━━━━━30| Renacer del pasado

666 85 6
                                    

No me interesa lo que hagas con los demás, te daré de mi poder con la condición de no hacerle nada a ella —advirtió con seriedad.

El hombre frente a él carcajeó con ironía.

—No pensé que tú, alguien despiadado, quisiera mantener con vida a alguien que lo traicionó.

—Eso no te incumbe.

Yumeko

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Yumeko

Ver a mi hermano controlar a Kurama era uno de los momentos que más esperaba. Esto, me hizo recordar cuando Madara me ayudaba a controlar mi poder, pero no fue nada comparado con Naruto. Yo siempre tuve el apoyo y guía del que se ha comportado como mi padre, en cambio, Naruto lo logró con su propio esfuerzo. Haciendo que cada día, mi admiración por él incremente.

Luego de eso, apareció Kisame, supe que algo malo se aproximaba. Y así como apareció, así se fue. Intenté detenerlo, pero él soltó nuestras manos.

Adiós, mocosa, aquí sí hay osos que te puedan devorar, cuídate —dijo Kisame, viéndose cansado, sabía que partiría. Él llegó para pasar información a Madara, pero al ser atrapado, su única escapatoria era la muerte.

No...

—Pensé que aquella vez, sería la última vez que nos veríamos —pauso por unos instantes—, me alegra haberte visto en antes de mi muerte, adiós, tonta engreída niña. No llores por algo tan insignificante como esto, y se feliz, tú aún puedes cambiar al mundo.

Fueron sus últimas palabras antes de acabar consigo mismo. Aunque, siempre mantuvo esa sonrisa que al principio me asustaba por sus afilados dientes.

No quedó rastro de su cuerpo, mas que un pedazo de tela de su ropa y bandana ninja, de lo poco que quedó, me encargué de enterrarlos. Recé por su alma, acompañada de los ninjas de Konoha y Kumogakure, pues ellos sabían de mi equipo de Akatsuki.

—Lo siento, Yume-nee... te veo en la posada.

Asentí. Naruto se quedó un poco más de tiempo que el resto, pero ya había llegado la noche y estoy segura que el hambre lo venció.

¿Por qué tenías que hacer todo a tu manera?

Me senté cerca de lo que hice su tumba, pues estar de cuclillas me había cansado. El viento soplaba, mientras las nubes del cielo nocturno se unían amenazando con llover.

Nuestros recuerdos en Akatsuki vagaron en mi mente, sonreí apreciando todos los momentos juntos, los tres. Aunque era algo que dolía tanto como la muerte de Itachi, no lloraba. Simplemente sonreí mirando a la luna, esperando a que la primer gota de agua cayera.

Nunca fuiste un monstruo, aunque intentabas que los demás te vieran como uno.

No cayó una, sino, muchas gotas; la lluvia era tan pesada y poderosa, digna de lo que representaba mi querido amigo y hermano. Me di el lujo de soltar mis lágrimas, y luego reí.

Wanna be Yours| Uchiha Sasuke Donde viven las historias. Descúbrelo ahora