mejilla del menor con sus dedos.
Izuku y Katsuki se miraron entre sí. Lo que Shoto tenía era mucho más que exigencias laborales; el joven bicolor al sentirse observado, habló sin que alguien se lo pidiera.
—Desde que mi padre se enteró que ustedes fueron capaces de tener un hijo, comenzó a pedirme que consiguiera pareja para darle un nieto.
—¿Nieto? ¿Qué no Fuyumi le dio a su primer nieto? — Shoto asintió a las preguntas del peliverde. Su pequeño sobrino ya tenía cinco años de edad.
—Pero quiere que yo le de ese nieto que continúe con el negocio familiar. Cómo sabrán la única razón por la cual yo soy el único heredero de esa empresa es porque Touya se hizo la vasectomía solo para joderlo y después se fue al extranjero junto con Natsuo, quien tampoco quiere hijos y en el dado caso de que eso pase no quiere involucrarlos.
—Siendo tú el único desdichado— murmuró Katsuki.
—Para mí mala suerte. Pero al igual que mis hermanos tampoco quiero hijos. Mis relaciones siempre fracasan y no quiero darle el mismo infierno al que mi madre fue sometida.
El silencio se formó. Para toda aquella persona que sea cercana a alguno de los Todoroki, sabía de los conflictos de la familia.
Aunque cada uno de los hechos traumáticos por el que cada uno tuvo que pasar eran mejor conocidos por Katsuki e Izuku, los más cercanos a Shoto y la familia.
No les sorprendía ese comportamiento, y lamentaban que su amigo se viera involucrado en los nuevos caprichos del Enji.—Tengan otro hijo por mí — dijo sin titubeos Shoto, rompiendo la tensa atmósfera.
—¿Qué has dicho? — preguntó Katsuki, frunciendo su ceño una vez más— Estás loco si piensas que tendremos otro hijo para que sea pionero de tu padre.
—Bien, entonces que mi heredero sea Kiyoshi— volvió a hablar Shoto, acariciando la cabeza del pequeño que comía galletas de avena caseras.
—¡Deja de decir tonterías!
—Kacchan, tranquilízate. Y Shoto, no puedes dejarle todos tus bienes a Kiyoshi. Solo deberías hablar con tu padre, eres muy joven y aún tienes tiempo de conocer a alguien.
—Dudo que eso pase.
—Deja de ser pesimista— gruñó Katsuki, introduciendo un bocado de su comida a su boca con algo de brusquedad.
—Solo ve poco a poco, déjale las cosas claras y si a pesar de decirle insiste, dale por su lado— volvió a hablar Izuku—. No puede obligarte a nada, ya suficiente haces con tomar un lugar en su empresa.
Shoto asintió, dándole la razón a Izuku, después de todo era el único que podía darle calma al lío en el que solía convertirse su mente.
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Volver a empezar [BakuDeku]
RomanceFalta de tiempo, falta de atención, llevándolos a tomar una madura decisión. Pero ninguno de los dos imagino que su tan peculiar e inolvidable despedida, traería cierta consecuencia. Un pequeño ser que venía en camino los llevaría a recuperar lo que...