𝐃𝐎𝐁𝐋𝐄 𝐉𝐔𝐄𝐆𝐎 • Aitana Bonmatí

𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟖

𝐄𝐋 𝐑𝐄𝐆𝐑𝐄𝐒𝐎 𝐃𝐄𝐋 𝐀𝐒𝐄𝐒𝐈𝐍𝐎

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Lidia

El regreso a la rutina siempre tenía un matiz peculiar, pero esto era distinto. No era simplemente el regreso a los informes y a las largas horas en la oficina. Esta vez, el regreso a la rutina traía consigo el retorno de un caso que había dejado una profunda marca en mi vida profesional y personal. El caso del asesino en serie, que había estado dormido durante meses, había vuelto a la vida, trayendo consigo nuevos desafíos y temores.

Recibí la noticia por teléfono una mañana temprano. Me desperté con el sonido del móvil vibrando sobre la mesita de noche. Al contestar, la voz de uno de mis colegas en la unidad de homicidios me sacudió de un sueño inquieto.

-Lidia, tenemos un nuevo caso relacionado con el asesino en serie. Parece que hay un patrón similar al de las víctimas anteriores. Necesitamos tu experiencia en esto.

Mi corazón se aceleró al escuchar esas palabras. El caso había sido uno de los más difíciles de mi carrera, y aunque había avanzado mucho, el regreso de un caso tan perturbador siempre traía consigo una ola de recuerdos dolorosos.

-¿Cuándo se reúnen para discutirlo? -pregunté, intentando mantener la calma.

-En una hora. Te enviaré los detalles. Nos vendría bien tu presencia en la reunión -respondió mi colega antes de colgar.

Cuando me levanté de la cama, Aitana ya estaba en la cocina, preparando el desayuno. El aroma de las tostadas y el café llenaba el apartamento, pero mi mente estaba ocupada con el peso del caso. Entré en la cocina con una expresión preocupada.

-Buenos días -dije, tratando de forzar una sonrisa. -Tengo noticias sobre el caso del asesino en serie. Parece que ha vuelto a aparecer.

Aitana levantó la vista, notando inmediatamente mi tono serio.

-¿De nuevo? ¿Qué ha pasado?

-Un nuevo patrón ha surgido -expliqué mientras me sentaba en la mesa. -Parece que hay una conexión con las víctimas anteriores. Voy a tener que trabajar en ello durante las próximas semanas.

Aitana se acercó, colocando una taza de café frente a mí.

-Sabes que estoy aquí para ti. ¿Cómo puedo ayudarte?

-Gracias -dije, sintiendo un nudo en el estómago. -Creo que solo necesitaré tu apoyo. Este caso es... complicado. Trae consigo una carga emocional que no es fácil de manejar.

-Lo entiendo -respondió Aitana, dándome un suave apretón en la mano. -Solo recuerda que no tienes que enfrentar esto sola. Si necesitas hablar o simplemente desconectar, estoy aquí para ti.

Agradecí sus palabras mientras tomaba un sorbo de café. La reunión en la oficina de homicidios fue tan intensa como esperaba. El equipo se reunió para revisar los detalles del nuevo caso, y los informes mostraban similitudes perturbadoras con las víctimas anteriores. Cada documento y cada foto parecían traer de vuelta la ansiedad que había sentido durante la investigación original.

-Bien, como todos saben, tenemos un nuevo caso que parece estar relacionado con el asesino en serie que investigamos anteriormente -comenzó el jefe de la unidad. -Queremos revisar los patrones y ver si podemos encontrar una pista que nos lleve a la identidad del perpetrador.

Pasamos las siguientes horas revisando detalles y discutiendo estrategias. Cada pista parecía llevar a más preguntas que respuestas, y la presión era palpable. A medida que el día avanzaba, mi mente se sentía abrumada, pero me mantenía enfocada en el objetivo.

Al final de la jornada, volví a casa con una sensación de agotamiento y ansiedad. Aitana estaba esperándome con una cena ligera y una actitud comprensiva. Se notaba que sabía que el día había sido difícil para mí.

-¿Cómo te fue en la reunión? -preguntó mientras servía la cena.

-Intensa -respondí, tomando asiento. -Hay muchas cosas que aún no encajan, y cada vez que reviso los casos, me siento como si estuviéramos dando vueltas en círculos.

-Lo importante es que estás haciendo todo lo posible -dijo Aitana, ofreciéndome un plato. -No estás sola en esto. Lo que estás haciendo es increíblemente importante y valiente.

-Gracias -murmuré, sintiendo un alivio reconfortante en sus palabras. -A veces solo necesito recordarme eso, especialmente cuando los detalles del caso se vuelven abrumadores.

Durante la cena, Aitana hizo un esfuerzo por mantener la conversación ligera, compartiendo anécdotas divertidas del entrenamiento y planes futuros. Aunque intenté involucrarme, mi mente seguía regresando a las imágenes y detalles del caso. Pero sus intentos de distraerme eran valiosos, y me ayudaban a mantenerme un poco más centrada.

Después de cenar, decidí trabajar un poco más en casa. El apartamento se había convertido en un refugio temporal, y la comodidad de estar en un entorno familiar me ayudaba a manejar el estrés. Mientras me sumergía en el trabajo, Aitana se acomodó en el sofá con un libro, dándome el espacio que necesitaba.

-Si necesitas algo, avísame -dijo, sin dejar de leer.

-Lo haré -respondí, agradecida por su comprensión. -Voy a intentar avanzar todo lo posible esta noche. Necesito despejar mi mente.

Pasaron varias horas mientras revisaba notas y analizaba nuevos detalles del caso. La noche avanzaba y el cansancio comenzaba a hacerse notar. Finalmente, me levanté para ir a la cama, sabiendo que mañana sería otro día lleno de desafíos.

Aitana ya estaba en la cama cuando entré. Me uní a ella, y al sentir su cercanía, una ola de calma me envolvió. Nos acurrucamos juntas, y aunque mi mente aún estaba llena de pensamientos sobre el caso, saber que tenía a Aitana a mi lado me daba una sensación de tranquilidad.

-Gracias por estar aquí -murmuré mientras cerraba los ojos. -Tus palabras y tu apoyo significan más de lo que puedes imaginar.

-Siempre estaré aquí para ti -respondió Aitana, dándome un beso en la frente. -Y recuerda, independientemente de lo difícil que sea el caso, juntas podemos enfrentar cualquier cosa.

Sus palabras me dieron el consuelo que necesitaba para finalmente relajarme. A pesar de los desafíos que nos esperaban, sabía que el amor y el apoyo mutuo eran la base sólida sobre la que podíamos construir nuestro futuro. Con Aitana a mi lado, me sentía lista para enfrentar cualquier cosa que el regreso del asesino en serie pudiera traer.

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