CHIARA WILLIAMS

20 3 7
                                    

• Chiara Williams •

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

• Chiara Williams •

—¡Chiara!

Volteé cuando escuché su voz.

—Hola, Harry.

—¿Qué harás hoy en la noche?

¿Acaso... va a invitarme a salir?

—¿Hoy? supongo que nada, tal vez pijamada con las niñas. ¿Por qué lo preguntas, Harry?

Me encantaba llamarlo por su nombre y a mí me encantaba que me hablara. Cosas tan simples que me hacían suspirar.

—Sal conmigo —me quedé tiesa viéndolo fijamente.

Di algo, Chiara...

—¿Salir contigo?

—S-si quieres... —titubeo y empezó a ponerse rojo.

Genial, Chiara, ahora vas a tener que pagar terapia.

—¡Sí quiero! —exclamé y la cara de Harry se tornó feliz.

—Excelente, te veo afuera de tu sala común a medianoche —dijo con esa voz suave, casi traviesa, que me desarmaba por completo.

Asentí, probablemente pareciendo perpleja, porque apenas podía procesar lo que estaba pasando. Harry me dedicó una última sonrisa antes de darse la vuelta y alejarse con esa seguridad torpe que siempre tenía.

Me quedé ahí, congelada, hasta que sentí que las piernas me llevaban por inercia hacia la biblioteca. Necesitaba distraerme. ¿Leer un poco? Tal vez. Aunque honestamente, ¿quién podía concentrarse después de algo así?

Mientras caminaba, no podía dejar de repetir en mi mente la escena una y otra vez. El que me gusta, el chico que me volvía loca sin siquiera intentarlo, me había invitado a salir. ¿A mí? ¿Era real?

[...]

Casi medianoche, pero yo estaba lista desde que la cena había terminado. Había pasado las últimas dos horas frente al espejo, asegurándome de que mi cabello luciera decente y que mi uniforme estuviera impecable, aunque no tenía idea de por qué me estaba esforzando tanto. Solo era Harry... ¿no?

Gwen y Grace se habían burlado de mí todo el rato porque no podía parar de sonreír, aunque intenté disimularlo diciendo que tenía un "nuevo libro muy emocionante".

Me miré al espejo por última vez antes de salir. No sabía si era posible hacer que mi cabello se viera mejor, pero al menos había intentado. Cuando el reloj marcó cinco minutos antes de las doce, me armé de valor y salí del dormitorio.

—Espera, Chiara, no tropieces, no digas nada raro, y no te desmayes. —me dijo Gwen burlona antes de irme.

Tranquila, Chiara, no es como si fuera el fin del mundo.

Salí de mi sala común más nerviosa de lo que ya estaba, solo que al salir no había nadie. Me preocupé un poco hasta que escuché que alguien me llamó. Y entonces, la escuché. Su voz.

Él estaba allí, con esa mirada algo torpe pero encantadora, como si él también estuviera intentando procesar todo lo que había pasado.

—Chiara. —dijo con una sonrisa que casi me derritió. Su tono era suave, tranquilo, pero había algo en su voz que me hizo sentir especial, como si no hubiera nada más importante en ese momento que nosotros dos.

Lo vi al final del corredor, esperando cerca de una de las grandes ventanas, donde la luz de la luna iluminaba su rostro con una suavidad que hacía que mi corazón diera un salto. Se veía tan guapo como de costumbre.

Contesta, Chiara, no lo dejes esperando.

—Hola, Harry. —dije, tratando de sonar casual, aunque sabía que mi voz traicionaba mi nerviosismo.

Harry me miró con una sonrisa, y por un momento, todo lo demás desapareció. Era como si estuviera sola con él, como si el mundo se hubiera detenido y lo único que siguiera fuéramos nosotros.

—Hola, Chiara. —estaba claramente tratando de ser relajado, pero sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas, y eso me hizo sonreír aún más.

Nos quedamos ahí por un momento, sin saber muy bien qué decir. El ambiente entre nosotros era silencioso, pero no incómodo.

—¿Qué quieres hacer? —preguntó y esa simple pregunta hizo que mis nervios se calmaran un poco. Estábamos juntos. Ya no importaba tanto qué íbamos a hacer, sino el hecho de que estábamos haciendo algo, juntos.

—No lo sé. —me encogí de hombros nerviosa. En ese momento, todo lo que quería era disfrutar de su compañía.

Harry me miró y sonrió, y esa sonrisa era todo lo que necesitaba para que me sintiera en paz.

Decidimos caminar por los pasillos desiertos, dejando que la quietud de la noche nos envolviera. Hablamos de todo y de nada, de nuestras clases, de algún chisme que habíamos oído en la sala común. A veces, me miraba, y yo sentía que mi corazón se aceleraba, pero trataba de disimularlo.

—¿Sabías que...? —estaba apunto de contarle un dato random mío, hasta que me interrumpió.

—No me digas que estás nerviosa, ¿eh? —me preguntó con una sonrisa juguetona, y aunque su tono era relajado, sus ojos brillaban con algo que no supe identificar.

¡¿Nerviosa?! ¿Yo?

Obviamente que sí, pero no podía admitirlo, ¿verdad?

—No, para nada. Solo somos amigos, ¿no?

Noté como su expresión divertida cambiaba a una postura más seria, como si mi comentario le hubiera afectado.

¿Acaso pensaba que no éramos amigos?

Nos acercamos a la puerta que daba hacía las escaleras para subir a la torre de astronomía. Al llegar, fuimos directo al balcón que daba hacia el cielo. Ambos miramos, observando las estrellas sin decir nada. De repente yo lo miraba o él a mí, pero ninguno decía nada.

—Nunca había estado tan tranquilo —dijo Harry, rompiendo con el silencio que nos envolvía y me sorprendió lo sincero que sonaba.

—Yo tampoco. —lo miré y él ya me estaba mirando. En ese momento, sentí que no había necesidad de más palabras.

Podíamos estar en silencio, y aún así sentir que compartíamos algo único. No necesitábamos hacer nada espectacular. No hacía falta una cena elegante ni palabras elocuentes. Estábamos juntos, en la noche, y eso era suficiente para mí.

Pero, por supuesto, mi mente no dejaba de decirme que esto no podía ser real. ¿Cómo era posible que Harry, el chico que me desarmaba con una sola sonrisa, estuviera aquí conmigo? Y sin embargo, aquí estábamos, mirándonos a los ojos y disfrutando de la noche sin preocupación alguna.

No tenía idea de cuánto iba a durar, ni de si era el inicio de algo más, pero en ese momento, no me importaba. Estábamos compartiendo algo especial, algo que solo era nuestro, y eso me hizo sentir más viva que nunca.

Lo mejor de esa cita era cómo todo parecía fluir de manera tan natural, como si siempre hubiera sido así. Solo él y yo, bajo las estrellas.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 05 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Sealed PromisesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora