2. La joda

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La noche se hizo presente, fresca y vibrante, y la energía del asado seguía palpitando en el aire. Después de una buena comida y muchas risas, el grupo decidió que era hora de salir. Rodri y Joaco iban adelante, riendo y bromeando sobre las jugadas del fin de semana, mientras que Pau y Lautaro comentaban sobre el último partido. Julián se sentía un poco más relajado, aunque con Enzo a su lado, siempre había algo en su presencia que hacía que sus nervios se agudizaran.

Decidieron ir en dos autos. Lean se llevó a Pau, Nahue, Lautaro y Rodri, mientras que en el auto de Enzo iban Licha, Cuti, Joaco y Julián.

El clima en el auto se sentía raro. Julián miraba por la ventana, distraído, pero notaba de reojo que, cada tanto, Enzo le tiraba una mirada de costado. Desde que subieron, la charla no había fluido como antes. Entre sus amigos la relación estaba copada, pero entre Enzo y Julián seguía esa tensión, esa onda de no terminar de encajar.

—¿Querés cambiar la música? —soltó Enzo de la nada, rompiendo el silencio que ya se había instalado entre los dos.

Julián lo miró sorprendido, no esperaba que fuera Enzo quien rompiera el hielo.

—Dale, pero que no sea cumbia... ya tenemos suficiente con lo que pasaron antes —contestó medio en broma, aunque con un dejo de verdad. Sabía que a Enzo le encantaba la cumbia, pero él prefería algo más tranquilo, indie o reggaetón si la cosa iba de joda.

Enzo soltó una risa corta, como si le costara no contestar con algún comentario ácido.

—Te la bajo un toque, pero bueh... poné lo que quieras —dijo, pasándole el celular sin mucho drama, dejándole elegir el tema.

Julián se tomó su tiempo para elegir, haciendo que los segundos se sintieran más largos de lo normal. Sabía que era una boludez, pero hasta en eso había un tira y afloja entre ellos. Finalmente, puso un tema de reggaetón que venía escuchando últimamente. Medio neutral, algo que sabía que no iba a joderle tanto, pero con ese gustito de querer molestarlo un poco. El auto siguió avanzando, con la música acompañando el ambiente tenso pero soportable.

—Che, vos, ¿no era que Nicolás iba a caer también? —preguntó Licha desde el asiento de atrás, metiéndose en la conversación y rompiendo con la calma incómoda. Apenas escuchó ese nombre, Julián tensó los hombros.

Enzo lo notó al toque. No pudo evitar que una pequeña sonrisa se le dibujara en la cara.

—Ah, ¿ese tal Nico? El 'casi algo' de Juli, ¿no? —dijo por lo bajo, pero lo suficientemente claro como para meter cizaña.

Julián lo miró con cara de pocos amigos.

—No flashees, ni fue tanto —se defendió, pero el tono lo traicionaba. Estaba claro que el tema le incomodaba.

Licha, sin querer, avivó el fuego.

—Na, Juli... todos sabemos que te tenía re embobado, no te hagás el dolobu —se rió, y su risa fue contagiosa, pero Julián no se lo tomó tan bien. Era un tema delicado, y más si Enzo lo estaba usando para boludearlo.

—Ya fue, amigo. No es para tanto —cortó Julián, mirando otra vez hacia la ventana, como queriendo escapar del momento. Pero Enzo no estaba dispuesto a dejarlo pasar tan fácil.

—Bueno, pero si lo cruzamos en la joda... no se te va a acercar mucho, ¿no? —tiró Enzo, con ese tono mezcla de burla y curiosidad. Quería ver hasta dónde podía joderlo sin que estallara.

Julián optó por no responderle, apretando los dientes. No valía la pena armar quilombo por algo tan chico, aunque la paciencia se le estaba acabando.

 No valía la pena armar quilombo por algo tan chico, aunque la paciencia se le estaba acabando

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Entre Cruces y Miradas - EnzulianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora