𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟐𝟏

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𝐔𝐍𝐀 𝐍𝐎𝐂𝐇𝐄 𝐄𝐒𝐏𝐄𝐂𝐈𝐀𝐋

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Aitana

Desde que comencé a planear esta cena, sabía que tenía que ser algo verdaderamente especial. Lidia había estado a mi lado en cada paso de mi recuperación, y no había palabras suficientes para expresar mi gratitud. Decidí que esta noche sería para ella, una forma de mostrarle cuánto la aprecio y cómo valoro todo lo que ha hecho por mí. Así que me puse manos a la obra para preparar una sorpresa que, con suerte, capturaría toda mi admiración y amor.

El día comenzó temprano. La primera tarea fue comprar una decoración bonita para la casa, algo ideal para una noche especial. Después, me dirigí al mercado para comprar ingredientes frescos para preparar una cena especial. Quería que cada detalle fuera perfecto.

Decoré la casa con luces suaves y velas en la mesa. El mantel blanco y las flores frescas añadían un toque elegante, sin ser demasiado ostentoso. Quería que Lidia se sintiera mimada, así que me aseguré de que la mesa estuviera bien decorada, con un pequeño ramo de flores silvestres y una botella de vino que sabía que le encantaba.

Mientras preparaba la cena, me tomé mi tiempo para cocinar con cuidado. Había elegido un menú que consistía en platos que sabía que Lidia disfrutaba: una ensalada de aguacate y mango para empezar, seguida de un risotto de champiñones y trufa, y para terminar, un postre de mousse de chocolate con frutas del bosque. La cocina estaba llena del aroma de los ingredientes frescos y de la promesa de una comida deliciosa.

A las seis de la tarde, me aseguré de que todo estuviera listo. La mesa estaba puesta con elegancia, y me tomé un momento para admirar el resultado final. La comida estaba lista para ser servida, y las velas estaban encendidas, creando un ambiente romántico que esperaba que Lidia apreciara.

Cuando Lidia llegó a casa, la encontré en el vestíbulo, ya vestida para la ocasión, con un hermoso vestido azul que resaltaba su elegancia natural. Sus ojos se iluminaron al ver la decoración y la cena preparada.

-¡Sorpresa! -exclamé, sonriendo mientras la abrazaba. -Quería agradecerte por todo lo que has hecho por mí durante mi recuperación. Esta noche es para ti.

Lidia miró alrededor, sorprendida y emocionada.

-¡Vaya! No me esperaba esto en absoluto. Todo se ve increíble. ¿Cómo lo has hecho?

-Quería hacer algo especial para ti -dije, tomando su mano y guiándola hacia la mesa.

-Sé que no puedo agradecerte lo suficiente por todo tu apoyo, pero espero que esta cena sea un pequeño reflejo de cuánto te valoro.

Nos sentamos en la mesa, y comenzamos con la ensalada de aguacate y mango. Mientras comíamos, conversamos sobre cómo había cambiado nuestras vidas y cómo, a pesar de los desafíos, habíamos logrado superar todo juntas.

-Recuerdo cuando me lesioné -dije, sirviéndole más vino. -En esos momentos, era fácil sentirme desesperada, pero tu apoyo me dio fuerza. Me hiciste sentir que no estaba sola en esto.

Lidia me miró con una mezcla de ternura y admiración.

-Siempre estaré aquí para ti, Aitana. No importa lo que pase. Tu recuperación fue un desafío, pero verlo como una oportunidad para fortalecer nuestra relación fue una experiencia increíble.

Mientras disfrutábamos del risotto de champiñones y trufa, la conversación se volvió más profunda. Hablamos sobre nuestros sueños futuros, sobre las cosas que queríamos lograr juntas y sobre lo que cada una de nosotras significaba para la otra.

-Quiero que sepas que te admiro mucho -dije, mirando a Lidia con sinceridad. -No solo por lo increíblemente talentosa que eres en tu trabajo, sino también por cómo siempre estás allí para mí, incluso en los momentos más difíciles.

Lidia sonrió y me tomó la mano.

-Te quiero más de lo que las palabras pueden expresar. Esta noche, y cada noche, me siento increíblemente afortunada de tenerte en mi vida.

Finalmente, serví el mousse de chocolate con frutas del bosque. Mientras lo compartíamos, sentí una ola de satisfacción. No solo era una cena deliciosa, sino que era una celebración de nuestra relación y de cómo habíamos llegado hasta aquí.

-Gracias por hacer esto -dijo Lidia, mientras tomaba un bocado del postre. -Esta noche ha sido maravillosa, y me siento afortunada de tenerte a mi lado.

-Yo también me siento afortunada -respondí, levantando mi copa para un brindis. -Por nosotras, por lo que hemos superado y por el futuro que tenemos por delante.

La noche continuó con risas, música suave de fondo, y una sensación de profunda conexión. Mientras nos acurrucábamos en el sofá después de la cena, me di cuenta de lo lejos que habíamos llegado. Habíamos enfrentado desafíos, pero siempre habíamos encontrado la manera de salir adelante, juntas.

-Esta noche ha sido perfecta -dije, descansando mi cabeza en su hombro. -Gracias por ser la persona increíble que eres y por estar siempre a mi lado.

-Siempre estaré aquí -dijo Lidia, envolviéndome en un abrazo cálido. -Y juntas, seguiremos superando todo lo que venga.

La noche se desvaneció en una sensación de paz y amor compartido. Cada detalle de la cena, desde la comida hasta las conversaciones, reflejaba el profundo aprecio que teníamos la una por la otra. Y mientras nos acurrucábamos bajo una manta, me di cuenta de que, con Lidia a mi lado, cada desafío se convertía en una oportunidad para fortalecer nuestro amor y nuestra relación.

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▪ Solo quedan 3 capítulos más, que tanto puede cambiar su bonita historia?

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𝐃𝐎𝐁𝐋𝐄 𝐉𝐔𝐄𝐆𝐎 • Aitana BonmatíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora