14. Entre mates y charlas

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El aroma a mate recién hecho se mezclaba con el bullicio de la cocina, y el sonido del agua hirviendo creaba una melodía familiar. Julián disfrutaba de estos momentos; la rutina de sus amigos, la calidez de la compañía y la sensación de que, aunque la vida pudiera ser complicada, al menos esos instantes eran simples y felices. Se habían juntado después de la facultad, y las risas resonaban en el ambiente mientras compartían anécdotas y planes para el fin de semana. Los pequeños detalles del día a día se sentían como un bálsamo para el alma. La charla era amena, aunque todos sabían que pronto iba a tomar otro rumbo.

-Bueno, Licha, ¿qué onda con Cuti? -preguntó Rodri mientras tomaba un mate, su voz cargada de curiosidad.

Licha suspiró, apoyando los codos sobre la mesa, algo incómodo.

-Y... la verdad, tuvimos una charla para arreglar las cosas el otro día, y... nos terminamos besando. Fue raro, pero también algo que necesitábamos, ¿sabes? Aunque ahora, después de eso, sigo sintiéndome confuso. A veces parece que se distancia, y otras veces es como si todo volviera a lo de antes -dijo, mirando sus manos como si ahí estuviera la respuesta.

-¿Y cómo fue el beso? -preguntó Pau, con una sonrisa traviesa-. ¿Fue apasionado o más bien un "bueno, a ver qué pasa"?

-Fue... no sé, algo en el medio. No fue como en las películas, pero tampoco fue un desastre. Quiero ver qué puede pasar entre nosotros, pero a veces dudo de si está bien.

-Y ahora, ¿qué vas a hacer? -preguntó Joaco, tomando un sorbo de mate.

-Sí, Licha, ¡contanos! -dijo Rodri, con un tono de emoción en la voz. -No dejes que se te escape la oportunidad. Dale una chance, ¿o no?

Licha sonrió débilmente, pero la incomodidad lo invadió cuando Rodri se inclinó hacia adelante, mirándolo con picardía.

-Hablando de dar chances, ¿y Enzo? -preguntó Licha intentando escaparse de la charla que lo tenía a él como protagonista, causando un pequeño silencio en la mesa.

-Sí, mal -Joaco levantó la mirada hacia Julián, cambiando radicalmente el tono de la conversación. Todos los ojos se posaron sobre él, expectantes-. Vamos a lo importante, Juli. Contanos de Enzo.

Julián ya lo veía venir. Sabía que iban a ir directo al grano, así que se limitó a darles una sonrisa nerviosa.

-Ya les conté todo en el grupo -dijo, alzando las manos en señal de rendición.

-Sí, pero queremos detalles -insistió Licha, burlón-. ¡Detalles, Julián! ¿Qué tan turro se puso?

Julián sintió que su cara se sonrojaba al recordar la tensión del momento que había compartido con Enzo. Aunque ya les había contado algo por chat, sabía que querían más.

-Bueno, fue... un poco intenso, la verdad -comenzó, mirando a sus amigos con un aire de complicidad-. Hablamos de varias cosas, y quedó claro que nos gustamos, pero decidimos ir despacio. No queremos volver a hacer las cosas mal.

Los amigos intercambiaron miradas de aprobación, como si estuvieran comprendiendo la seriedad de la situación.

-¡Y eso es clave! -dijo Pau-. No quiero que termines con otra complicación como con Nicolás.

-Sí, ni hablar -asintió Julián-. Pero la verdad es que... a veces es difícil no querer apurar las cosas.

Julián se sintió atrapado en una maraña de emociones. Sabía que quería más de Enzo, pero también comprendía que la paciencia era fundamental. Cada mirada que intercambiaban le hacía pensar en lo que podría ser, en las posibilidades que aún no habían explorado. Sin embargo, el miedo a perderlo lo mantenía alerta. ¿Y si todo se desmoronaba como había pasado antes? Se quedó con esa inquietud mientras sus amigos continuaban hablando.

Entre Cruces y Miradas - EnzulianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora