No puedes evitar que el sol y la luna se encuentren.
▼El amor prohibido, que destruyó a toda la Galaxia. Un Jedi y una Reina no puede estar juntos. Ni separados. ▼
Historia 💯 % mía
No esta completamente basada en la Historia de Star Wars solo co...
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Anakin cierra la boca antes de qué yo misma te la cierre.
— Eso es algo que no te debe de importar a ti. — dijo sin más con una pizca de frialdad en su voz, sintiendo como el se había tensado — si vas a convertirte en un caballero Jedi, no te debe importar nada más que eso en este momento.
Fue lo último que dije, al parecer alguien no ha entrado en su etapa de madurez aún, pero que más da si es un adolescente que huele a hormonas y que ni siquiera ha llegado a los 18 años.
Tal vez en un tiempo comprenda mis palabras, hasta yo misma pienso que me escuche dura y fría en ese momento.
— Lo dices, porque en tu Orden y religión no está prohibido como aquí — pronunció el de manera calmada para verla a los ojos en ese mismo momento.
Lo único que hice, fue irme de ahí antes de poder responderle otra cosa, realmente odio cuando me recuerdan eso, esa preferencia que tienen por mí aquí en el templo, por ser parte de los Valeut, me está empezando a cansar, se me hace tan injusto que ellos no puedan ver a sus familias.
Mientras yo sí, puedo hablar con la mía, tal vez lo deje de hacer amo a mi familia, pero sé que aquí en la orden Jedi está prohibido tener apegos. Cuando llegue aquí me advirtieron eso y aunque para mí no estaba del todo prohibido, era injusto para los demás, así que traté de acoplarme a sus reglas.
El resto de mi día fue cansado, esa sensación en la fuerza que me está empezando abrumar.
Solamente la empecé a sentir cuando Anakin llego aquí siendo tan solo un niño, y ahora la sentí más pesada y fuerte, como si pudiera sentir sus emociones, eso me estaba empezando a molestar un poco.
— Ya cállense — le dijo en voz baja a sus propios pensamientos que no la dejaban tranquila.
Cuándo llegue a mi cuarto, lo primero que hice fue revisar mi holocomputadora, algo estaba mal había varios mensajes de mi papá. Así que decidí abrirlos todos, cuando me di cuenta de lo que decían esos mensajes.
Vi que tenía que atender unos asuntos importantes en Naboo con la senadora, Amidala.
¿Que con quien?
— Lo siento, pero yo no puedo ir, lo sabes perfectamente padre. Que tengo estrictamente prohibido salir de aquí, solo si es para misiones — fue lo único que dijo la joven en aquel mensaje que estaba por enviarle a su progenitor.
Ni siquiera tardo en llegar una llamada de mi padre, y al parecer no le había agradado nada de lo que había dicho en ese mensaje.
