• Gwendolyn Raymond •
Me encontraba sentada en una silla de la habitación de Blaise, esperando su regreso. No sé aún porqué, pero me dijo que lo esperara allí, supuestamente me tenía que entregar algo sumamente importante. No había nadie más así que simplemente decidí seguir esperando mientras leía un libro para matar el tiempo.
El silencio de la habitación fue interrumpido cuando la puerta se abrió de golpe, revelando la figura de Malfoy. Su expresión habitual de arrogancia se intensificó al verme sentada ahí, según yo.
—¿Y qué haces tú aquí? —preguntó Malfoy, cruzando los brazos mientras la miraba con una mezcla de curiosidad y desdén.
—Esperando a Blaise, ¿qué parece? —levante la mirada respondiendo con frialdad.
Draco levantó una ceja, cerrando la puerta tras de sí mientras se acercaba. —No sabía que ahora tú y Blaise fueran más cercanos que antes.
—No es que sea asunto tuyo, Malfoy —repliqué, manteniendo un tono indiferente. Sabía que él siempre encontraba una manera de desafiarme, incluso cuando no tenía razón para hacerlo.
—Cálmate, Raymond, solo hago una observación —dijo Malfoy, con su habitual tono sarcástico—. No sabía que tenías tanto tiempo libre para sentarte en habitaciones ajenas.
Suspire, claramente fastidiada. —Es gracioso, viniendo de alguien que pasa más tiempo criticando a los demás que haciendo algo útil.
Este me miró fijamente por un momento, su expresión endureciéndose, pero antes de que pudiera responder, Blaise entró por la puerta, interrumpiendo la incómoda tensión entre ambos.
—¡Ah, Gwen! Perdón por la espera —dijo Blaise, dándome una sonrisa mientras tiraba su mochila en la cama—. No me di cuenta de la hora.
—No te preocupes —respondí, poniéndome de pie—. Estaba disfrutando de una charla "encantadora" con Malfoy.
Soltó una risa sarcástica. —Sí, todo un placer, Raymond.
—¿Okey? Parece que ciertas personas deberán practicar más el llevarse bien —comentó Blaise mirándonos— Como sea, ten Gwen, esto es para ti... — y me extendió un sobre.
Más tarde, cuando regresé a mi habitación, me dejé caer en mi cama, agotada por el día. Justo cuando comenzaba a relajarme, la puerta se abrió, Chiara entró con un paquete en manos y una expresión de curiosidad en su rostro.
—Te llegó esto por la lechucería —dijo Chiara, entregándome el paquete—. Pero no tiene remitente.
—¿Para mí? Pero no recuerdo haber perdido nada... — dije mientras comenzaba a abrirlo con delicadeza.
A medida que retiraba el papel, un libro grueso y antiguo apareció. Los ojos de Chiara se iluminaron al instante, y yo no pude evitar sonreír.
Dentro encontré tres libros idénticos. Su título brillaba en dorado: Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos de Newt Scamander.
—¡Es un libro de Newt Scamander!¡Tu favorito! —exclamó, con emoción en su voz—. ¿Quién te lo habrá enviado?
— No tengo la menor idea –dije— Pero aquí la pregunta es. ¿Porque tres libros exactamente iguales?
—Si es bastante raro que alguien envíe tres ejemplares del mismo libro... ¿Será algún tipo de pista?
—¿Pista sobre qué?
—Sepa, solo lo dije por decir.
Abrí uno de los libros y empecé a hojearlo, al igual que Chiara con otro ejemplar en manos. Las páginas estaban llenas de descripciones detalladas de criaturas mágicas, pero nada parecía fuera de lo común al principio.

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Sealed Promises
FanfictionEn el corazón de Hogwarts, donde la magia y el misterio se entrelazan, tres jóvenes brujas están destinadas a dejar su marca. Grace, Chiara y Gwen, unidas por la amistad, los desafíos, se enfrentan a sombras del pasado y secretos oscuros que amenaza...