Capítulo 22

21 3 0
                                    


Narra Trevor

Estaba un poco nervioso cuando Brenda me invitó a cenar con sus padres para celebrar la finalización de su libro. No porque no me llevara bien con ellos, sino porque sentía la presión de causar una buena impresión. Su madre era una mujer apasionada y llena de energía, mientras que su padre era más reservado, pero igualmente firme en su presencia. Sabía que esta cena no sería solo una celebración, sino un paso más en la relación que estábamos construyendo.

Cuando llegamos a su casa, la calidez del ambiente me envolvió. El aroma de la comida que su padre había preparado llenaba el aire, y me sentí aliviado al ver las sonrisas en los rostros de Brenda y sus padres. Después de los saludos y un par de bromas, nos sentamos a la mesa.

La cena fue un verdadero festín, y mientras comíamos, no podía dejar de observar a Brenda. La forma en que hablaba con sus padres, su risa y cómo brillaban sus ojos mientras compartía anécdotas sobre el libro me hizo sentir un profundo cariño por ella. Era una mujer increíble, y sabía que todo lo que había pasado solo había fortalecido su espíritu.

—Brenda nos ha contado mucho sobre ti, Trevor —dijo su madre, inclinándose hacia mí con un brillo en sus ojos—. Nos alegra saber que la apoyas tanto.

—Es un placer estar a su lado —respondí, sintiéndome un poco más cómodo—. Ella ha trabajado muy duro, y estoy orgulloso de ella.

La conversación fluyó naturalmente entre los cuatro, y no pasó mucho tiempo antes de que la cena se convirtiera en risas y anécdotas compartidas. Después de comer, Brenda me tomó de la mano, y juntos nos retiramos al sofá. La atmósfera era cálida y familiar, y yo me sentía cada vez más en casa.

Una vez que sus padres comenzaron a limpiar, Brenda me miró con una sonrisa cómplice y me llevó a la sala, donde se acomodó en el sofá y me pidió que me uniera a ella. Nos quedamos hablando un rato, compartiendo sueños y anhelos. Era un momento mágico, y podía sentir que cada palabra que intercambiábamos nos unía más.

Finalmente, cuando la noche avanzó nos despedimos de sus padres, y mientras conducía hacia nuestros departamentos, sentí que era el momento adecuado para dar un paso más. La miré a los ojos, esos ojos que habían sido testigos de tantas cosas, y supe que estaba listo. Una vez estuvimos en mi departamento, como ya estaba siendo costumbre nuestra quedarnos en alguno para seguir hablando, tome la iniciativa.

—Brenda, quiero que sepas que he disfrutado cada momento que hemos pasado juntos —comencé, sintiendo cómo el latido de mi corazón se aceleraba—. No solo porque estés en mi vida, sino porque realmente me haces sentir completo.

Ella sonrió, un rubor apareciendo en sus mejillas.

—Lo siento también, Trevor. Ha sido una experiencia hermosa y... diferente.

Respiré hondo, la ansiedad surgiendo en mi pecho, pero decidí ser directo.

—Entonces, ¿quieres ser mi novia? Quiero que estemos juntos, y no quiero que esto sea solo una aventura —le dije, sintiendo que cada palabra estaba cargada de significado. —Discúlpame, por no hacer algo romántico, pero...

Brenda me miró, sus ojos brillando con emoción, y su sonrisa se amplió.

—Sí, quiero —respondió, su voz suave y llena de felicidad. —No es necesario algo estrafalario, tu presencia es más que suficiente.

El momento era perfecto. Nos acercamos, y nuestros labios se encontraron en un beso que selló nuestra promesa. Fue un beso lleno de ternura y pasión, y en ese instante, sentí que todas las sombras del pasado se desvanecían.

MI DESTINO/ LIBRO 1- SERIE LOS DIOSES CASAMENTEROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora