DOS LEONES INFILTRADOS EN EL NIDO DE SERPIENTES

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• Narrador omnisciente •

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• Narrador omnisciente •

La mañana de Navidad amaneció fría y blanca, con la luz del sol filtrándose suavemente a través de las ventanas cubiertas de escarcha. Las tres mejores amigas, Gwen, Grace y Chiara, se despertaron lentamente, aún envueltas en la calidez de sus mantas. Fue entonces cuando sus ojos se posaron en las pilas de regalos que habían aparecido mágicamente a los pies de sus camas, cubiertos con brillantes envolturas y cintas doradas.

—¡Feliz Navidad! —exclamó Chiara, con una sonrisa radiante mientras se incorporaba rápidamente para inspeccionar los regalos.

—¡Feliz Navidad! —respondieron Gwen y Grace al unísono, aún adormiladas, pero contagiadas por la emoción de su amiga.

Sin perder tiempo, las tres se reunieron en medio de la habitación y comenzaron a abrir sus regalos, riendo y compartiendo cada hallazgo. Las envolturas volaron por la habitación, y las exclamaciones de sorpresa y agradecimiento llenaron el aire. Después de intercambiar abrazos y felicitaciones, admiraron los regalos que se habían dado entre sí, desde dulces encantados hasta pequeñas joyas encantadoras.

—Esto es perfecto. —dijo Gwen, sosteniendo una pulsera que Chiara le había regalado, adornada con un pequeño colgante en forma de serpiente que emitía un leve brillo—. ¡Gracias!

—Sabía que te encantaría. —respondió Chiara con una sonrisa satisfecha.

—Esto es justo lo que necesitaba —agregó Grace, mostrando una bufanda de lana verde y plata que Gwen le había tejido ella misma.

—Y esto es para ti, Chiara. —dijo Gwen, entregándole un pequeño paquete envuelto en un delicado papel azul

Chiara lo abrió con cuidado y encontró un pequeño collar de plata con un colgante en forma de luna creciente, detalladamente grabado con runas que brillaban con un suave resplandor.

—¡Es precioso! —exclamó Chiara, con los ojos llenos de gratitud— ¡Gracias! Sabía que podían leerme la mente.

—Ten, Grace, esto es para ti. —habló Chiara dándole una cajita envuelta en un fino papel color morado.

Cuando Grace lo abrió se encontró con un juego muy fino de plumas, pergaminos, sellos, y todo lo que un buen kit para escribir cartas necesita.

—¡No me lo creo! Es bellísimo, gracias, gracias, gracias. —la pequeña Grace brincó y gritó feliz por el regalo que su amiga le hizo.

—Sé lo mucho que te gusta mandarle cartas a tu padre, no encontré mejor regalo que ese. —respondió Chiara dándole un abrazo a su amiga.

—Bueno, me toca —la castaña le entregó una caja mediana envuelta con papel rosado a Chiara y a Gwen le pasó otra caja envuelta en papel plateado—, ábranlos al mismo tiempo.

Ambas amigas obedecieron a la menor y abrieron sus cajas. Dentro de la caja rosa se encontraba un lindo joyero blanco.

—Es para que guardes todos tus aretes y collares. —la rubia agradeció y la abrazó muy fuerte.

Sealed PromisesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora